Este 16 de agosto se cumplen 16 años del crimen que truncó las metas y los sueños de Doris Núñez Lozano y su familia. Doris era una lideresa sindical de Sintraelecol quien fue asesinada el 16 de agosto de 2001 en Fusagasugá, cuando salía de su jornada laboral en la Empresa de Energía Eléctrica de Cundinamarca junto con otro dirigente sindical, Omar García Angulo.
Ambos fueron interceptados por una motocicleta y sin mediar palabra el parrillero disparó una ráfaga de seis proyectiles de arma de fuego contra Doris Núñez causándole la muerte y dejando herido de gravedad a su acompañante.
Doris Núñez Lozano era madre, hija, hermana, compañera y sindicalista excepcional y aunque las amenazas contra su vida e integridad fueron repetitivas, no bastaron para menguar su lucha al interior del sindicato por el respeto de los derechos de las y los trabajadores
En el contexto de su asesinato, las y los dirigentes sindicales de la Empresa de Energía de Fusagasugá narraron cómo se incrementó la persecución en su contra tras la llegada de un ingeniero nombrado como jefe del distrito, quien estigmatizó, persiguió y reprimió a todos los trabajadores y trabajadoras que a través de su organización sindical, quienes no solo reclamaban por condiciones laborales justas, por el carácter pública de la empresa de energía.
La presión del nuevo superior era tal que el día de su homicidio Doris Núñez iba contándole a su compañero que al otro día no podría asistir a la primera comunión de sus hijos porque no le habían dado el permiso. Pero al parecer, la persecución no era suficiente y sus asesinos optaron por cegar su vida.
Este homicidio ocurrió en el contexto de un plan de persecución contra el movimiento social y sindical desplegada en toda la región del Sumapaz y en este municipio, ejecutado por grupos paramilitares que actuaron en connivencia con agentes de la fuerza pública, y que también cobró la vida del dirigente sindical y líder de la Unión Patriótica Jorge Darío Hoyos en marzo del mismo año.
Hoy después de 16 años del homicidio de la sindicalista y el atentado contra el dirigente sindical Omar García, los familiares y la organización sindical siguen sin ver justicia, ni un solo autor material y menos intelectual ha sido procesado por estos terribles hechos. La impunidad sigue lacerando a la familia y sigue estimulando ataques contra líderes sociales y sindicalistas en nuestro país.