Con profundo dolor y tristeza, pero con la resistencia y dignidad que nos ha caracterizado, hoy las víctimas sobrevivientes recordamos el inicio de uno de los hechos más macabros en la historia de la guerra social y política de nuestro país, ” LA MASACRE DE MAPIRIPÁN”, un recorrido de muerte, sevicia y horror perpetrado por los paramilitares en connivencia con agentes de la fuerza pública del Estado Colombiano, entre julio – agosto de 1997 y mayo de 1998, comenzando en el casco urbano del municipio de Mapiripán y avanzando por los caminos, veredas y corregimientos como Puerto Alvira, la cooperativa, charras, entre otras.

Honramos la memoria de quienes hoy ya no están junto a nosotros, y la valentía de aquellas mujeres, hombre, niñas, niños y jóvenes que se vieron obligados a desplazarse dejando todo para iniciar el penoso calvario del desplazamiento forzado, y no obstante, mantienen la firmeza y la convicción en la lucha por la de la defensa de sus derechos entre ellos el que tienen a su territorio.

Mapiripán, es un territorio simbólico del horror que ha padecido y padece este país, y del cual sus habitantes y sobrevivientes no sentimos vergüenza alguna, por el contrario, luchamos incansablemente por transformar sin olvido y sin impunidad. Por ello queremos y exigimos que sea un territorio de paz, de concordia, de reconciliación, un territorio de esperanza en donde se construya una experiencia piloto que sirva de ejemplo de paz, de memoria histórica, de reparación colectiva e individual a las los millones de víctimas de crímenes de Estado de Colombia.