La Fiscalía de derechos humanos llamó a indagatoria a dos oficiales del Ejército por su responsabilidad en la masacre de Barrancabermeja, cometida el 28 de febrero de 1999. El primero de ellos es el mayor Jesús Herrera García, entonces subcomandante del batallón 45 Héroes de Majagual…
… dado que varios de los jefes paramilitares que participaron en la masacre lo mencionan como uno de los partícipes de la misma por su relación directa con Camilo Morantes que era el jefe de la estructura paramilitar denominada Autodefensas Unidas de Santander y Sur del Cesar, Ausac.
Esta decisión se produce casi 20 años después de la ocurrencia de los hechos cuando finalmente solo se logra su identificación, por el trabajo de investigación del Cuerpo Técnico de Investigaciones, CTI, de la Fiscalía. El mayor Herrera guardó silencio frente a la imputación y solicitó acogerse a la Jurisdicción Especial de Paz, JEP.
La Fiscalía también vinculó al Oswaldo Prada Escobar, integrante del batallón Nueva Granada y jefe del B2, quien igualmente es señalado por los paramilitares confesos de ser el contacto de los paras ahí en el Batallón. Prada Escoba, según consta en el expediente, era el encargado de reclutar personas desmovilizadas de la guerrilla e integrarlas a los paramilitares. También se encargaba de coordinar al interior de la estructura del Ejército el que no se hicieran los retenes y que se permitiera el ingreso y la salida de los paramilitares, así como de obstruir cualquier labor de persecución a esta estructura criminal.
El capitán Prada Escobar, o Mayor ahora, presentó una solicitud de acogimiento a la JEP expresando que él, igual que el Mayor Herrera, guardan silencio respecto de los hechos, que no tienen ningún conocimiento sobre el particular y no quieren ninguna colaboración con la justicia en ese sentido.
Eduardo Carreño Wilches abogado del caso, señaló que esta es una decisión muy importante que amplía el margen de responsabilidad de los criminales y “permite demostrar que efectivamente hubo una organización de carácter criminal en donde participó, no solamente Ecopetrol mediante su exsubjefe de seguridad José Eduardo González -también un capitán de inteligencia retirado del Ejército- sino empresarios de la región, integrantes del extinto Departamento Administrativo de Seguridad, DAS, de la Policía y de la estructura paramilitar que dirigía Camilo Morantes”.
Aspiramos a que se siga y se continúe la investigación para dar con la totalidad de los responsables de esta estos crímenes cometidos y de poder algún día llegar a conocer realmente la verdad de los hechos sucedidos en esta masacre y las motivaciones que la originaron. Porque igual se recuerda a ninguna de estas personas, que aparecen allí como víctimas eran miembros de movimientos guerrilleros, sino personas del común que vivían en los barrios nororientales de la ciudad de Barrancabermeja y que se encontraban desarrollando actividades normales como vendedores informales. Es decir, personas de una extracción muy humilde pero que se dedicaban al trabajo honesto para ayudar a alimentar a su familia.
En el Sistema Integral de Verdad, Justicia Reparación y Garantías de No Repetición, (JEP, CEV Y Unidad de Búsqueda) las víctimas esperan que haya confesión de estos mismos de la fuerza pública, verdad en relación con los hechos y motivaciones, y poder encontrar a sus seres queridos en el caso de los dos desaparecidos. Según los testimonios de uno de los paramilitares, recordó el abogado del caso, fueron llevados a la base paramilitar en Sabana de Torres, donde se los habrían entregado a Camilo Morantes, quien procedió a asesinarlos y lanzar sus cuerpos al río Lebrija.
El pasado mes de septiembre, la Fiscalía General de la Nación dictó orden de captura y llamado a indagatoria contra el mayor retirado Édgar Román Herrera Fetecua, por el delito de concierto para delinquir, y contra el agente de la policía Nilson Durán Durán, uno de los contactos con los paramilitares para la realización de la masacre.
Exsubjefe de seguridad de Ecopetrol enfrenta juicio desde 2017 por estos hechos
En febrero de 2017, la Fiscalía 29 especializada de Derechos Humanos llamó a juicio a José Eduardo González Sánchez, en su calidad de subjefe de seguridad de Ecopetrol durante la época, como autor intelectual y promotor de la masacre del 28 de febrero de 1999 Barrancabermeja. González Sánchez será juzgado por los delitos de Homicidio múltiple, tentativa de homicidio agravado y desaparición forzada agravada.
El ex subjefe de seguridad también está llamado a juicio por la masacre del 16 de mayo de 1998, 9 meses antes, y por otros hechos relacionados con su pertenencia a las estructuras criminales del Bloque Central Bolívar que desplegó sus atrocidades hasta la región de Vélez, en Santander.
Eduardo Carreño Wilches, abogado del caso, señala:
“Estamos hablando de un delincuente avezado al servicio del paramilitarismo que aprovechaba su función en la Seguridad de Ecopetrol para manejar las relaciones con Ejército, Armada Policía y DAS para garantizar que en los operativos paramilitares la Fuerza Pública no saliera a proteger a la población, no fuera a perseguir a los criminales y en general guardara un silencio cómplice o una omisión en sus responsabilidades”.
La Masacre del 28 de febrero fue cometida hace 18 años por un comando de 16 paramilitares dirigidos por Mario Jaimes, alias “El Panadero”, pertenecientes a las autodenominadas “Autodefensas de Santander y Sur del Cesar, Ausac, quienes ingresaron a los barrios Versalles, Provivienda, La Esperanza y La Paz, ubicados en la Comuna 5 al nororiente de la ciudad, donde asesinaron a 8 personas y dejaron heridas a dos más. Los paramilitares también desaparecieron de manera forzada a otras dos personas quienes se presume que fueron ejecutadas y sus cuerpos arrojados al río Lebrija, sin que hasta el momento se hayan encontrado sus restos.
Por estos hechos aceptaron cargos y se sometieron a sentencia anticipada los paramilitares Adalberto Galvis Pestana, José María García Arias, alias “Bebé”, Jhon Alexander Vázques, alias “Pepol”, Joaquín Morales, alias “Danilo” y Javier Pumarejo Martínez, alias “Sandy”. También fueron condenados los paramilitares Henry Ricardo, alias “el Sordo”, alias “El Panadero” comandante del operativo criminal quien cumple una pena de 40 años de prisión, Pedro Mateo Hurtado Moreno y Fremio Sánchez.
En octubre de 2012, el Tribunal Administrativo de Santander ordenó una medida de reparación simbólica dentro de la demanda contra la nación, Ejército Nacional, en la cual se condenó al Estado y se le ordenó la reparación integral de la familia de Jesús Daniel Gil, una de las víctimas de la masacre. En el acto simbólico realizado en mayo de 2013, el General Octaviano Bustillo Barraza, comandante de la Quinta Brigada del Ejército Nacional, pidió perdón por el asesinato.
La verdad de los crímenes cometidos por el paramilitarismo durante su proyecto de expansión a finales de los años 90 en el Magdalena Medio y en la ciudad de Barrancabermeja, es aún es una deuda histórica con las víctimas y con la sociedad. Sólo a través de la justicia y la verdad será posible el desmonte de estas estructuras que, como consecuencia de esos históricos vínculos con agentes estatales, siguen operando en esta región.
Víctimas de la masacre de Barrancabermeja
1. Edgar Alfonso Sierra Sidray (Desaparecido)
2. José Darío Sánchez Aguirre
3. Jesús Daniel Gil Mosquera
4. Luis Miguel Cifuentes (Desaparecido)
5. César Manuel Barroso
6. William Rojas Zuleta
7. Leonardo Guzmán Martínez
8. Israel Ariza Ochoa
9. Orlando Forero Tarazona
10. Elio Mejía Castellanos
11. Parmenio Terraza Zuleta
12. Pedro Palacio (Herido)