Los grupos que parecían extremadamente vulnerables eran aquellos que defendían los derechos de las víctimas de las violaciones de derechos humanos, que eran activos en los sindicatos o alimentaban la discusión acerca de las consecuencias negativas de la minería del carbón en el campo ambiental y social. Esto a pesar del desarme y de la desmovilización de las unidades paramilitares en 2006, que oficialmente ya no estaban activas en el Cesar.
PAX visitó por primera vez el departamento del Cesar en 2009. Durante este viaje, las
profundas cicatrices de la violencia paramilitar que había dejado el periodo 1996–2006 entre la población local, se hicieron claramente visibles rápidamente. Algunos de los residentes de la zona minera aún no tenían una sensación de seguridad.
Los grupos que parecían extremadamente vulnerables eran aquellos que defendían los derechos de las víctimas de las violaciones de derechos humanos, que eran activos en los sindicatos o alimentaban la discusión acerca de las consecuencias negativas de la minería del carbón en el campo ambiental y social. Esto a pesar del desarme y de la desmovilización de las unidades paramilitares en 2006, que oficialmente ya no estaban activas en el Cesar.
La judicialización y el castigo de líderes paramilitares del Cesar bajo la Ley de Justicia y Paz (Ley 975 de 2005) progresaba con una lentitud extrema. En 2009, La Fiscalía General de la Nación aún realizaba investigaciones criminales, y los procesos aún no habían llevado a condenas.
Además, los principales líderes habían sido extraditados a Estados Unidos, para enfrentar cargos por narcotráfico. Por ello, los familiares de las víctimas difícilmente recibían una aclaración sobre las circunstancias en que ocurrieron los asesinatos de sus seres queridos o sobre el posible paradero de los desaparecidos.
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El Lado Oscuro Del Carbón, Pax Holanda (PDF – 5.2 MB)
