UN MUNDO ALTERNATIVO QUE CREEMOS ALGUN DIA SERA RESPETADO

A pocos días que la Comunidad de Paz de San José de Apartadó, recibiera el premio Aachener Friedenspreis, premio de Paz de Aachen, como “Un reconocimiento a las resistencias civiles de nuestro país, que se niegan a la lógica paramilitar que se impone desde el gobierno colombiano”, en palabras de miembros de la misma comunidad, el pasado lunes 14 de mayo fue asesinado el líder campesino y ex coordinador de la Zona Humanitaria de la vereda Miramar, al frente del Terminal de Transportes de Apartadó.

Dos paramilitares se acercaron a la tienda donde se encontraba sentado, frente al Terminal y le dispararon varias veces, para luego salir tranquilamente del lugar en medio de la policía que se encontraba alrededor.

No obstante, este hecho no ha sido el único que ha mermado la luz de esperanza de la comunidad para que estos crímenes no queden impunes, luego de la entrega del premio. La misma comunidad relata, nuevos hechos, frente a los cuales consideran que su deber histórico, ante la búsqueda del respeto de la población civil en medio del conflicto armado, es dejar constancia para que la humanidad pueda algún día juzgar esos actos terroristas.

Y es que es evidente, a pesar del acompañamiento nacional e internacional que de una u otra manera tiene la comunidad, que los paramilitares no han dejado de actuar en la región. Así lo expresan sus habitantes, uno de los cuales, informó que el pasado 13 de mayo, luego que llegará de comprar varios marranos a San Josesito, que en los barrios de Apartadó se decía que los paramilitares iban a realizar una masacre en la Comunidad de Paz.

Paralelamente al asesinato de Francisco, la comunidad denuncia que tres hombres vestidos de civil que portaban armas cortas y radios de comunicación, que se identificaron como miembros de las Aguilas Negras, detuvieron a tres mujeres en un lugar conocido como Mangolo, el 9 de mayo, a las cuales les anunciaron su muerte.

Dichas mujeres fueron trasladadas a la salida de Apartadó, donde se hace el retén de la policía, lugar donde les solicitaron las identificaciones con el fin de verificar por radio si eran realmente las personas que buscaban para asesinarlas. Luego de dicha verificación y de escuchar por radio que las soltaran, les tomaron fotos, dejándolas ir, no sin antes anunciarles que si ellas denunciaban esta situación, las mataban, que ellos iban a estar por ahí, ya que la orden era comenzar a matar la gente de esa h.p comunidad de paz., y de meterse a San Josesito, la Unión y otras veredas a realizar una masacre.
Así mismo les dijeron, que con la policía y el ejército no se jugaba y que ellos mismos eran los que les habían dado los nombre de las personas que tenían que ejecutar.
No obstante estos hechos, es admirable la forma en que la Comunidad de Paz insiste en la construcción de un mundo alternativo que “Algún día creemos será respetado.” a pesar que el mismo gobierno colombiano siga utilizando sus estrategias de engaño y mentira y continúe hablando de un falso retorno de más de 200 familias a la zona.

Desde la distancia, con el corazón, con las palabras, los acompañamos, porque su lucha es la misma nuestra, como son nuestras sus lágrimas y la tristeza por la ausencia física de nuestro también hermano Francisco.

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