Cinco años después, comunidad de Wasimal – Albania, se resiste a no olvidar la masacre del 21 de enero de 2006

Cinco años después, comunidad de Wasimal – Albania, se resiste a no olvidar la masacre del 21 de enero de 2006

Con la resiembra de árboles, y como testigo un molino de viento que se resiste a no dejar que el viento se escape con la memoria, el pasado 21 y 22 de enero, la comunidad de Wasimal estuvo acompañada de varias ONGs y medios de comunicación alternativos, para no olvidar la masacre de hace cinco años en su territorio ancestral.

 

 

Al llamado del colectivo de Abogados `José Alvear Restrepo`, quienes le hacen seguimiento jurídico al caso, el pasado viernes 21 de enero, fueron llegando autoridades tradicionales y músicos de los pueblos Indígenas Wiwas y Kankuamos, y delegados de ONGs como SISMA, TIERRA DIGNA, Fuerza de Mujeres Wayùu, a respaldar con la Vida y la Palabra a los hermanos Wayúu de la ranchería de Wasimal, corregimiento de Waren Waren, municipio de Albania, Sur – Centro de La Guajira, norte de Colombia.

El desafío era y sigue siendo “resembrar en la memoria de niños y jóvenes, comunidades, pueblo y sociedad en general la masacre y sus consecuencias, de Wasimal Albania, en la que hace cinco años, miembros del Gaula – Guajira, DAS – Fonseca y funcionarios del CTI, en un operativo conjunto, además de ejecutar extrajudicialmente a los indígenas Wayúu, Javier Pushaina y Luis Ángel Fince Ipuana de 23 años ambos, y al menor Gasparito Cambar Ramírez de 16 años, cometieron otras graves violaciones a los derechos humanos”, así lo indicaron miembros del CCAJAR.

El acto de resiembra de la memoria se da por la conmemoración de hace cinco años, cuando el 21 de enero de 2006, más de 100 miembros de varias rancherías del pueblo indígena Wayúu celebraban la fiesta de pacto de matrimonio de los jóvenes Aleyda Pushaima y Gustavo Paz, “como a las cinco de la tardecita, miembros del Ejército Nacional – Gaula, ingresaron violentamente al territorio indígena con el consentimiento y legitimación del Fiscal 004 seccional Maicao y la personera Municipal de Maicao”; los uniformados “bajo el pretexto de un supuesto allanamiento, dispararon indiscriminadamente contra más de cien indígenas que se encontraban reunidos como a las cinco de la tarde”, así está registrado en la denuncia, al igual que varios testimonios de varios miembros de la comunidad que dan cuenta y ratifican cinco años después que “quienes salieron corriendo fueron ultimados a bala, uno de ellos Luis Ángel quedó herido y lo remataron cerca al Jagüey”, otros cuentan que “resultaron heridos Gustavo y Moisés, varias mujeres golpeadas, hombres y mujeres insultados acusados de ladrones y encerrados en un corral de chivos. Tres indígenas fueron detenidos y judicializados arbitrariamente, varios meses después la administración de justicia comprobó su inocencia”.

En el mismo sitio de la masacre, familiares de las víctimas cada año siembran semillas de vida para alejar la muerte, fruto de ello, hoy crecen frondosos árboles, donde la esperanza renace, donde a pesar de las denuncias, el desplazamiento, el terror y el abandono estatal, aún siguen esperando y reclamando Justicia, Verdad, Reparación Integral y Garantías de no Repetición.

El clamor y la Yonna de No al Olvido del pueblo Wayúu, fue acompañado de música de Chicote el blanco tradicional de la nieve de la Sierra Nevada de los hermanos Kankuamos y Wiwas, quienes en carne propia saben también el sabor de las masacre y el olvido, a pesar de las medidas Cautelares y provisionales vigentes de la CIDH; mientras que Wayùu de varias rancherías, Arijunas de varias ONGs y medios de comunicación alternativos, llegaron y partieron vestidos de mantas multicolores de la Guajira Grande, en caravana reafirmaran cada año, el territorio de Wasimal como territorio de Vida y de No Olvido.

“El olvido entierra rostros y voces, pero la palabra siempre trae de vuelta a los ausentes, a los silenciados, los que claman en el desierto y socavones del olvido”, pensamiento del más allá.

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