Condenados dos ex alcaldes de San Alberto (Cesar) por asesinato del sindicalista Pablo Antonio Padilla

Condenados dos ex alcaldes de San Alberto (Cesar) por asesinato del sindicalista Pablo Antonio Padilla

El Juzgado Once Penal del Circuito Especializado de Bogotá – Proyecto O.I.T., mediante sentencia del 25 de febrero de 2013, condenó a 31 años de prisión a los ex alcaldes del municipio de San Alberto (Cesar) Gerardo Jaimes Ortega y Javier Zárate Ariza por el homicidio agravado del sindicalista Pablo Antonio Padilla López.

 

Dentro de la sentencia también fue condenado Rodolfo Pradilla García, alias “El tuerto”, comandante de los paramilitares en ese municipio, quien junto con Jaimes y Zárate se encargaron de silenciar la voz crítica e incansable de Pablo Padilla.

Pablo Antonio hacía parte del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria del Cultivo y Procesamiento de Aceites y Vegetales (SINTRAPROACEITES), y en el ejercicio de su actividad sindical íntegra, fue candidato a la alcaldía de San Alberto en la época donde el terror paramilitar se empoderó en el departamento del Cesar de forma escabrosa.

Durante el período 1988-2003 fueron asesinados en este departamento trece miembros de SINTRAPROACEITES, de los cuales ocho ejercían labores dirigentes. Otros ocho fueron desaparecidos, según la información recopilada por el propio Sindicato y la Escuela Nacional Sindical.

Pablo fue asesinado el viernes 23 de febrero de 2001 por paramilitares que llegaron a su hogar y le dispararon. Pablo Padilla fue la voz que denunció públicamente el “trasteo de votos” de dichas elecciones, por lo que la arremetida paramilitar (de la que hicieron parte los dos alcaldes) se ensañó contra él y acalló su ímpetu con varios disparos.

Situación similar había sucedido unos meses antes, cuando de manera dantesca fueron asesinadas a garrotazos y disparos la ex militante de la Unión Patriótica, Aida Cecilia Lasso y su pequeña hija de trece años. Por estos hechos fueron condenados los mismos alcaldes: Gerardo Jaimes y Javier Zárate.

Según el hijo de Pablo, Erinson Padilla, hijo de Pablo con este asesinato “no solo perjudicaron a una familia sino a todo un Pueblo que deseaba el progreso, la paz y tranquilidad sin grupos armados ilegales que gobernaran y amedrantaran a sus pobladores

Hoy, poco después de que se hayan conmemorado los 12 años del asesinato de Pablo Antonio, y de que el aparato judicial se haya pronunciado sobre la responsabilidad de estas tres personas, sigue vigente el reto para el grueso de nuestra sociedad de continuar esclareciendo las circunstancias del exterminio perpetrado por el paramilitarismo en el departamento del Cesar y muchas otras zonas del país. Esperamos alcanzar a ver el día en que se produzca un altisonante y mayoritario ¡Nunca más!

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