El 26 de octubre a la 1pm, tres compañeros embera ingresaron a la estación de transmilenio centro de memoria, pagando lo correspondiente, sin embargo en un claro ejercicio de discriminación, la policía requiere la identificación de uno de ellos, reteniendo la cédula entregada, situación está qué motivó al afectado a llamar a su líder y autoridad, quien llegó acompañado de la comunidad y la guardia indígena.

La respuesta de la policía fue a todas luces excesiva: golpean con bolillos a mujeres, niños, niñas y adolescentes y demás integrantes de la comunidad, hieren con arma cortante a una compañera embera, lesionan a 19 compañeros indígenas con heridas de consideración e incluso, según denuncian los afectados, disparan con arma de fuego.

Bajo ninguna circunstancia es admisible semejantes desmanes en cabeza de la policía, de acuerdo a los estándares de Ddhh y dih mandatorios para los integrantes de la fuerza pública, el respeto y salvaguarda de la vida e integridad de la población civil debe ser una premisa y derrotero inquebrantable. Sin embargo la discriminación, la revictimización y las agresiones sufridas por los compañeros embera, dentro de los cuales se cuentan 15 menores de edad y dos mujeres embarazadas, evidencia la necesidad de desmontar y repensar instancias previstas para proteger a las personas no para atentar contra ellas.

Destacamos con profunda preocupación la detención ilegal de un menor de edad y un compañero embera, quienes en este momento están siendo judicializados. Así mismo insistimos en la necesidad de la devolución inmediata de la cédula de ciudadanía retenida de manera irregular por la policía nacional.