Diez años de ausencia de, Aida Padilla Mercado, Sadid Elena Mendoza y los investigadores del CTI, Fabio Coley y Jorge Luis de la Rosa.

EFabio y Jorge Luís, se encontraban en ese momento, en el municipio de San Onofre, departamento de Córdoba, realizando labores de inteligencia, hacía la estructura paramilitar frente “Héroes de los Montes de María, al mando de Rodrigo Antonio Mercado Pelufo alias “Cadena” a quienes se les atribuye la perpetración de la masacre de Chengue.

Los dos investigadores habían recibido continuos hostigamientos con anterioridad. Jorge Luís De la Rosa Mejía, no sólo había sido amenazado de manera pública por Hernán Giraldo Serna, alias “El Patrón”, sino que fue víctima de un atentado en 1999, en el que le fue lanzada una granada a la casa de sus padres.
Por estas razones, que se incrementaron, a raíz de las labores de inteligencia a grupos paramilitares y una serie de capturas que habían realizado al grupo denominado “Los Chamizos” al mando de Hernán Giraldo Serna, los funcionarios fueron apartados de la zona.

Sin embargo y a pesar de la grave situación de riesgo en que se encontraban, Fabio y Jorge Luís, fueron asignados el 24 de abril del 2001, por orden de la entonces directora del CTI -Carmen Maritza González – a la que fuera su última misión de trabajo.

Diez años después de ocurridos los hechos, el derecho a la verdad es aún reclamado por los familiares de las víctimas. La verdad que prometieron un día los paramilitares que se sometieron a sentencia anticipada, vinculados a la investigación penal, entre quienes se cuentan, Manuel de Jesús Contreras Valdovino, alias “Peluca”, Pedro Segundo Valencia Gómez, alias “Verrugita”, Edwar Cobos Tellez Alias “Diego Vecino”.

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