Acuérdese del Plan Colombia

Acuérdese del Plan Colombia

 

Ponencia en el marco del X Foro Nacional “por los derechos humanos, las libertades democráticas y la solución política del conflicto”

Sin duda usted debe recordar aquel Plan Colombia, programa abanderado de la administración Pastrana, del que antes se hablaba todo el tiempo y del que hoy, no se escucha sino lo que tiene que ver con su componente militar. Seguramente recordará que tenía como objetivos, los diálogos de paz con la insurgencia, el desarrollo social y económico del país para facilitar la inversión extranjera, la más tecnificada lucha contra el narcotráfico y el fortalecimiento del débil Estado colombiano.

Sin embargo y como la historia lo ha revelado, el Plan Colombia demostró no haber tenido éxito en ninguno de sus derroteros, y hoy en día, lo predicado derivó en todo lo contrario de lo esperado: el proceso de paz con la guerrilla sucumbió y abrió paso a un supuesto “diálogo” con los paramilitares, al mismo tiempo que se desplegó la mayor ofensiva y hostigamiento hacia el movimiento social y popular colombiano.

Del desarrollo social y económico prometido, habría que decir que es cuestionable mucho más aún bajo el modelo de participación de operadores privados para la “ejecución” de los recursos del componente social, pues como se ha comprobado, adolecen de graves inconsistencias e irregularidades, aparte de ser considerados asistencialistas, transitorios y de bajo impacto. A nivel macro, su aporte al nuevo “libre comercio” promete ser devastador frente a derechos económicos, sociales y culturales, sin contar con que los presuntos “logros” en materia de exportaciones pocos beneficios reales han traído al país, como lo ha expresado la Contraloría General de la República:

“es necesario tener en cuenta que aunque a través del ATPA, los países andinos gozan un acceso al mercado de los EEUU más preferencial que el resto de los países latinoamericanos (con excepción de México que participa en el NAFTA), las preferencias son concedidas para productos que ya gozan de tarifas bajas, siendo excluidos los productos más sensibles.

Además, aunque la estructura de la política comercial estadounidense junto con las preferencias acordadas hacen que las barreras comerciales de los EEUU no sean un obstáculo a las exportaciones bajo el acuerdo, si son un problema en el caso de los productos de mayor valor agregado lo que no permite el desarrollo de cadenas productivas, pues para las exportaciones bajo ATPA se impone como requisito utilizar como insumos materia prima proveniente de Estados Unidos ”[1]

En lo que lucha contra el narcotráfico se refiere, los resultados son bastante “modestos” al haberse privilegiado la persecución contra el vulnerable campesinado productor antes que a la cadena de transformación y comercio, donde realmente quedan las ganancias corruptivas de ese fenómeno. Finalmente, en lo que a fortalecimiento del Estado se refiere, lo cierto es que la capacidad bélica de las Fuerzas Armadas aumentó desproporcionadamente en sus estrategias aérea, marítima y terrestre y al mismo tiempo (1998 -2003) y de manera “coincidente” se empoderaron los grupos paramilitares en bastas zonas del país.

Pese a este fortalecimiento, el Estado se siguió considerando a sí mismo débil, y hubo que declararse el estado de conmoción interior, figura paradójica que tras buscar la protección de derechos, los niega, apoyado en acciones arbitrarias, desproporcionadas y al final, impunes.

Ahora, usted pensaba que el Plan Colombia se había acabado, que había pasado de moda para abrir el paso a la Iniciativa Regional Andina o al ALCA, etc., pues se equivoca, hoy más que nunca el Plan cobra vigencia y es revivido a través de fenómenos y estrategias como el Referendo, el discurso de la “Seguridad Democrática”, la lucha contra el terrorismo, la búsqueda de la libertad, etc.

El Plan Colombia toma cada vez más fuerza y permanencia, y lo hace con la intensificación de fumigaciones en el sur del país y el anuncio de la realización de éstas en otros departamentos, como Arauca, toma fuerza cuando se apoya en cada vez más cuantiosos y “benevolentes” recursos norteamericanos para la guerra, justamente en zonas donde se comprometen recursos de multinacionales (especialmente las petroleras), es más feroz aún cuando se basa en el discurso de la seguridad democrática y convence a todos de que es necesaria para la paz qué sólo con guerra es posible.

A la vez, el Plan Colombia es más visible cuántos más desplazados se suman a la tragedia que este fenómeno significa, cuando más líderes sociales y populares son exterminados, censurados y hostigados, cuanta mayor es la incertidumbre sobre los efectos de la aplicación de agentes químicos contra cultivos de uso ilícito y cuando el equilibrio democrático de los tres poderes que se supone debe tener una verdadera democracia, se ve desbalanceado tras la inminencia del “cesarismo presidencial” que vivimos. Imagen news.bbc.co.uk

En este punto, estamos de acuerdo en que el Plan Colombia no ha desaparecido y por el contrario se ha convertido en un proyecto robusto que se nutre tanto de dólares como de graves crímenes contra los derechos humanos. Entonces, qué hacemos?

El X Foro Nacional por los Derechos Humanos como escenario de unidad y convergencia democrática debe derivar en la denuncia del Plan como generador inmediato de procesos de Impunidad frente a violaciones de derechos humanos, en consecuencia, debe generar oposición activa al Plan Colombia, y debe generar también una construcción conjunta de propuestas de alternatividad a su aplicación, bajo las premisas de defensa de la Soberanía nacional basada en la integración de los pueblos hacia este objetivo, Dignidad Humana y Dignificación de los Pueblos, Democracia real, Participación efectiva, Derecho a la Información y a la Verdad, Justicia y Reparación.

Notas

1. Estudio de la Contraloría Delegada para Economía y Finanzas públicas: “Impacto del Plan Colombia sobre la economía colombiana”. Enero de 2003. (regresar)

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