La Fiscalía 5a de la Unidad Derechos Humanos formuló acusación contra el soldado profesional José Alberto Pinzón Jaimes y el teniente coronel Pedro José Pachón Contreras, actual jefe del batallón Juan del Corral en Rionegro Antioquia, por los delitos de homicidio y desaparición forzada de Edgar Fabián Cuello, un joven albañil del barrio Santa Fe de la ciudad de Bogotá, asesinado el 4 de enero de 2008…
… y presentado como muerto en combate, por integrante del Batallón Silva Plazas de la Primera Brigada con sede en Duitama. Ambos acusados se sometieron a la Justicia Especial para la Paz, JEP, y el proceso en la justicia ordinaria continuará. El juicio se iniciará en Santa Rosa de Viterbo, Boyacá.
La participación de ambos militares en este crimen, señala el abogado de la víctima, Eduardo Carreño Wilches, integrante del Cajar, “es de una claridad y contundencia indudables dado que el soldado Pinzón Jaimes trajo el dinero que suministró Pachón Contreras para pagarle aquí al reclutador que entregó a Edgar Fabián para que lo asesinaran, y él mismo lo llevó hasta Duitama” donde se lo entregó a otro soldado del Batallón.
Altos mandos militares señalados por este caso
Previemante, el 10 de febrero de 2017, el juzgado segundo penal del circuito de Duitama condenó al exsuboficial del Ejército, sargento primero Oscar Darío Goyes Polo del batallón Silva Plazas de Duitama, a 211 meses (17.5 años) de prisión por homicidio y porte de armas en el caso de la ejecución del joven Edgar Fabián Cuello.
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El agente retirado se sometió a sentencia anticipada, aceptó los cargos e hizo revelaciones sobre las circunstancias en que se cometió este homicidio que comprometerían al entonces comandante del Grupo de caballería mecanizado Nº. 1 “José Miguel Silva Plazas”, el hoy general Jaime Rivera Jaimes, y al comandante de la Brigada I con sede en Tunja, entonces coronel Luis Fernando Rojas Espinosa, hoy brigadier general, comandante de la II División del Ejército.
General Jaime Rivera Jaimes
Brigadier General Luis Fernando Rojas Espinosa
El coronel Pedro José Pachón Contreras era superior jerárquico de Goyes Polo, quien señaló la responsabilidad del entonces comandante de la I Brigada, Luis Fernando Rojas Espinosa, que firmó el acta de recompensa en la que figura una señora encargada del lavado de uniformes en el Batallón a quien la presentaron como informante de actividades subversivas que sirvieron de sustento para el montaje contra Edgar Fabián.
En su declaración ante la Fiscalía, la señora dijo no haber suministrado ninguna información ni haber recibido un solo peso de dicha recompensa, sino haber firmado documentos en blanco con la excusa de que necesitaban emitirle un carnet a su nombre para ingresar al batallón.
El pasado 15 de noviembre la prensa nacional reveló que el Comandante de la II División del Ejército, Luis Fernando Rojas, señalado por el sargento Goyes Polo, solicitó su retiro del Ejército y que esto obedecería que sería llamado a calificar servicios. El abogado del caso señaló que de confirmarse su retiro, esto debería contribuir a facilitar y agilizar la actuación de la justicia.
Los hechos
Edgar Fabián Cuello, un albañil del barrio Santa Fe en la ciudad de Bogotá, fue reclutado mediante engaño el 4 de enero de 2008 y trasladado a la ciudad de Duitama, donde fue asesinado por los soldados Miguel Leal Torres, Javier León Pinto, Fredy Alexander Prieto, el teniente Hernán Darío Ríos Alvarado y el Sargento Oscar Darío Goyes Polo, todos integrantes de la unidad Delta del Grupo mecanizado Silva Plazas adscrito a la I Brigada. Al día siguiente de haber desaparecido de su casa, Edgar Fabián fue presentado por la unidad militar como guerrillero muerto en combate y su cuerpo fue sepultado como NN en el cementerio de Duitama.
Edgar Fabián Cuello
La familia de Edgar Fabián presentó la denuncia por su desaparición y así comenzó su búsqueda. Cuando llegó hasta el batallón Silva Plazas preguntando por él, recibió amenazas y le dijeron que su familiar había sido dado de baja porque se trataba de un delincuente con antecedentes penales.
La investigación siguió avanzando en manos de la Fiscalía, y después de 6 meses, el CTI descubrió que la persona enterrada como NN en la diligencia de levantamiento posterior al supuesto combate a las afueras de Duitama era la misma persona reportada como desaparecida en el barrio Santa Fe.
El Fiscal del caso logró establecer que Edgar Fabián Cuello no había disparado el arma que tenía en su mano al momento del levantamiento y que no se trataba de un combatiente sino de una persona pobre, marginada, con una vida normal, padre de una niña y quien respondía por su familia producto de trabajos en construcción y ornamentación, y con el apoyo de su mamá.
Con estas conclusiones iniciales, la Fiscalía llamó a declarar a los militares que participaron en los hechos y quienes reconocieron que se trató de una operación ordenada por el comandante del batallón, Coronel Jaime Rivera Jaimes. También que, en efecto, no hubo combate sino que fue un asesinato cometido para mostrar un resultado operacional y así evitar el traslado del teniente Ríos y acumular méritos para el Coronel Jaimes.
Un aparato organizado detrás del crimen
Los testimonios de sargento Goyes el teniente Ríos y los soldados han permitido establecer que se hicieron reuniones previas al homicidio, y que el sargento Goyes le pidió al coronel Rivera Jaimes que desistiera de cometer este crimen, a lo que su superior le dijo que era una orden para cumplir y que la misma ya había sido informada al comandante de la Brigada I, Luis Fernando Rojas Espinosa.
Para el abogado del caso, Eduardo Carreño Wilches, del Colectivo de Abogados “José Alvear Restepo”, quien ya solicitó a la Fiscalía investigar la responsabilidad del General Jaimes y el Brigadore General Rojas: “Las investigaciones deben reconocer el aparato organizado de poder y el concierto para delinquir que operaron detrás de este crimen y aprovechar este tipo de declaraciones de un militar que participó de los hechos, y que son una situación excepcional para profundizar en esta investigación”. También destacó el valor del sargento Goyes al confesar los hechos y suministrar la información para que se investigue a sus superiores, y señaló que el sargento debe ser protegido en su sitio de reclusión: el mismo batallón Silva Plazas donde hay influencia de superiores jerárquicos que pueden estar implicados.
Para el abogado que representa a la familia de la víctima, la modalidad de ejecuciones extrajudiciales que se incrementó entre 2002 y 2010, fue una práctica sistemática y generalizada al interior del ejército Sin embargo no todas las víctimas de este tipo de crímenes están organizadas o han presentado sus denuncias públicamente, por lo tanto es esencial que la Fiscalía investigue si hubo más casos como el de Edgar Fabián Cuello en el batallón Silva Plazas.
Según informes de las organizaciones defensoras de derechos humanos de Boyacá en la zona se han reportado alrededor de 20 casos de ejecuciones extrajudiciales bajo la modalidades de falsos positivos. 19 víctimas de estos hechos cometidos por integrantes distintos batallones de la Brigada I habían sido reseñadas por la prensa hasta el año 2010
Del Batallón Sucre: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-12132921
Del Gaula de Tunja: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-4881004
Del Batallón Tarqui (Ver en el mapa Tunja): http://www.verdadabierta.com/especiales-v/2015/falsos-positivos/#myAnchor6