Con la falta de vigencia de Derechos Fundamentales y la muerte violenta los araucanos siguen siendo víctimas del conflicto social, político y armado.

Sumado a la falta de garantías constitucionales y legales para el goce de una vida en condiciones de dignidad, evidenciada en los graves problemas de salud, educación, ambiente, vivienda y trabajo digno, también los araucanos deben soportar la pérdida de vidas humanas en el marco del conflicto armado.

Durante la última semana se registraron 5 homicidios de personas de la población civil, todas ellas ocurridas en el municipio de Saravena, Arauca.

El 16 de mayo, fueron asesinados dos hombres. El primero, David Leifen Contreras Contreras, a eso de las 3:20 p.m., en el sector de Villa Cecilia, sobre la vía a Puerto Contreras; el segundo, Mario Fernando Cortés Moreno, a las 5:40 p.m., en la diagonal 30 con carera 13, en el casco urbano de Saravena.

El 18 de mayo, en el Barrio La Victoria, fue asesinado un menor de edad que no ha sido identificado.

El 19 de mayo, a las 6:00 p.m., en el Barrio La Paz, fue asesinado el joven Ludwin Jonathan Candela Cardona.

El 21 de mayo, en el Barrio Los Pinos, a eso de las 8:00 de la noche, fue asesinado otro joven de quien no se conoce su identidad.

Es preocupante, la falta de efectividad del Estado para proteger la vida e integridad de los pobladores de esta región, y la vulnerabilidad en la cual nos encontramos. Así mismo, la impunidad en la que quedan la mayoría de estos hechos de sangre producidos en el territorio.

Se hace necesario que los actores del conflicto avancen en la superación de las causas estructurales que lo originaron como única forma para ponerle fin.

Por tanto reiteramos el llamado a los órganos de justicia del Estado a adelantar las investigaciones por los hechos denunciados; a las organizaciones sociales, defensoras de derechos humanos a nivel nacional e internacional seguir de cerca la situación de crisis social humanitaria que afronta el departamento de Arauca y a región del Centro Oriente.

Por la defensa de la vida, los derechos humanos y la permanencia en el territorio

Fundación de Derechos Humanos Joel Sierra

Nuestra acción es legal y legítima