Diez años después, se empieza a aclarar crimen  de la líder sindical Carmen Elisa Nova

Diez años después, se empieza a aclarar crimen de la líder sindical Carmen Elisa Nova

El asesinato se produjo en el barrio Provenza de Bucaramanga, cuando Nova Hernández, de 44 años de edad, regresaba a su casa después de cumplir su turno en la clínica. Al bajarse del bus fue interceptada por dos sicarios que se movilizaban en una moto, desde la cual le dispararon en repetidas oportunidades, causándole la muerte en el acto

 

 

A la enfermera Carmen Elisa Nova Hernández, fiscal del Sindicato de Trabajadores de Clínicas y Hospitales de Santander, Sintraclínicas, la asesinaron la noche del 15 de julio de 2004, en momentos en que la organización sindical sostenía una fuerte disputa con la administración de la Clínica Bucaramanga a raíz de un plan de reestructuración que estaba en marcha y que afectaba los derechos de los y las trabajadoras.

El asesinato se produjo en el barrio Provenza de Bucaramanga, cuando Nova Hernández, de 44 años de edad, regresaba a su casa después de cumplir su turno en la clínica. Al bajarse del bus fue interceptada por dos sicarios que se movilizaban en una moto, desde la cual le dispararon en repetidas oportunidades, causándole la muerte en el acto.

Desde entonces la investigación del caso se había quedado en eso, sin que durante varios años mostrara avances. Empezó a avanzar cuando el expediente fue trasladado Carmen Elisa Nova a la Unidad de Derechos Humanos de la Fiscalía en Bogotá, gracias a la presión de organizaciones de derechos humanos.

Es más, el sindicato y la propia familia de la víctima se mostraron sorprendidos cuando la semana pasada la Fiscalía anunció la detención del médico especialista Hugo Castellanos Chalela, director y principal accionista de la Clínica Bucaramanga por la época en que ocurrió el crimen, como presunto responsable del mismo, con base en pruebas y testimonios entregados por desmovilizados pertenecientes al Bloque Central Bolívar de las AUC.

Sobre la captura de Castellanos Chalela, la presidenta de Sintraclínicas, Amparo Novoa, expresó: “Esperemos que la justicia llegue a feliz término y se logre un castigo para los responsables, porque hasta ahora todo se ha ido en investigaciones y de ahí no había salido”. Dijo además que no tiene dudas de que el crimen de Carmen Elisa se hizo para acallar su voz rebelde y golpear al sindicato.

Por su parte el abogado de la familia, Luis Carlos Domínguez, señaló que siempre se sospechó que Castellanos Chalela tenía algo que ver con el crimen, pero no había pruebas suficientes para vincularlo como su autor intelectual. “Esperamos que se respete el debido proceso, la presunción de inocencia, pero la captura es un avance para conocer la verdad y esperamos medida de aseguramiento””, puntualizó el abogado.

El contexto del crimen

En la época en que ocurrió el asesinato de la enfermera, en la clínica Bucaramanga se adelantaba un proceso de reestructuración que contemplaba pérdida de derechos y el despido de varias trabajadoras sindicalizadas, todas mujeres porque es un sindicato conformado básicamente por mujeres, en su mayoría cabezas de hogar, explicó a esta agencia la presidenta de Sintraclínicas.

Ante esa coyuntura el sindicato protestó e intercedió para concretar acuerdos que protegieran derechos adquiridos. Hubo intento de negociaciones y se llegó a arreglos con algunos empleados, pero también hubo intento de chantaje a las líderes del sindicato, entre ellas a la enfermera Nova Hernández, quien no aceptó ningún ofrecimiento. Todo lo contrario, se convirtió en la “piedra en el zapato” para los directivos de la clínica por su firme posición de defensa de sus derechos, lo cual desató una seguidilla de amenazas en su contra, las mismas que diciembre de 2003 puso en conocimiento de su familia.

Pese a estas amenazas, Carmen Elisa continuó con su liderazgo y manifestándose en contra de la forma como las directivas de la clínica manejaban la situación de los trabajadores. Hasta la fatídica noche del 15 de julio del año siguiente, cuando su vida terminó a manos de los dos sicarios, quienes, según la investigación, harían parte del Bloque Central Bolívar de las Autodefensas, y quienes posteriormente habrían sido asesinados para no dejar rastro del crimen.

En su momento la CUT seccional Bucaramanga emitió un comunicado en el cual aseguraba que el crimen de la enfermera fue motivado por su actividad sindical, y se sumaba a una serie de hechos de violencia e intimidación que desde el 2002 fueron dirigidos contra Sintraclínicas; hechos que fueron denunciados ante las autoridades competentes, que no avanzaron en una investigación al respecto.

Como tampoco implementaron medidas para proteger la vida de Carmen Elisa, la más amenazada. Pero no la única. En la misma situación estaba Teresa Báez, presidenta del sindicato, quien en el año 2002 fue víctima de un intento de secuestro cuando salía de las oficinas de la Regional del Trabajo. En el 2003 su residencia fue allanada por parte de agentes de la fiscalía, y ella detenida durante ocho días, acusada del delito de rebelión. Aparte de eso, las amenazas contra ella fueron reiteradas entre los años 2002 y 2008, y la dirección de la clínica en más de una ocasión intentó levantarle el fuero sindical, lo que finalmente logró y la señora Báez fue despedida.

Belcy Rincón, secretaria de Sintraclínicas, también fue víctima de persecución y amenazas por parte de grupos paramilitares, que la declararon objetivo militar.

Quién era Carmen Elisa

Aparte de ser enfermera de profesión, Carmen Elisa Nova también tenía estudios de administración de empresas.

Como enfermera e instrumentadora quirúrgica laboró durante 28 años en la Clínica Bucaramanga, periodo en el que siempre estuvo afiliada a Sintraclínicas, destacándose por su firmeza en la defensa de los derechos laborales y la existencia del sindicato, liderazgo que la llevó a ocupar varios cargos directivos en éste. Se desempeñaba como fiscal al momento de su muerte, tras la cual dejó huérfana a una niña de 6 años.

“El sindicato perdió mucho, no solo con la muerte de Carmen Elisa sino con todas las cosas que siguieron ocurriendo, como el levantamiento del fuero de la compañera Teresa Báez, la presidenta, que fue despedida, al igual que tres compañeros más. Casi acaban con el sindicato”, puntualizó Amparo Novoa, presidente de Sintraclínicas.

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