En el caso colombiano, el desempleo es uno de los más altos en América Latina, con más de 10% y un 60% en la informalidad, siendo mas afectadas las mujeres y los jóvenes, debido a los salarios bajos y a las extendidas jornadas de trabajo.
A esto hay que agregarle la propuesta de reforma laboral, por medio de la ley 1429 del 29 de diciembre de 2010, sobre la formalización del primer empleo, que busca una mayor explotación de la mano de obra juvenil. En esa dirección, hoy las universidades y las instituciones de educación superior, han enfatizado en que debe educarse es para el trabajo, con el fin de facilitar a los monopolios empresariales, un mercado laboral calificado y barato, con una mentalidad de emprendimiento y sin conflictividad para que no reclame sus derechos.
Con la propuesta de primer empleo, desaparece el salario para los jóvenes que ingresan a las empresas, cambiándolo por un apoyo del empleador, práctica que se repetirá con los constantes egresados, ahorrándose de esa manera más del 25% de los costos laborales. Para esto se propone crear contratos de preaprendizaje, por dos años para los jóvenes entre 18 a 25 años y se eliminan controles del código sustantivo del trabajo, para vulnerar sus derechos.
En Francia, entre otros países se intentó hacer lo mismo hace tres años, pero debido a las protestas de los jóvenes, dicha reforma fue abolida, con lo que este sector de población impidió ser más explotado, siendo este un ejemplo a seguir.
Ante tal situación, se requiere fortalecer los procesos de oposición al Plan Nacional de Desarrollo del presidente Santos, pues está enmarcado en incrementar la explotación de los trabajadores.
