El Cajar, un vientre dador de vida: Palabras de abogados y abogadas jóvenes en la celebración de los 40 años

El Cajar, un vientre dador de vida: Palabras de abogados y abogadas jóvenes en la celebración de los 40 años

En el CAJAR nos hemos construido como personas defensoras de derechos humanos ambientales y territoriales integrales, a partir de ejercicios colectivos de pensamiento junto a las víctimas de crímenes de Estado, del desarrollo, de megaproyectos extractivos y de la violencia sociopolítica.

No volveremos a ser los mismos seres humanos que éramos. El CAJAR es una escuela humanista que ha contribuido en nuestra formación como sujetos políticos, donde más que casos y procesos jurídicos aislados, acompañamos y vivimos reivindicaciones históricas por la justicia y la verdad, reclamadas y exigidas por los sectores sociales excluidos y en condiciones de vulnerabilidad. La labor del CAJAR impulsa y visibiliza las diversas voces que han sido históricamente silenciadas.

En los territorios hemos conocido la dignidad de los pueblos, la valentía de personas y procesos organizativos en la reivindicación de sus derechos, la resistencia y la esperanza; lo que nos ha permitido aprender de ellos y acompañarles en sus justas luchas e históricas reivindicaciones que se vuelven parte de nuestras vidas.

Cada una de nosotras es una semilla que día a día se va haciendo más resiliente, cuando no vemos los frutos inmediatos de nuestro quehacer, o cuando un contexto perenne de injusticia social e impunidad parece no ceder pese a nuestros esfuerzos. Resiliencia que nos hace perseverar y seguir insistiendo, resiliencia que se queda en el centro de la semilla, de una generación de abogados y abogadas, jóvenes defensores de derechos humanos, que a donde quiera que nos lleve la vida, permanecerá y germinará en cada uno de nosotros para seguir defendiendo los derechos humanos, seguir soñando y trabajando para hacer de éste un mundo mejor.

Así, el CAJAR significa un vientre dador de vida, motor de esperanza, un lugar afectuoso que abriga, abraza y genera las mejores condiciones para que nazca el pensamiento crítico que construye país, que permite el florecimiento creativo de consignas y propuestas de garantías de no repetición de las múltiples violencias a las que nos hemos enfrentado. Desde la juventud CAJARIANA emanan más flores de esperanza que sin duda luchan contra la impunidad, construyen paz en los territorios al lado de la gente y promueven su protección con propuestas de dignidad.

Agradecemos inconmensurablemente cada día de aprendizajes, admiramos a quienes han sido nuestros mentores y mentoras, y amamos entrañablemente estos caminos de lucha y esperanza.

Abogadas, abogados y auxiliares CAJAR.

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