Los directivos de la empresa tomaron la decisión de suspender tres rutas que transportaban a los trabajadores desde los municipios de Zipaquirá, Chía, Cota, Facatativá, Madrid, Mosquera, Funza y la ciudad de Bogotá.
Ahora han dejado una ruta por la avenida calle 80 donde se benefician sólo seis trabajadores cuando la gran mayoría vive en los municipios aledaños a Bogotá y la planta de Cota.
Con estos hechos queremos denunciar que además la empresa sustenta que no es que hayan suspendido las rutas, si no que las han modificado, pero con esta modificación todos los trabajadores, excepto los seis ya mencionados, nos vemos en la obligación de pagar diariamente entre $4.000 y $8.000 pesos de transporte.
En estas condiciones el subsidio de transporte no nos alcanza para pagar todo el mes y nuestro sueldo se ve afectado, como mínimo vital. Además que tenemos que pagar cuotas por préstamos de vivienda con sus respectivos intereses.
Mientras a los compañeros tercerizados les reconocen medio subsidio de transporte y les dan un bono por lo que gasten de más de transporte al mes, les dan ruta en horas de la noche.
Estos hechos configuran un abierto ataque de persecución sindical contra los trabajadores que estamos organizados. Es por eso que en este momento, nosotros comparados con los temporales, estamos salarialmente y por debajo de ellos y siendo atacados psicológicamente por la persecución de los jefes. A los trabajadores directos los jefes nos acusan de ser flojos y atacan a nuestra organización sindical con una campaña sucia, diciendo que el sindicato es dañino porque quiere acabar con la empresa y que supuestamente en una empresa donde hay tantos beneficios no es necesario el sindicato e insinúan que los sindicalizados se deben desafiliar del sindicato.
Si fuera cierto que la empresa Gerdau Diaco es tan buena, ¿por qué hizo despidos masivos en septiembre. Los 200 en la planta de Tocancipá, 90 en la planta del Muña, más los despidos en la planta de Cali? Todo esto lo hace para contratar temporales y acabar con la contratación directa.
Desde que llego esta multinacional a Colombia su política ha sido comprar empresas pequeñas como lo han sido las plantas de laminados Andinos, donde trabajaban 700 trabajadores y a la fecha sólo quedan 110 En la planta aceros Boyacá, en Paipa, en menos de 2 meses de haberla comprado la cerraron dejando 150 familias sin su sustento diario y eso sin contar las plantas en otras regiones del país donde impusieron la tercerización.
Esto es un resumen de los atropellos y violaciones a los derechos de los trabajadores de esta inescrupulosa y mentirosa multinacional que está violando las leyes laborales, entre ellas la que consagra el derecho a la sindicalización.
Compañeros (as) solicitamos a ustedes que nos brinden su solidaridad denunciando a los representantes de la multinacional enviando comunicados de exigencia a que frenen los ataques contra los trabajadores y la persecución sindical.
