Campesin@s del Atlántico y el Magdalena reclaman ayudas por la ola invernal

Campesin@s del Atlántico y el Magdalena reclaman ayudas por la ola invernal

Desde la Plataforma de Organizaciones Agrarias de la Región Caribe, el Espacio de Confluencia Multicultural de Mujeres, Marcha Nacional de Mujeres, otras Organizaciones de Mujeres, Organizaciones Sociales, Organizaciones de DDHH, organizaciones y grupos de Mujeres y hombres campesinos/as, evidenciamos la situación de abandono e indiferencia de la cual están siendo víctimas las campesinas y campesinos en resistencia frente a despojo y en situación de desplazamiento por conflicto armado de los departamentos del Magdalena y Atlántico víctimas de los desbordamientos e inundaciones como consecuencia de la temporada de lluvias que aún no cesa.

 

 

Desesperanza, dolor, tristeza, son adjetivos que se quedan cortos para describir la tragedia que viven las comunidades campesinas de los departamentos del Magdalena y Atlántico; riesgos de Violencia sexual contra Mujeres, Niños/as, niños llorando, el hambre acecha, se disparan las enfermedades como las infecciones respiratorias agudas, diarreas, infecciones en la piel, desnutrición, etc. A esto se le suma perdida de bienes inmuebles, cultivos de pan coger, animales, artículos domésticos, perdida de los proyectos de vida de las comunidades rurales que tuvieron que abandonar todo lo que con sacrificio y lucha han conseguido, pérdidas de vidas humanas, de los bienes con los cuales obtenían su sustento, la desintegración familiar, el desaparecimiento de familiares, entre otras situaciones.

Esta situación tiene su historia, no es de ahora. Una situación similar Se presentó en los años 50, así como en el 1984, el Canal del Dique se rompió y la Ciénaga Grande de Santa Marta se desbordo, en los dos casos hubo devastaciones de extensas hectáreas cultivadas y cobró vida de campesinos/as atlanticenses y de pescadoras(es) en el Magdalena. Entre los años 1996 y 1998 nuevamente se vio afectado el campesinado, pues, otro fenómeno invernal denominado “EL NIÑO”, el cual produjo grandes pérdidas de cosechas, pérdidas de animales, épocas de endeudamiento ya que fueron entregados algunos proyectos productivos los cuales fracasaron por la posterior sequía. Hoy en estos momentos volvemos a vivir la misma o peor situación que las anteriores, teniendo conocimiento todas las autoridades nacionales y territoriales que esto se veía venir, y aun así no previnieron estos desastres, ya que la madre naturaleza nos dio tiempo para evitar todos estos sucesos.

En el departamento del Atlántico, los municipios más afectados con sus corregimientos son: MANATÍ, SANTA LUCIA, CAMPO DE LA CRUZ, CANDELARIA, PUERTO GIRALDO, SABANALARGA, REPELÓN, LURUACO y PIOJÓ y el Magdalena son entre otros: ARACATACA, CIENAGA, PUEBLO VIEJO, PIVIJAI, FUNDACION, EL RETEN, PLATO, CHIVOLO; de los cuales muchas personas se han venido desplazando a otros municipios y a la Capital desde el mes de noviembre. Esto ha conllevado a unos hacinamientos, pérdidas de vidas, de cultivos, de animales y de enseres, ya que les imposibilita los traslados por los altos costos de transportes y trámites de movilización. Frente a la evacuación inesperada y des planificada de la población en los municipios los hogares fueron desintegrados, las personas se ubican en alojamientos solidarios brindados por campesinos/as en otros municipios, no tienen forma de acceder a alimentos, ni tienen acceso a servicios básicos.

En el Atlántico municipios como SANTA LUCÍA, MANATÍ, PIOJÓ Y SABANALARGA; se encuentran incomunicados porque las vías se han fragmentado. Una situación similar se presenta en los municipios de LURUACO y REPELON, donde el desbordamiento del Embalse del Guajaro derribo parte de la vía que comunica el departamento del Atlántico con el departamento de Bolívar.

En otros lugares progresivamente el agua ha ido inundando las viviendas de estas comunidades, en estos momentos el agua ingresa a 400 litros por segundo y todavía a las poblaciones no se les ha presentando un plan de evacuación que permita minimizar las afectaciones para estas poblaciones. El panorama es devastador debido a que nos hemos enterado que la situación empeorará en los próximos ya que en algunos departamentos del interior del país se han abierto las compuertas de represas y embalses y todo esta agua tiene como destino los cauces del rio magdalena, el cual es el que alimenta el Canal del Dique y este a su vez está vertiendo sus aguas al embalse del Guajaro.

Los poquísimos albergues que se han dispuesto no dan abasto para atender a toda la población damnificada, las ayudas representadas en “mercados” no ha sido suficiente, las enfermedades no han dado espera y la población infantil es la más afectada.

Nosotros y nosotras las campesinas del Atlántico y del Magdalena, con todas estas tragedias vividas en carne propia, hemos perdido hasta el sustento diario; hemos perdido toda la capacidad económica para nuestra propia subsistencia, quedando totalmente incapacitadas para cubrir deudas que el Estado aun, en estas circunstancias, nos las sigue exigiendo. En días pasados la gobernación del Atlántico en conjunto con CISA, inició una campaña para el cobro de la cartera, adquirida por esta entidad a la Caja Agraria en liquidación, situación está que demuestra la poca consideración y respeto que la administración local ha tenido en medio de esta tragedia para con las comunidades campesinas.

Exigimos a la autoridades responsables se nos informe de cuál es la real situación frente a las inundaciones, se nos presente los planes de contingencia para evitar mayores pérdidas de las comunidades en riesgo, las medidas adoptadas para atender la emergencia, los presupuestos destinados y adicionados para brindar atención a las víctimas. Adicionalmente le preguntamos a la administración ¿qué va a pasar con los menores que han sido evacuados y que ahora están bajo la custodia del ICBF? ¿Cómo se va a indemnizar a las comunidades por las pérdidas ocasionadas por las inundaciones? ¿Cómo se va a garantizar el acceso a servicios básicos (salud, alimentación) de las comunidades afectadas?

Ante la magnitud de la situación las mujeres campesinas del espacio Multicultural del Magdalena y el Atlántico, el Colectivo Mujeres al Derecho y la Marcha Nacional de Mujeres Campesina en conjunto con otras organizaciones sociales de los departamentos afectados hemos iniciado la construcción de una campaña de solidaridad que permita, entre otras acciones, documentar la verdadera magnitud humanitaria desde las poblaciones afectadas; un proceso de veeduría que garantice que los recursos destinados para atender la emergencia se han agotados debidamente, así como presionar al gobierno nacional y los gobiernos locales para que respondan con las obligaciones legales ante esta situación, continuación de la propuesta de desmonte de las deudas agrarias y la posterior reparación y reconstrucción de las poblaciones afectadas.

Hacemos un llamado a todos los organismos de Derechos Humanos, Organizaciones de Derechos Humanos, Organizaciones Sociales, Organizaciones y grupos de Mujeres a que se solidaricen y se sumen a esta iniciativa.

Próximamente estaremos enviando más información.

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