Nuevo protocolo de la OIT introduce la lucha contra el trabajo forzoso “en el siglo XXI”

Nuevo protocolo de la OIT introduce la lucha contra el trabajo forzoso “en el siglo XXI”

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha aprobado un tratado histórico destinado a afrontar el flagelo del trabajo forzoso con la actualización del Convenio sobre trabajo forzoso vigente desde hace 84 años. El nuevo protocolo jurídicamente vinculante fue aprobado por una amplia mayoría, con el voto a favor de 177 de Estados Miembros presentes en la Conferencia Internacional del Trabajo en Ginebra.

 

El trabajo forzoso suele significar el impago de salarios, horarios de trabajo excesivamente largos sin días de descanso, la retención de los documentos de identidad, poca libertad de movimiento, el engaño, la intimidación y la violencia física o sexual.

Solamente Tailandia, que recientemente ocupó los titulares internacionales a raíz de una denuncia de la esclavitud practicada a bordo de los buques pesqueros tailandeses, votó en contra del tratado.

Ocho países, entre ellos Qatar, se abstuvieron.

El tratado detalla las formas de prevenir las formas de esclavitud moderna, así como la protección e indemnización de las víctimas.

Actualmente se calcula que en todo el mundo 21 millones de personas se encuentran en una situación de explotación laboral de la cual no pueden salir.

“La adopción del Convenio sobre el trabajo forzoso sitúa la lucha contra el trabajo forzoso en el siglo XXI, reconociendo que los retos planteados por la economía política globalizada contemporánea son muy diferentes a los de la época colonial”, comentó Aidan McQuade, de la Liga contra la Esclavitud, a Equal Times.

El Convenio original sobre el trabajo forzoso fue elaborado por la OIT en 1930, y se destinaba principalmente a la prevención de la explotación de los trabajadores por parte de los Gobiernos en la época colonial.

Según la OIT, en la actualidad más de la mitad de las víctimas del trabajo forzoso son mujeres y niñas, forzadas principalmente a efectuar trabajos del hogar y practicar el comercio sexual.

Hombres y niños a menudo se ven forzados a trabajar como víctimas de explotación económica en la agricultura, la construcción, y la minería.

Actualmente, las personas con más probabilidades de ser víctimas del trabajo forzoso son los migrantes, los originarios de pueblos indígenas y otros grupos desfavorecidos.

Un reciente informe de la OIT estima que el trabajo forzoso genera alrededor de 150.000 millones de dólares estadounidenses al año en beneficios ilegales.

“Actualmente existe un número demasiado importante de países y empresas que han aprovechado la ausencia de estado de derecho a nivel nacional e internacional contra el trabajo forzoso para sentar las bases de una ventaja competitiva”, afirmó McQuade.
“Es preciso poner un alto a esta situación.”

“El nuevo protocolo es imprescindible para conseguirlo, ya que afirma en el derecho internacional los principios de las campañas contra la esclavitud de hoy y de ayer: que ningún tipo de beneficio o ganancia puede condonar la esclavitud de los seres humanos, y que todos nosotros, los gobiernos, las empresas, los trabajadores y los ciudadanos tenemos la responsabilidad de desempeñar el papel que nos corresponde para acabar con ella.”

Jeroen Beirnaert, Coordinador del Proyecto de trabajo forzoso y trata de personas de la Confederación Sindical Internacional (CSI), señaló: “A raíz del número cada vez mayor de pruebas que demuestran la existencia de trabajo forzoso en la economía mundial, el voto casi unánime para la adopción de un nuevo tratado vinculante es una señal política muy fuerte del compromiso renovado de la comunidad internacional de poner fin al trabajo forzoso.”

“Este nuevo tratado marca un hito que promoverá estrategias tales como la organización colectiva de los grupos de riesgo, las licencias y la supervisión de las agencias de contratación y la rendición de cuentas de las cadenas de suministro”, afirmó.

“El enfoque en las obligaciones del Estado ahora mejora la prevención, la protección y el acceso a la reparación a las víctimas.”

“Sin embargo, como todo tratado internacional, solamente será efectivo cuando sea adoptado y traspuesto a la legislación y a la práctica nacional en todos los países”, indicó Beirnaert.

“Solamente entonces el nuevo tratado cumplirá con su ambición de crear una nueva norma mundial: la prohibición total del trabajo forzoso.”

Una situación mucho más extendida

El tratado tendrá como objetivo ayudar a las víctimas de la trata de personas, un problema que se encuentra en todos los países del mundo.

Asimismo tendrá como objetivo ayudar a los trabajadores y las trabajadoras migrantes y tendrá en la mira a aquellos que se aprovechan de su explotación.
Sin embargo, como señala Sharan Burrow, Secretaria General de la CSI: “Esta es solo una parte de una situación mucho más extendida de la feroz explotación que existe en las cadenas de suministro mundiales.”

“El nuevo protocolo de la OIT debe revitalizar la acción para erradicar el trabajo forzoso, al tiempo que advierte a todos aquellos que hacen dinero con la esclavitud de que el movimiento sindical internacional y nuestros aliados vamos a perseguirlos y a exigirles cuentas.”

En Qatar, una extensa investigación ha revelado que un gran número de trabajadores y trabajadoras migrantes, principalmente en el sector de la construcción son forzados a permanecer en el país y trabajar contra su voluntad, ya que los empleadores retienen sus salarios y pasaportes, con lo cual les es imposible salir del país.

Los trabajadores y las trabajadoras también se ven forzados a recibir bajos salarios, a vivir en condiciones de hacinamiento y falta de higiene y a efectuar largos horarios de trabajo forzoso con temperaturas de hasta 50° C, sin acceso a agua potable gratuita.

Se ha puesto en marcha una campaña mundial contra Qatar a raíz de la polémica decisión de adjudicarle la celebración de la Copa del Mundo de 2022.

La CSI indica que las obras de construcción de la Copa Mundial de Qatar van a costar la vida de al menos 4.000 trabajadores migrantes.

Fuente: http://www.equaltimes.org/nuevo-protocolo-de-la-oit?lang=es#.U7se2UBBlzh

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