A finales de 2011, comienzan los trabajos de la exploración sísmica 3D en la Provincia de Sugamuxi, más exactamente en los municipio de Pesca, Tota, Cuitiva, Iza, Firavitoba y Sogamoso, llevados a cabo por la empresa Maurel & Prom y la contratista compañía Geofísica Latinoamérica CGL. La empresa comenzó a ofrecer dineros secretamente a los administradores, concejos y sacerdotes, de esta manera empezaron los trabajos recolectando los permisos sin importar si era el dueño del terreno, las mujeres y los hombres creen en estas personalidades de cada uno de los pueblos.
Los habitantes de cada vereda asistían a las reuniones de socialización del proyecto, donde las mujeres tomaron conciencia en defender su territorio, de una en una se fueron uniendo ya sea por amistad de varios años atrás o por encontrarse por primera vez en los municipios del área de influencia del proyecto Muisca Norte Hoy MNOrte, intercambiando ideas, haciendo preguntas, diciendo las consecuencia si realizan dichos trabajos, advirtiéndole a los ciudadanos y ciudadanas no firmar esos permisos, a la vez intercambiando números de celular para estar en contacto permanentemente.
De esta manera se conformó el COLECTIVO POR LA PROTECCIÓN DE LA PROVINCIA DE SUGAMUXI, con 2 a 4 personas de cada municipio, en su mayoría mujeres trabajadoras, de hogar, profesionales, hombres emprendedores y profesionales, todos juntos buscando la defensa del territorio, la soberanía alimentaria de nuestro pueblos, conocedores y amantes del territorio.
Las comunidades avisaban “los petroleros se metieron sin permiso a un predio y enterraron sismigel”; acudiendo en sus carros para tomar las fotografías y sus respectivas coordenadas de esta forma se recorrió el Valle de Sugamuxi palmo a palmo buscando las infracciones por parte de la compañía CGL y Maurel & Prom, dejando nuestras obligaciones laborales y familiares para dedicarnos de lleno en esta nueva expedición sísmica, muchas veces almorzábamos con una gaseosa y una empanada, pero no importaba con tal de recoger los testimonio de nuestros campesinos agobiados, atemorizados y desprotegidos ante amenazas e intimidación para obligarlos a firmar el permiso; en cambio otros por su avaricia al dinero no les importo vender su conciencia por $ 100.000 pesos.
En estos recorridos nos sorprendió que la mayoría de las que denunciaban las arbitrariedades de los empleados de estas empresas, eran mujeres campesinas con su ruanita, sombrero y su lenguajes típico del Boyacense, sus lágrimas recorrido su cara, con la angustia reflejada en su cuerpo pero con esa fuerza en su voz diciendo “No los quiero en mi propiedad”; todo esto nos animó más al Colectivo por la protección de la Provincia de Sugamuxi en trabajar por los que nos pedían ayuda.
Los integrantes del CPPS comenzamos a hacer Derechos de petición a todos los entes de control (Alcaldes, Personeros, Concejos Municipales, Gobernador, Corpoboyacá, Defensoría del Pueblo Regional Tunja, Agencia Nacional de Hidrocarburos ANH, Agencia Nacional de Licencias Ambientales ANLA, Ministerio de Medio Ambiente, Ministerio de Minas, Ministerio de Cultura, Icanh), pidiendo declaran a los municipios como patrimonio cultural, agrícola y paisajístico, avisando las anomalías ambientales con el explosivo sismigel que según una empleada de CGL decía “Explota pero no Explota”, que paradójico pero cierto, el incumplimiento de la Guía ambiental de sísmica.
En el transcurso de los meses se fueron uniendo más mujeres y hombres de la Provincia de Sugamuxi, del departamento de Boyacá y de Colombia quienes opinaba con sus ideas de los pasos a seguir y el apoyo de las diferentes organizaciones; pero la incertidumbre era tan fuerte al ver ese color naranja para arriba y para abajo las mujeres en su angustia por las afectaciones que ocasionarían con estos explosivos, no podían dormir, dando vueltas y vueltas, con mil ideas en las cabezas ante la burla de las entidades del Estado y la ineficiencia e ironía de los Alcaldes, Concejos y Personeros de nuestra región expresándose no estamos ni a favor ni en contra, eso no pasa nada.