El próximo viernes 20 de agosto, los pobladores de los Cerros Nororientales de la localidad de Usaquén, se movilizarán a partir de las 5 de la tarde y hasta las 10 de la noche, como una expresión de rechazo a los cientos de jóvenes – en promedio uno por semana – que han sido asesinados sistemáticamente en esta localidad durante los cuatro últimos años.

El evento que comenzará con una movilización pacífica, tendrá como punto de partida la calle 162 con carrera séptima, desde donde se desplazarán hasta la calle 161 con carrera primera, lugar conocido como “paradero de los pinos”, que corresponde a una calle que comunica los barrios Cerro Norte y Santa Cecilia Alta, lugar donde se desarrollará un encuentro de expresiones artísticas y populares.

Para los pobladores que habitan estos cerros desde hace más de 45 años, es claro que tanto los asesinatos de los jóvenes, como los desplazamientos forzados que ha causado esta ola de violencia, tienen que ver, con el reordenamiento territorial, conocido como plan de expansión norte de Bogotá, que se adelanta en la actualidad en la zona, a pesar que la misma ha sido declarada zona de reserva forestal.

Ellos consideran, que el accionar criminal en su contra – que se ajusta al modus operandi de grupos paramilitares – tiene unos beneficiarios indirectos que son los grandes empresarios del desarrollo urbanístico de Usaquén, quienes junto a los empresarios de la explotación minera a cielo abierto y a los grandes terratenientes del suelo urbano, vienen diseñando y consolidando este reordenamiento territorial.

Este plan de expansión norte de Bogotá, estará al servicio de los sectores de clase alta porcentualmente mayoritarios en la localidad de Usaquén, en donde no cabrían los sectores de población más pobres del sector, los llamados, subnormales o marginales.
Es de destacar además que, entre las llamadas autoridades ambientales, existe un choque de intereses que se expresa en las acciones normativas y jurídicas que se viene presentando entre la Corporación Autónoma Regional – CAR y la Secretaría del Medio Ambiente, del Distrito Capital en torno al futuro y manejo sostenible de la llamada “reserva forestal protectora”, que dejan sin piso normativo, sin seguridad jurídica los desarrollos urbanísticos de los sectores populares, a merced de la acción legal punitiva de las alcaldías locales, que supone multas y sanciones para los pobladores y refuerzan la campaña distrital ni un ladrillo más en los cerros de Bogotá. Situación que pone un concepto técnico negativo más a las llamadas afectaciones que vienen ya restringiendo y desestimulando el desarrollo y mejoramiento integral de éstas áreas de ladera.

Como ellos mismos lo dicen, “esta noche es un ejercicio masivo de expresión cultural, artístico y religioso popular, un levantamiento de la memoria y de la palabra en rechazo del olvido, en contra el silencio forzado, por el derecho a la vida y por la permanencia con dignidad en nuestro territorio cerros nororientales”