Abuelas de Plaza de Mayo sienten “alivio” por muerte de dictador argentino

Abuelas de Plaza de Mayo sienten “alivio” por muerte de dictador argentino

La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, aseguró que la muerte del dictador Jorge Rafael Videla, a los 87 años, en una cárcel de Buenos Aires, no les produce “alegría” pero sí “nos deja casi aliviados”.

 

“No hay alegria porque la muerte no es alegría. No es costumbre nuestra festejar este acontecimiento”, dijo de Carlotto al referirse a Videla como “un genocida, deshumanizado, que no tuvo ningún escrúpulo, él y sus compinches, de ordenar un plan de exterminio”.

Durante una rueda de prensa ofrecida horas después de conocerse el fallecimiento del represor argentino, la representante de las Abuelas de Plaza de Mayo reiteró que Videla no fue “una buena persona” y que, por lo contrario, “ mató, torturó y robó”. Dijo que las páginas que escribió el dictador en la historia “no van a ser buenas”.

Aunque Videla fue condenado por uno de los crímenes más abominables, como lo fue el robo sistemático de bebés, Estela de Carlotto, lamentó que 37 años después el dictador argentino siguiera “jactándose” por lo que hizo.

“No confesar no arrepentirse no tener un gesto de humanidad y, al contrario, reivindicó lo que hizo y prometió volver a hacerlo si era necesario”, dijo.

Agregó que la organización que encabeza está “tranquila, sin venganza, sin odios, sin mortificar a los jueces” a la espera de que se continúe haciendo justicia, sin embargo apuntó que “queda inconclusa la historia de las condenas, aún cuando haya recibido los 50 años de prisión” y rechazó que se haya tardado más de 16 años “como tardo la justicia en reconocer un robo sistemático de bebes”.

Afirmó que seguirán pidiendo “memoria y justicia inexorablemente, aquí no se cierran ciclos se abren puertas para que no reine la impunidad”, pues “lo que no se juzga se repite”.

El dictador argentino Jorge Rafael Videla falleció en su celda este viernes a los 87 años de edad. Videla, una de las figuras más sombrías de la dictadura militar (1976-1983), se declaraba un “preso político” y aseguraba que la Justicia estaba “vaciada de derecho” al exponer esta semana en el juicio que se le seguía por los crímenes del “Plan Cóndor”.

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