5 año del TLC con Estados Unidos: El gran engaño

5 año del TLC con Estados Unidos: El gran engaño

Como un gran engaño califican expertos en diferentes áreas como las Centrales Sindicales CUT y CTC, las Federaciones Sindicales Internacionales UNI, UITA, INDUSTRIALL, ITF, ISPe ICM, y los Centros de investigación Cedetrabajo y Escuela Nacional Sindical, el 5º año de suscripción del TLC Colombia-Estados Unidos, que ha significado más pérdidas en el comercio de bienes y servicios para Colombia

 

A cinco años de la suscripción del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, sectores democráticos del país exigen debate a fondo sobre sus impactos negativos

EL TLC CON ESTADOS UNIDOS: EL GRAN ENGAÑO

• Centrales sindicales CUT y CTC, Centros de Investigación ENS y CEDETRABAJO, las federaciones sindicales internacionales UNI, UITA, INDUSTRIALL, ITF, ISPe ICM y diversos sectores políticos, académicos, sociales y sindicales, buscan proteger la economía y adoptar medidas de fomento a la producción agrícola e industrial del país; así como protección y garantía a los derechos de los trabajadores.

• Con el TLC con Estados Unidos, la situación para Colombia ya es complicada por las enormes pérdidas, pero no ha llegado lo peor. El cronograma de desgravación arancelaria del TLC está ordenado en categorías y productos en periodos que van de 0 a 15 años. Esto significa que desde enero de 2016 se está en la segunda etapa de desgravación plena, con el que se abarcaría el 91% de los productos agrícolas y el 79% de los no agrícolas.

• Con el Plan de Acción Laboral – PAL o Acuerdo Obama-Santos no se cumplieron los 37 compromisos adquiridos, ninguna medida se concertó y ninguna meta o indicador de cumplimiento fue establecido. No se creó un mecanismo de seguimiento con participación de las organizaciones sindicales, y lo peor: no se formularon políticas públicas adecuadas sobre inspección laboral, formalización laboral, protección de la libertad sindical, prevención de la violencia o superación de la impunidad.

Bogotá, 17 de mayo de 2016. Como un gran engaño califican expertos en diferentes áreas como las Centrales Sindicales CUT y CTC, las Federaciones Sindicales Internacionales UNI, UITA, INDUSTRIALL, ITF, ISPe ICM, y los Centros de investigación Cedetrabajo y Escuela Nacional Sindical, el 5º año de suscripción del TLC Colombia-Estados Unidos, que ha significado más pérdidas en el comercio de bienes y servicios para Colombia, la afectación a productores nacionales con el respectivo impacto en materia de empleos y ningún beneficio adicional en materia de inversión. Pero más grave aún, este tratado es una amenaza permanente a la estabilidad macroeconómica de Colombia, por cuenta de los privilegios desmedidos otorgados a los inversionistas, que ya están pasando cuenta de cobro.

Así mismo, la firma en el año 2011 del Plan de Acción Laboral (PAL) que fue la herramienta clave para asegurar el paso del TLC entre ambos países por el Congreso Estadounidense y su posterior firma y ratificación presidencial, no ha significado avances puesto que después de cinco años de implementación del PAL hay 14.090.880 trabajadores en situación de informalidad laboral, es decir 877.680 más de los que habían en ese año. Igual en 2015, hay 3.813.880 trabajadores en situación de relaciones laborales ilegales, 351.680 más de los que habían en 2011.

Las pérdidas del TLC en cifras

Los gobiernos colombianos que negociaron, aprobaron e implementaron el TLC con Estados Unidos, prometieron que con este tratado el país iba a aumentar sus exportaciones y diversificarlas. En 2011 la balanza comercial de Colombia con Estados Unidos, es decir la diferencia entre las exportaciones y las importaciones, tenía un resultado positivo US$ 8.946 millones. A partir de la implementación del TLC en 2012, Colombia ha perdido US$ 14.347 millones en comercio con ese país , unos $29,6 billones. Esto equivale a 3,5 veces el descalabro de Reficar, también ejecutado por empresas estadounidenses que se sienten respaldadas por los derechos adquiridos en los tratados internacionales. En este sentido, no es una exageración afirmar que el TLC con Estados Unidos se constituye en la peor estafa para el erario público en toda la historia de Colombia.

Las exportaciones totales hacia Estados Unidos, entre 2012 y 2015, cayeron US$ 12.126 millones, mientras las importaciones desde ese país aumentaron US$ 1.300 millones. Entre enero y marzo de 2016, las exportaciones presentaron una caída de US$ 391 millones.

La explicación de la caída de las exportaciones no se debe solamente a una situación exógena por la caída en los precios del petróleo y otros minerales, que significaron una pérdida de US$ 11.815 millones en el periodo enero-diciembre de los años 2012-2014 hasta agosto de 2015 . En agricultura se perdieron US$ 489 millones, en manufacturas US$ 189 millones y en servicios, uno de los supuestos sectores ganadores, se perdieron US$ 2.347 millones. Sin embargo, estos no son los únicos sectores que redujeron en gran medida sus exportaciones hacia Estados Unidos desde el año 2012. El sector de productos tradicionales que incluye las exportaciones de petróleo crudo y sus derivados, café, ferroníquel y carbón ha tenido una pérdida de US$ 11.815 millones, siendo el sector que más redujo sus ventas hacia este destino. En todos los aspectos comerciales del TLC Colombia es un perdedor neto.

En cuanto a la composición del comercio, tampoco hay ningún avance para Colombia, que tras la implementación del TLC sigue exportando los mismos bienes que ya vendía a Estados Unidos sin tener acuerdo, mientras desde ese país sí se ha abierto la posibilidad de exportar productos que se enfrentan directamente a la ya débil producción nacional.

Videoclip #TLCElGranEngaño

Conclusiones sobre el Plan de Acción Laboral

Es claro que los propósitos del PAL, sus compromisos y medidas siguen siendo pertinentes y necesarios. La reducción de la informalidad y la ilegalidad laboral, la protección de la libertad sindical, la erradicación de la violencia antisindical, la superación de la impunidad y el mejoramiento del acceso a la justicia para los trabajadores, son y seguirán siendo necesarios y mucho más en este momento en el que el principal reto de los actores del mundo del trabajo será el de contribuir a la construcción de la paz duradera. Pero, de otro lado, las conclusiones no son positivas.

1. PAL y políticas públicas laborales

a. Las medidas adoptadas no modificaron políticas públicas sobre inspección laboral, formalización, protección de la libertad sindical, prevención de la violencia y superación de la impunidad, y por tanto se permitió que rápidamente ante una prohibición surgiera una alternativa, el efecto disuasorio de las penas de prisión y de las multas, no se ha producido y la ampliación de la capacidad del Ministerio y de la Fiscalía, no se ha acompañado del diseño de innovadoras metodologías de trabajo que permitan avanzar en las investigaciones.
b. Al PAL le ha faltado voluntad política de parte del gobierno para aplicar efectivamente las medidas, diseñar estrategias que impidan que se malogren sus propósitos, dialogar y acordar con las organizaciones sindicales, proporcionar información de calidad sobre los avances y los cambios.
c. Y al evitar cumplir medidas tan importantes como las previstas en el PAL no han logrado mejorar los índices de formalidad laboral, ni han disminuido las prácticas de intermediación laboral, ni mucho menos sancionar e impedir los miles de actos de discriminación antisindical, no hay cambios en la grave impunidad de los crímenes cometidos contra los sindicalistas.

2. PAL y protección derechos laborales

A cinco años de la firma del PAL, estamos ante una situación paradójica, en la que se ha generado una nueva regulación de las relaciones laborales del país, que prohibió la tercerización laboral en actividades misionales y permanentes (artículo 63 de Ley 1429), mejoró la capacidad sancionatoria del Ministerio de Trabajo (Ley 1610), estableció penas de prisión para la violación a la libertad sindical (artículo 200 del Código Penal), y se fortaleció la institucionalidad pública laboral (creación del Ministerio de Trabajo, ampliación de la planta y la formación de los inspectores, modernización del sistema de inspección laboral, mejoramiento de la capacidad de investigación, más fiscales e investigadores para casos de violencia antisindical); sin embargo, en su implementación, (decretos, resoluciones, y decisiones), se han desvanecido los propósitos, y los problemas que se pretendían resolver con el PAL, permanecen sin variación significativa, y en algunos casos, han implicado importantes retrocesos.

Video: 3000 Kilómetros en busca del Plan de Acción Laboral

Por tal razón, las Centrales Sindicales CUT y CTC, los Centros de investigación Cedetrabajo y la ENS y un grupo creciente de organizaciones políticas, académicas, sociales, políticas y sindicales, exigen que se motive un debate a fondo sobre los impactos de los TLC, las afectaciones que están teniendo para el país y se exija una renegociación o incluso una denuncia de los mismos en el Congreso de la República, la academia, los gobiernos regionales y locales, y el mismo Gobierno Nacional, que lleve a conclusiones sobre si es necesario revisar, renegociar o incluso denunciar el TLC, y evitar la suscripción de nuevos tratados como el Acuerdo sobre Comercio y Servicios, TISA, por sus siglas en inglés.

Es necesario mantener y darle un nuevo impulso al PAL, realizar un balance y evaluación y fijar una nueva estrategia para asumir los retos; redimensionar sus objetivos , con las conclusiones de la Misión de Alto Nivel de la OIT, con las medidas previstas en la Hoja de Ruta de Derechos Humanos y Laborales con el Parlamento Europeo, y con algunas de las recomendaciones de la Ocde; incluir en el programa Paz Colombia que los gobiernos de Estados Unidos y Colombia vienen acordando, no solo garantizar su continuidad, sino también ligarlo a la construcción de la paz; en su conjunto las instituciones públicas involucradas en la implementación del PAL le deben dar prioridad al trámite y solución efectiva a las denuncias e investigaciones penales, y al desarrollo estratégico de la inspección laboral y la resolución pronta y efectiva de las querellas presentadas por las organizaciones sindicales.

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