Reivindicamos nuestro quehacer bajo las cualidades del agua, es decir enmarcado en la transparencia, claridad y movilidad de las aguas para la vida. La construcción de paz, que da un paso fundamental hoy en Colombia desde la posibilidad del fin del conflicto armado entre las insurgencias y el Estado colombiano, debe incluir la concepción de lo ambiental. Reconocemos que sin agua no hay paz.
Aguas para la vida. Guadalajara de Buga. Del 25 al 27 de noviembre del 2015, organizaciones, comunidades y procesos hermanados por la defensa del agua y de la vida, nos dimos cita en el departamento del Valle del Cauca para avanzar en la reflexión, análisis y construcción de propuestas para enfrentar las amenazas del extractivismo y los procesos de concentración, acaparamiento, despojo y privatización de las aguas de nuestros pueblos.
Durante tres días las diversas organizaciones de los departamentos del Putumayo, Caquetá, Cauca, Nariño, Tolima, Cundinamarca, Meta, Boyacá, Santander, Antioquia, Risaralda, y Valle del Cauca, compartimos experiencias de resistencia frente al modelo extractivo en Colombia y la construcción de defensas del agua fundamentadas en la gestión comunitaria, agroecología, mecanismos de participación ciudadana y en la articulación regional y nacional.
Hemos analizado el contexto latinoamericano como condición necesaria para la comprensión de las dinámicas geopolíticas y las relaciones de poder que han conllevado la injusticia hídrica en Colombia. Construimos una comprensión conjunta de las amenazas que se despliegan como resultado de las estrategias del neoliberalismo y el corporativismo, y ante esto nos reafirmamos en los principios que permiten el acercamiento solidario para continuar la lucha por la dignificación de la vida a través del cuidado y defensa de las aguas. Hemos advertido un recrudecimiento en las formas de criminalización y silenciamiento de nuestras luchas, y seguimos recordando las enseñanzas para nuestra vida cotidiana de los compañeros y compañeras que han dado su vida por el ambiente y el agua.
Los principios que reafirmamos hacen eco de procesos históricos en los que nos reconocemos y de los que hicimos parte activa. El agua es un bien común y nunca una mercancía, su cuidado y protección es la defensa de la vida misma en todas sus manifestaciones y nuestros esfuerzos colectivos se orientan a construcción de alternativas frente a las formas de privatización y mercantilización, juntando nuestra creatividad, nuestras alegría y nuestros sueños para materializar estos postulados en la cotidianidad de nuestras vidas y en nuestros territorios.
Enfrentar las amenazas y las agresiones que el modelo de desarrollo colombiano desde el extractivismo cierne sobre las aguas, implica una forma novedosa de articularnos, construyendo una coordinación nacional que contribuya a la actualización del estado del arte de las amenazas y las luchas por las aguas, y que principalmente permita la generación de un sujeto colectivo y popular en defensa de las aguas que lleve la voz, el sentir y las reivindicaciones de nuestros pueblos a los escenarios democráticos de construcción de país como la Cumbre Nacional Agraria, Campesina Étnica y Popular y la Mesa Social para la Paz.
Nuestro objetivo central y en el que hoy ponemos nuestros esfuerzos se orienta a la materialización del derecho fundamental al agua, desde el control territorial popular, cimentando legislación socio-ambiental y aportando a la construcción de las soberanías y la autodeterminación comunitaria. También observamos que en la actual coyuntura de los municipios y departamentos es importante incidir en el ordenamiento territorial de nuestras regiones, siendo la solidaridad entre nuestros procesos lo que constituye la base de la articulación y orienta el camino para alcanzar nuestros objetivos.
Invitamos a otras organizaciones, procesos e individuos a seguir encontrándonos en la construcción de esta propuesta para la defensa de la vida en todas sus manifestaciones. Somos conscientes de tener una responsabilidad histórica por la defensa de los territorios, cuya estrategia se materializa en asumir al agua como un eje articulador de las luchas. Y hacemos un llamado de seguir construyendo un sujeto colectivo y popular del agua que enarbole las banderas de la justicia social y ambiental del país.
Reivindicamos nuestro quehacer bajo las cualidades del agua, es decir enmarcado en la transparencia, claridad y movilidad de las aguas para la vida. La construcción de paz, que da un paso fundamental hoy en Colombia desde la posibilidad del fin del conflicto armado entre las insurgencias y el Estado colombiano, debe incluir la concepción de lo ambiental. Reconocemos que sin agua no hay paz. Consideramos que la defensa de los territorios del agua, que permiten aguas con calidad, cantidad y continuidad suficientes para la vida en general, es una condición necesaria para la construcción de la paz con justicia social y ambiental en Colombia.