CRECIMIENTO SIN EMPLEO

Después de la sorpresa positiva que nos dio el DANE al reportar una tasa de crecimiento del PIB del 5.96% en el segundo trimestre del año, en días pasados volvió a sorprendernos, pero esta vez con una noticia negativa, el deterioro del mercado laboral por el dramático crecimiento del desempleo y el subempleo en todo el país.

 

 

Después de la sorpresa positiva que nos dio el DANE al reportar una tasa de crecimiento del PIB del 5.96% en el segundo trimestre del año, la semana pasada volvió a sorprendernos, pero esta vez con una noticia negativa, el deterioro del mercado laboral por el dramático crecimiento del desempleo y el subempleo en todo el país.

Según el DANE, entre agosto del 2005 y el mismo mes del presente año, el número de personas ocupadas se redujo de 18 millones a 17.3 millones (cifra similar a la registrada en junio del 2003), es decir que en estos doce meses 658.000 colombianos perdieron su empleo y la tasa de desempleo subió de 11.3% a 12.9%. El número de desempleados tan solo aumentó en 256.000, porque el resto se cansó de buscar trabajo y pasó al grupo de inactivos, es decir que para efectos estadísticos, salió del mercado laboral.

Más grave aún, se disparó el numero de subempleados, es decir aquellas personas que tienen empleo pero insuficiente o de mala calidad, que aumentó en 894.000 en el año con lo cual la tasa de subempleo pasó de 32.5% a 37.7%. La suma de los desempleados y subempleados aumentó 1.1 millones en el último año, volviendo a superar los 10 millones de personas, cifra que no se veía desde la recesión durante el gobierno Pastrana y que representa el 50.5% de la personas que quieren trabajar en Colombia. Para denominar esta tragedia social Javier Fernández acuño el muy apropiado término de “tasa de rebusque”, porque son compatriotas que no tienen ingresos suficientes para vivir dignamente.

La mala noticia del DANE coincidió con otras dos informaciones muy relacionadas. La primera, con base en los registros del DAS, es el aumento del éxodo de los colombianos que deben abandonar el país ya no por razones de seguridad sino de subsistencia pues no encuentran trabajo ni oportunidades en la tierra que los vio nacer. En los doce meses anteriores a junio del 2006 fueron 220.000 los colombianos que salieron del país y no regresaron, un crecimiento de 38% con respecto al año anterior. En los cuatro años del primer gobierno Uribe fueron 760.000 los compatriotas que emigraron en busca de mejores condiciones de vida, cifra que es similar a la reducción del número de desempleados registrada en el mismo período.

La otra noticia preocupante es el reconocimiento hecho por el Gobierno del fracaso de dos de los programas puestos en marcha para incentivar la creación de empleo mediante la estrategia de reducir los costos laborales a los empresarios: uno el no pago de aportes parafiscales (Sena, ICBF y Cajas de Compensación) y el otro, un subsidio directo a las empresas que crearan puestos de trabajo. Según cifras del ministerio de Desarrollo, estos dos programas de incentivos directos tan solo generaron 1.871 puestos de trabajo. Los estudios realizados por centros de investigación muestran que la reforma laboral del Uribe (la Ley 789 del 2002), que redujo los ingresos de los trabajadores, tampoco tuvo los resultados esperados en materia de generación de empleo, aunque sí los tuvo en el aumento de las utilidades de las empresas. ¿Qué estará esperando el gobierno para derogar esa Ley?

La evidente contradicción entre un crecimiento económico acelerado y el aumento del desempleo puede parecer extraña pero es un rasgo característico del capitalismo salvaje que hoy impera en el país; inclusive ya hay dos términos para denominarla: “Jobless growth” (crecimiento sin empleo) y “Joblost growth” (crecimiento con pérdida de empleo). Pero será en próxima ocasión que vuelva sobre el tema porque hoy se agotó el espacio.

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