“Decepcionante”, es la palabra en la que coincidieron la CGT y la CTC para calificar lo ocurrido en el marco de la Comisión Nacional de Concertación de Políticas Laborales y Salariales, en donde ambas centrales sindicales se levantaron de la mesa en rechazo a la posición “inmodificable” asumida por los gremios de la producción en cabeza de la ANDI, que ofrecieron sólo 3% de incremento en el salario mínimo para el año 2011.
Al comienzo de las negociaciones la CTC había llegado con una propuesta del 9.5% de aumento, y la CGT con otra del 7.76. Pero a la reunión de esta mañana ambas centrales acordaron llegar con una propuesta unificada del 7%. Pero se encontraron con que los gremios empresariales, contra lo esperado, no se movieron ni un ápice de su propuesta inicial del 3%.
“Prácticamente no hubo negociación, porque los empresarios se rancharon en una posición inamovible, al decir de Luis Carlos Villegas, presidente de la ANDI. Teníamos una leve esperanza de que nos ofrecieran alguna base de negociación distinta al 3%, pero eso no se dio. Ni siquiera hubo chance para tocar el tema del aumento del auxilio del transporte, que nosotros proponemos que sea de 8.500 pesos. El argumento de ellos es la crisis económica, la productividad, los estragos de las inundaciones, etc.; argumentos poco convincentes”, señaló Rosa Flérez, Secretaria General de la CTC.
Agregó la señora Flérez que tras la decepcionante jornada las expectativas son un poco nulas, porque no se ve ninguna reacción por parte del gobierno. Informó que se van a tomar las 48 horas de ley para explicar su posición y el por qué la CTC no está de acuerdo con el 3% propuesto por los gremios empresariales. Después de este plazo el Gobierno pude decidir si convoca a una nueva reunión de acercamiento entre las partes, que sería el último esfuerzo de concertación del aumento del salario mínimo de los colombianos. Porque de lo contrario le tocará definirlo por decreto, tal como ha ocurrido en años anteriores.
Reacción de la CGT
William Millán, Secretario General Adjunto de la CGT, manifestó que lo ocurrido en la mesa de concertación “demuestra, una vez más, la falta de interés por parte de los gremios económicos en concertar el incremento del salario mínimo, y pone en evidencia la intransigencia de los empleadores a la hora de satisfacer las inquietudes y aspiraciones de la clase trabajadora”. Señaló que, de acuerdo con artículo octavo de la Ley 278, la CGT procederá a explicar por escrito las razones por las cuales no se pudo concretar el acuerdo, estudiará las salvedades propuestas por las partes y esperará una nueva convocatoria de la comisión en perspectiva de buscar el consenso.
La CGT hizo un llamado a los gremios, en cabeza de la ANDI y al Gobierno Nacional, para que depongan las posiciones intransigentes que imposibilitan acercar los diferentes puntos de vista y hacen nulo cualquier intento en la dirección de construir las soluciones que los trabajadores demandan. Considera que de no producirse un acuerdo se estaría debilitando un espacio importante para la democracia y enviando un mensaje negativo a la población en el sentido de que no es posible llegar a acuerdos.
Sin embargo, a pesar de las circunstancias presentadas, la CGT sigue con optimismo la discusión del incremento de salario mínimo para el 2011 y espera que finalmente se pueda concretar un acuerdo favorable a los trabajadores.
La posición de la CUT
Como se recuerda, la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, y la Confederación de Pensionados de Colombia, CPC, que concurrieron a las primeras reuniones de la Comisión Nacional de Concertación, se habían retirado antes de ésta, alegando falta de garantías y dejando en claro que el incremento del salario mínimo no puede ser inferior al 12%, por toda la situación de pérdida del valor adquisitivo y de capacidad de compra de los colombianos. Además, señaló, el Gobierno debe reconsiderar el 2% fijado en el Presupuesto Nacional para los trabajadores estatales en el 2011 y devolverles el incremento salarial que corresponde a la pérdida de su salario.
En el comunicado que en su momento emitió la CUT para explicar las razones de su retiro de la mesa de concertación, se lee: “los pedidos de las centrales obreras y los pensionados no tuvieron la más mínima receptividad en los representantes del empresariado y el Gobierno Nacional. Ambos siguen considerando los salarios y las prestaciones sociales de los trabajadores una talanquera para la creación de empleos y el establecimiento de nuevas empresas y de esta manera los primeros proponen un miserable ajuste del 3% y los supuestos mediadores del Gobierno el 2.5% y reafirman el recorte salarial aprobado para los trabajadores del estado en la Ley del Presupuesto de 2011, del 2% ponderado. Además se niegan a considerar los demás puntos del petitorio”.
Estos puntos del petitorio a los que se refiere la CUT, tiene que ver con medidas que logren proteger la capacidad de compra de los trabajadores colombianos, como son: congelar los productos de la canasta básica familiar y los costos académicos en la educación; derogar el cobro de los combustibles a precios internacionales y controlar los demás insumos del transporte; congelar las tarifas de los servicios públicos domiciliarios, ya que estos no tienen un real control del Estado; y la aplicación obligatoria del salario legal a todos los trabajadores colombianos, incluidos los del área rural y con prestaciones sociales.
Para la CUT la reactivación de la economía, la creación de empleos estables y de calidad, está íntimamente ligada a la protección y ensanche de nuestro mercado interno, al aumento de la capacidad de consumo de los colombianos, a la eliminación de la informalidad y el rebusque. En definitiva: a la reversión del modelo neoliberal. “Ni la minería, ni el petróleo, ni los agrocombustibles contribuirán a crear los empleos que el país demanda, y lo que gobierno y empresarios pretenden es que la CUT y la CPC le avalemos en la Comisión Nacional de Concertación su despropósito de ahondar en la aplicación de las políticas neoliberales”, señaló en su comunicado.
La ENS opina
Por su parte Héctor Vásquez, vocero de la Escuela Nacional Sindical, consideró que va a ser muy difícil que el incremento del salario mínimo sea siquiera del 4%, advirtiendo que este incremento no significa para nada una mejora real en el nivel de vida de las personas que se las tienen que arreglar con un salario que apenas cubre el 40% de la línea de pobreza.
“Un incremento del 4% equivaldría apenas al valor de 13.7 pasajes de Transmilenio. Y ni siquiera a esto vamos a llegar, pues la posición de los gremios patronales de ofrecer un incremento del apenas un 3%, está muy lejos de la posición de las centrales, cuya última propuesta, al menos en el caso de la CTC y de la CGT, se ubicó en el 7%. Así que en ausencia de concertación le va a tocar al Gobierno definirlo por decreto, para lo cual ya cuenta con la orientación del Banco de la República, que desde el primer día fijó su posición en un incremento del 2.7%, todavía más bajo que el de los gremios”.
Vásquez recordó que en los últimos 8 años únicamente en dos ocasiones se logró un incremento concertado. En las demás ocasiones el gobierno lo definió por decreto, tomando como referencia la posición de los gremios patronales y del Banco de la República, que son los que en últimas tienen la capacidad de incidir en esta política, toda vez que los sindicatos en Colombia carecen del poder de organización y de negociación que les permita incidir de manera real en un asunto que tiene una enorme trascendencia en el crecimiento económico, en el mejoramiento de la calidad de vida de vida del conjunto de la población y en la distribución del ingreso.
“Con la propuesta del 3% los patronos le siguen apostando a un modelo de desarrollo basado en la pobreza del 80% de la población trabajadora como estrategia para atraer inversión y para hacer competitivo nuestros productos en los mercados internacionales”, anotó el vocero de la ENS, quien agregó que, por el contrario, la propuesta de las centrales le apunta a construir equidad y a basar el desarrollo del país en el fortalecimiento del mercado interno, que es el factor que en el caso colombiano más incide en el crecimiento económico, muy por encima de las exportaciones y de las inversiones, factores que nunca han tenido una incidencia que vaya más allá del 20% del PIB cada uno.
La propuesta de las centrales también apunta al desarrollo de las pequeñas y medianas empresas y a la formalización del empleo, pues hoy el mayor obstáculo a estos objetivos es la estrechez del mercado y el absoluto dominio que en él tienen las grandes empresas, las mismas que son dominantes en la ANDI y en el Concejo Gremial.