La escuela rural de Dabeiba, Antioquia fue escenario del asesinato de uno de sus estudiantes

La escuela rural de Dabeiba, Antioquia fue escenario del asesinato de uno de sus estudiantes

La escuela rural de San José de Urama, en Dabeiba, fue escenario del asesinato de uno de sus estudiantes. El sábado 22 de octubre, mientras estaban en clase los que validan el bachillerato, entraron tres hombres armados a uno de los salones y le pidieron a Jhon Fáber Espinal Holguín de 37 años que saliera del aula. Éste se negó, por lo que ahí mismo, enfrente de los compañeros y la profesora, le dispararon dos veces.

Después sacaron el cuerpo a la puerta, le dieron siete tiros más y luego lo degollaron. Amenazaron a los profesores y a los demás estudiantes. “Aquí nadie tiene nada qué decir”, cuenta uno de los testigos que también está amenazado. Cuando se retiraron hicieron otros disparos al aire. Uno de ellos llevaba un pantalón camuflado y botas tipo militar. Los otros dos estaban de civil.

La policía tardó cinco horas en llegar. Hicieron algunas preguntas a la comunidad y se llevaron el cuerpo pero no con los protocolos correspondientes de un levantamiento. Mientras estuvo la policía en el corregimiento, los hombres armados desaparecieron. Cuenta el testigo que hacía 42 años que la policía no iba Urama, cosa que también sorprendió a sus habitantes.

Cuando ya no estaba la policía, volvieron los hombres armados que se hacían llamar de las Autodefensas Gaitanistas. “Comenzaron a convocar a la comunidad a una reunión porque a partir del momento eran ellos los que mandaban ahí, que ya no iban a tener compasión con la población y que tenían una lista de tres personas”, cuenta el testigo a quien le dicen que es el cuarto en la lista.

Al día siguiente, después del entierro del estudiante, los mismos hombres armados empezaron a convocar a una reunión con los profesores, a la cual éstos no asistieron; por el contrario, se reunieron y dijeron que no tenían qué hablar con ellos. Acordaron en que tenían que proteger a los estudiantes.

Desde ese sábado la población ha quedado paralizada. Han frenado todas sus actividades. Los estudiantes están desescolarizados. Nadie quiere salir. Los profesores sacaron un comunicado y tienen planteada una movilización para hoy jueves. “Carecemos de condiciones seguras para ejercer el noble ejercicio de la docencia puesto que ha quedado demostrada nuestra condición vulnerable y no podemos brindar protección a la comunidad educativa… Por lo pronto hemos de suspender las clases hasta que se garantice seguridad por parte del Estado”, dice el comunicado.

Autoridades quieren ocultar el caso

Dabeiba es un municipio que ha sufrido en carne propia la guerra. Allí confluyen todo tipo de grupos armados. Además es la entrada al Urabá antioqueño. Cuentan que en los noventas, en Dabeiba hubo cinco mil muertos. De una población con 28 mil habitantes, se pasó a 23 mil.

También es una de las zonas escogidas entre el Gobierno y las Farc para hacer una zona veredal transitoria de normalización. Urama es un corregimiento de 2 mil habitantes y el 90% ha sido víctima del conflicto. Además que hay bastante pobreza en esa región.

La comunidad tiene miedo, sobre todo a denunciar. Sólo uno de los habitantes que tuvo que salir por las amenazas ha hecho la denuncia con todas las autoridades pertinentes en Medellín. Él mismo manifiesta que en Dabeiba nadie quiere decir nada. La policía no está investigando. “Sí existe una presión fuerte de ciertas autoridades en el sentido de opacar y que la opinión pública no conozca el hecho. Todo el mundo quiere minimizar el problema. Al minimizar lo que están haciendo es abriendo una puerta para que el conflicto se agudice”.

Le duele la desescolarización de los estudiantes porque defiende el derecho a la educación. “Sin embargo, sobre ese derecho de educación prevalece la vida. Y si ya se metieron y le hicieron eso a ese muchacho, muy posiblemente pueden llegar al colegio a hacer lo mismo, ya sea con los profesores o los estudiantes”.

Para liberar un poco su dolor al salir de Urama, el testigo escribe una nota invitando a proteger esta comunidad y a defender la educación.

ANTE EL SALVAJISMO DE BANDAS CRIMINALES Y LA ACTITUD DE INDIFERENCIA DE LAS AUTORIDADES EN DABEIBA ANTIOQUIA.

A pesar de promulgar la sensibilidad por el otro, por las víctimas, por los que no cuentan con quien los represente en cámaras o en parlamentos y mucho menos en concejos municipales, hoy siento en carne propia la impotencia de quien tiene que salir de su terruño dejando sus proyectos, su comunidad, su gente, su familia. Las lágrimas que brotaron cuando los colombianos no refrendaron los acuerdos de La Habana hoy nuevamente las veo en los campesinos, las campesinas residentes en el Cañón de Camparrusia. A todos aquellos que desde la academia, que desde cualquier rol defienden la paz de nuestro país, pido de todo corazón que rodeemos a los habitantes de San José de Urama, que rodeemos a los docentes, a los estudiantes, a los niños y las niñas de los campesinos de la región. No es justo para el país, para el pueblo que personas alzando la bandera de la guerra, del crimen, penetren a los establecimientos educativos y delante de profesores y alumnos ajusticien de manera bárbara a los estudiantes. A las autoridades, no les imploro sino que les exijo, que los postulados constitucionales se hagan efectivos, que afronten la problemática, que dejen de continuar echando agua tibia a las heridas, sino que realicen procesos concretos para dejar atrás el conflicto de más de cincuenta y dos años.

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