Afiliar más tercerizados y presionar la reversión de Pacific Rubiales

Afiliar más tercerizados y presionar la reversión de Pacific Rubiales

La Unión Sindical Obrera, el sindicato más emblemático en la historia del país, realizó el pasado mes de noviembre la elección de los cuadros de su Junta Directiva Nacional y las juntas seccionales, proceso que realiza cada dos años por el sistema de voto universal y directo de todos sus afiliados.

 

Cerca de 26 mil trabajadores afiliados a la USO estaban habilitados para votar (2.800 directos de Ecopetrol y el resto de empresas contratistas) y lo hicieron 13 mil, o sea el 50%. Como nuevo presidente de la organización, en reemplazo de Rodolfo Vecino, fue electo Edwin Castaño Monsalve, connotado dirigente de la Seccional Cartagena, y además una de las caras nuevas en la Junta Nacional. Como vicepresidente fue electo Edwin Palma Egea, joven dirigente que ha hecho carrera en la Subdirectiva de Barrancabermeja.

La Agencia de Información conversó con ambos dirigentes, a fin de indagar acerca del proceso eleccionario que recientemente tuvo lugar en la USO, y para delinear los principales ejes de la agenda sindical y política de esta importante organización de trabajadores del sector minero-energético en el inmediato futuro.

Quién es y qué piensa el nuevo presidente de la USO

Edwin Castaño Monsalve nació en Medellín, pero toda su carrera laboral y sindical la ha hecho en Ecopetrol Cartagena, donde en 1998 se vinculó a la seccional de la Unión Sindical Obrera en esta ciudad, como trabajador raso.

Hoy, 15 años después, ayudado por los votos de los trabajadores petroleros afiliados a la USO Cartagena, no solo
llegó por primera vez a la Junta Directiva
Edwin Castaño M.
Nacional de esta organización sindical, que en este 2013 cumplió 90 años de fundada, sino que resultó electo presidente para los próximos dos años.

Dentro del ámbito sindical Castaño Monsalve es relativamente joven: apenas tiene 43 años de edad, pero ya cuenta con una reconocida trayectoria de lucha y militancia en la USO. En 2002 hizo parte del comité paritario local, en 2008 fue nombrado tesorero de la USO Cartagena, en 2009 integró la comisión que negoció la convención colectiva, en 2012 fue electo presidente de la subdirectiva Cartagena, y ahora presidente de la organización a nivel nacional, cargo en el cual no son pocos los desafíos que tiene por delante.

El primero de ellos, según él, es la defensa de Ecopetrol como patrimonio de los colombianos, o sea que no se privatice más de lo que está. Recordó que con el Decreto 1760, que escindió a Ecopetrol y creó la Agencia Nacional de Hidrocarburos, se le está entregando a manos llenas el recurso petrolero a las multinacionales. “Es una tarea ardua porque en este propósito nos hemos quedado solos. Estamos promoviendo un proyecto de ley marco sobre hidrocarburos, para que haya una política transparente y las regalías y la renta petrolera sea para el Estado y no para las multinacionales”, dijo al respecto.

Un segundo reto es la defensa de la convención colectiva de trabajo en la USO, la cual será negociada a mediados de 2014.

Otro reto es la defensa de los derechos de los trabajadores de las empresas contratistas, que en el país pueden ser unos 70 mil, hoy sumidos en un mar de maltratos y precariedad laboral. En ese sentido, afiliar al mayor número de estos trabajadores es una prioridad para la USO. La meta en el mediano plazo es afiliar unos 15 mil, que se sumarían a los más de 20 mil ya afiliados.

Si bien la USO ya tiene una subdirectiva en el departamento del Meta, otro reto importante es ampliar el radio de acción sindical en los Llanos Orientales, hoy epicentro clave de la producción petrolera en Colombia.

Un quinto reto tiene que ver con el logro de la unidad de empresa para el cúmulo de empresas filiales que Ecopetrol ha regado por toda la geografía nacional con el objetivo de no aplicar en ellas la convención colectiva. “Vamos a bregar desde todos los ángulos, tanto políticos como jurídicos, para que Ecopetrol y sus subsidiarias sean una sola empresa”, dijo Castaño Monsalve.

También señaló como un reto inmediato salirle al paso a la demanda que le impuso a la USO la multinacional CBI que opera la construcción de la nueva refinería de Cartagena, por una cuantía de dinero que la USO no está en capacidad de pagar. Además pretende despojarla de su registro sindical, o sea borrar de un plumazo 90 años de lucha. Esta demanda ya tiene varios años, y la USO la ganó en primera y segunda instancia en los tribunales de Cartagena, pero CBI movió sus influencias y su poderío económico e hizo trasladar el proceso a Bogotá, donde siguió su curso.

Y finalmente, está el reto que plantea Campo Rubiales, cuya propiedad Ecopetrol comparte con la compañía canadiense Pacific Rubiales, y que será revertido totalmente al Estado en el 2016. La propuesta de la USO es que no se renueve la concesión y Ecopetrol lo reciba y continúe explotándolo para el bien del país.

A propósito de Pacific Rubiales, una gran preocupación de la USO es la campaña de criminalización y judicialización emprendida por los directivos de esta multinacional contra los líderes sindicales. “La situación es difícil porque está en riesgo el derecho de asociación sindical, e incluso la existencia misma de la Subdirectiva Meta de la USO”, puntualizó el directivo sindical.

Entrevista a Edwin Palma E., vicepresidente de la USO

¿Qué sabor le dejó el proceso electoral que acaba de enfrentar la USO?

Fue importante y exitoso, con las falencias normales que tiene un proceso democrático de este tipo. Antes los trabajadores elegían delegados y éstos elegían la Junta Nacional. Ahora es por voto directo, que creemos es mejor escenario para que la base elija sus dirigentes. Logísticamente es más engorroso y costoso, pero garantiza una participación más democrática. En cuanto al número de votantes el incremento fue notable. El censo fue de 26 mil trabajadores, de los cuales votaron 12.945. En las elecciones de hace dos años el censo fue de 12 mil, de los cuales votaron 7 mil trabajadores.
Edwin Palma E.
De todas maneras la abstención fue del 50% ¿Por qué?

No es un fenómeno de abstención como tal, sino de imposibilidad de votar. En la industria petrolera hay muchos proyectos y mucha dispersión geográfica, y el día de la votación muchos no estaban trabajando, o no pudieron votar. Donde hubo todas las garantías los trabajadores participaron activamente. En Barranca, por ejemplo, el censo era de 3.800 y votaron 2.500, casi el 66%. Otro hecho destacado es que, aparte de la Junta Nacional, se eligieron las subdirectivas seccionales, la Asamblea Nacional de Delgados, y el Tribunal de Ética y Disciplina Sindical, tal como lo estableció la reforma de estatutos que se hizo en diciembre pasado. Y lo otro fue que nadie pudo participar en dos instancias, por ejemplo, no podía ser candidato a la Junta Nacional y al mismo tiempo a una subdirectiva, lo que evita que los dirigentes tengan varios cargos y a los trabajadores de base los compromete más a dinamizar el sindicato.

Ecopetrol tiene 8.000 trabajadores directos, de ellos 2.800 están en la USO. O sea que la tasa de sindicalización es del 28%. ¿Por qué sigue tan baja?

Sí, es menos del 33%, y es incluso es riesgoso porque implica un tema legal frente a la extensión de la convención colectiva al resto de trabajadores directos. Los trabajadores no han entendido eso: que hay que rodear al sindicato y afiliarse. Pero la razón fundamental es que Ecopetrol mantiene al orden del día su sistemática política antisindical, que incluye dos estrategias. Una es que por cada trabajador convencionado hay 3 que considera de dirección, confianza y manejo, y para ellos, a condición de que no se afilien al sindicato, tiene un plan que incluye mejores créditos, primas y otros beneficios que están por encima de la convención. Nosotros eso lo consideramos un pacto colectivo de facto, porque no es negociado sino impuesto. La USO está buscando una estrategia jurídica para desmontarlo. Al menos ya hay una exigencia del Comité de Libertad Sindical de la OIT en ese sentido.

¿Qué destacaría de los resultados del proceso electoral?

Que todas las expresiones políticas que se dan al interior de la USO quedaron equitativas en la Junta Nacional. Lo otro es que entraron 5 dirigente nuevos a esta Junta, de 20 en total. Tres de ellos fueron de la seccional Cartagena, que a raíz del conflicto que a mediados del año libramos en CBI Colombiana, la empresa contratista Reficar en Cartagena, logramos una alta vinculación de trabajadores al sindicato. Edwin Castaño, el nuevo presidente de la USO, es precisamente de esta seccional.

¿Y cuál es la presencia de jóvenes y mujeres en los cuadros directivos?

Los jóvenes que llegamos al sindicalismo somos muy pocos porque por lo general los jóvenes piensan en otras cosas menos en organizarse sindicalmente. Tenemos que trabajar mucho para persuadirlos. También es grave el tema de la participación femenina. En todas las estructuras regionales del sindicato apenas había 2 mujeres, ahora quedaron 3, pese a que hay muchas mujeres en la industria petrolera, un 10% aproximadamente.

¿En qué otras empresas distintas a Ecopetrol está la USO ahora?

No es mucho la membrecía de la USO por fuera de Ecopetrol. En Pacific Rubiales no tenemos nada. Allí el proceso lo perdimos hace dos años, lo que tenemos son compañeros presos. Esta semana capturaron cuatro. En Terpel, la segunda empresa petrolera después de Ecopetrol, con 3.600 trabajadores directos y 3.000 tercerizados, tenemos una convención que solo aplica a 30 trabajadores. En Chevron también tenemos unos pocos, lo mismo que en Gas Oriente, empresa de Bucaramanga. En la Oxi, entre directos y subcontratados, no suben a 600 los afiliados a la USO. Recientemente presentamos pliego para los afiliados que tenemos en Waderford y en Halliburton, pero están embolatados. Lo otro es que hay muchos sindicatos petroleros de base, pequeños, regados por todo el país. Hay que persuadirlos para que se sumen a la USO. Por ejemplo en Yopal existe Sintraferenco, sindicato de base de una multinacional francesa, que tiene 400 afiliados y acaba de cumplir 20 años de existencia. Sería ideal crear con ellos la subdirectiva de la USO en Yopal, porque no es lo mismo estar por allá aislados y con poca fuerza, que ser brazo de la USO. Lo mismo pasa con Sintranaviera, sindicato de una empresa que transporta hidrocarburos por el río Magdalena, que tiene 50 afiliados. La idea es crear con ellos otra subdirectiva de la ISO en Barranquilla. Además eso es coherente con la directriz del 5° Congreso de la CUT, que es fortalecer el sindicalismo de la industria petrolera. Claro que un propósito más estratégico es conformar un gran sindicato de la rama minero-energética, que aglutine a los trabajadores del petróleo, el carbón y el sector eléctrico.

¿Se ha avanzado en ese propósito?

Hemos conversado con Sintracarbón y Sintraelecol, dos grandes del sector. Lo veo difícil pero no imposible. El problema de un propósito de esa magnitud es que todos queremos estar a la cabeza de la integración. Lo más difícil es romper el tema del sectarismo y los afanes de protagonismo. Si nos ponemos de acuerdo en eso, el resto es fácil de conseguir.

¿Esta nueva directiva de la USO en donde tendrá que poner el acento y el esfuerzo en los próximos dos años?

Tenemos que tratar de capitalizar el buen momento que tiene la USO, crecer más. Tenemos que convencer a muchos trabajadores tercerizados en Ecopetrol y de otras empresas petroleras para que se sumen al sindicato. Ecopetrol tiene 45 mil tercerizados, de ellos hay unos 15 mil afiliados. En el resto de las empresas petroleras no sabemos con certeza cuántos tercerizados hay, pero son muchísimos.

Ecopetrol ha crecido y se ha venido abriendo en muchas empresas filiales. ¿Cómo están manejando ese tema desde el punto de vista sindical?

En la agenda de la USO también está el tema de la unidad de empresa. Ecopetrol ha venido creciendo a través de filiales, con el propósito de no aplicar la convención y desconocer el sindicato. Empresas como Reficar, que construye la nueva refinería de Cartagena, Propilco, Ecodiesel, Comai, Ocol, Ocensa, entre muchas otras, en las que Ecopetrol tiene participación accionaria mayoritaria, por lo que aplica la unidad de empresa. Vamos a hacer esa solicitud por la vía judicial y administrativa.

Ya que lo menciona, detengámonos un poco en el caso Reficar.

Reficar es 100% patrimonio de Ecopetrol, pero con personería jurídica diferente, y a la vez terceriza casi toda su planta laboral. Tanto que la convención colectiva está firmada con CBI, la principal contratista de Reficar, que tiene unos 15 mil trabajadores. La USO allá no tiene entrada, no tenemos reconocimiento, no se aplica la convención USO-Ecopetrol sino la que se pactó hace 2 meses con CBI luego de una huelga de 3 días. Esa convención cuesta 104 millones de dólares.

¿A quién responsabilizan del retraso en la construcción de la nueva refinería de Cartagena?

Ecopetrol es el culpable de esa situación. ¿Qué hizo? Creó una filial, Reficar, para no aplicar la convención y la operación le saliera más barata. Y resulta que le salió más cara por los retrasos, porque la gente sabe a qué tiene derecho en la industria del petróleo y obviamente reclama esos derechos. Incluso para el proyecto de modernización de la refinería le pidieron a la USO un acuerdo de armonía laboral previo. Es un acuerdo con miras a poner las reglas de juego antes de que el proyecto arranque. Ya estamos trabajando a eso, llevamos 13 sesiones.

Y en cuanto al tema salarial y prestacional, ¿qué proyecciones hay?

Estamos luchando porque se establezca una política salarial petrolera en el país, unificada, porque, por ejemplo, los trabajadores en Cartagena ganan distinto a los del Putumayo, y hacen las mismas funciones. Esto con el objetivo de que no vengan empresas extranjeras a imponer condiciones laborales precarias, en una industria que genera muchas utilidades. Es un tema macro, que debe ser abordado en la legislación nacional.

¿La idea es que los trabajadores vinculados a Ecopetrol ganen lo mismo que los contratistas?

Ya desde 1957 existe un decreto en ese sentido, pero no se aplica. La lucha nuestra es para que se aplique, porque son abismales las diferencias salariales y prestacionales entre los trabajadores vinculados a Ecopetrol, amparados por convención, y los tercerizados. Yo diría que del 100%. Además Ecopetrol definió unilateralmente lo que son actividades propias y no propias de la industria del petróleo. Entonces, donde hay resistencia sindical aplican buenos salarios, y donde no la hay pagan salarios pésimos.

¿Hay algo más en la agenda de la USO?

Otro tema que vamos a impulsar fuertemente tiene que ver con el derecho de huelga en Ecopetrol, y en el sector petrolero en general. Según el Código Sustantivo del Trabajo está prohibido hacer huelga en la industria del petróleo. A favor tenemos dos sentencias de la Corte Constitucional y conceptos de la Comisión de Expertos de la OIT, que conmina al Estado colombiano a modificar la legislación y permitir el derecho de huelga en Ecopetrol, la última en junio de este año. La Comisión conceptúa que es un servicio público que puede prestarse mínimamente para no afectar el resto de la población.

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