Familia de Ana Rosa Castiblanco: A la espera de verdad y de respuestas

Familia de Ana Rosa Castiblanco: A la espera de verdad y de respuestas

Reviva aquí el acto público de entrega digna de restos

En ese momento, los funcionarios de Medicina Legal le dijeron a su familia que debía recibir los restos o estos regresarían a la misma fosa a donde fueron a parar por orden de las autoridades militares, junto con los demás cuerpos no identificados de las víctimas mortales de la toma y retoma del Palacio de Justicia, el 6 y 7 de noviembre de 1985.

Ana Rosa Castiblanco Torres nació el 18 de noviembre del 1953 en el municipio de Anolaima. Luego su familia se trasladó al municipio de Sibaté, también en Cundinamarca, y luego se radicaron en Bogotá donde Ana Rosa comenzó a trabajar en asas de familia desde los 12 o 13 años.

Cuando ocurrió el holocausto del Palacio de Justicia, Ana Rosa llevaba poco más de dos meses en la cafetería y había llegado allí por recomendación de compañera del restaurante La Chalina en donde trabajaba hasta entonces. Tenía 32 años y siete meses de embarazo de su tercer hijo. Ese miércoles llegó muy temprano a trabajar como cada día, y a las 11 am su hermana María Inés Castiblanco -quien trabajaba en una lavandería- escuchó la noticia de la toma del Palacio de Justicia por un comando del M19.

El comando guerrillero fue repelido rápidamente por un operativo militar que ya estaba dispuesto y en el que participaron cerca de 2000 agentes del Ejército, la Policía y los organismos de inteligencia, bajo el comando del general Jesús Armando Arias Cabrales, de la XIII Brigada del Ejército. Sólo una integrante del comando guerrillero sobrevivió y murió en el exilio en 2001.

Después de horas de disparos y explosiones, poco a poco empezaron a salir con vida en manos de la Fuerza Pública quienes habían sobrevivido. Así, los medios de comunicación de la época registraron la salida de decenas de personas con vida, lo que después se convertiría en prueba del modus operandi de la desaparición forzada de personas durante la retoma del Palacio de Justicia:

Ana Rosa, sus demás compañeros de la cafetería, empleados, incluyendo magistrados auxiliares, y otros visitantes ocasionales fueron considerados “sospechosos” de colaborar con la toma por informes de inteligencia militar. En el caso de la cafetería, los informes concluyeron que los víveres almacenados eran abundantes y tenían el propósito de proveer al comando guerrillero.

Con este pretexto el administrador, el chef, auxiliares, visitantes ocasionales y meseros, fueron sacados con vida del Palacio para ser conducidos a la Casa del Florero, y en algunos casos trasladados a instalaciones militares para ser interrogados y torturados. Posteriormente, sus cuerpos fueron reingresados al Palacio e incinerados en el cuarto piso, mezclados y entregados de manera equivocada y confusa a algunos familiares -y a otros no como en el caso de los 11 trabajadores y visitantes ocasionales- para esconder las evidencias sobre las circunstancias de sus muertes. Esto es lo que hasta el momento han logrado establecer las investigaciones.

La justicia de ese momento no avanzó en la determinación de los responsables, a pesar de contar con absoluta claridad sobre toda la cadena de mando responsable del operativo militar de retoma y que llegó hasta el presidente de la República, Belisario Betancur.

La búsqueda de las personas desaparecidas también arrojó muy pocos resultados. El 17 de julio de 2001, dieciséis años después de los hechos, se estableció que uno de los cadáveres exhumados entre enero y septiembre de 1998 era el de Ana Rosa, al ser cotejado con el ADN de sus familiares.

Sólo hasta 2007, 22 años después, un fallo administrativo estableció la responsabilidad estatal por la desaparición y muerte de Ana Rosa Castiblanco. El juez concluyó que, pese a que se desconocen las circunstancias de la desaparición y muerte de Ana Rosa el hecho plenamente probado es que las Fuerzas Militares y de Policía del Estado fueron las que realizaron todo el proceso de recuperación del Palacio y ejercieron el control total de la situación, luego de vencidos los insurgentes del M-19.

En el ámbito penal, las condenas contra los coroneles Alfonso Plazas Vega, Edilberto Sánchez Rubiano y el general Jesús Armando Arias Cabrales por desapariciones forzadas durante la retoma, no reconocieron como víctima a Ana Rosa Castiblanco.

Por otra parte, la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de noviembre de 2014, que condenó al Estado colombiano por la actuación de sus agentes durante a toma y retoma del Palacio de Justicia, calificó el hecho como un homicidio al no contar con pruebas audiovisuales de supervivencia como en otros casos.

“La desaparición de una persona debido a que no se conoce su paradero, no es igual a una desaparición forzada; esta requiere de la privación de la libertad, la intervención directa de agentes estatales o la aquiescencia de estos, la negativa de reconocer la detención y revelar la suerte o paradero de la persona” aclara el abogado del caso ante la Corte Interamericana, Rafael Barrios Mendivil.

Sólo hasta 2015 una diligencia judicial permitió revisar imágenes de archivo de la Fundación Patrimonio Fílmico, donde se la ve claramente saliendo alzada por un oficial y en avanzado estado de embarazo. También confirma esta versión el testimonio del conductor Jaime Buitrago quien señaló:

“En el trajín último tropecé con mi cabeza el vientre de ella, y una vez pasado el trajín de todo lo que fue la toma del Palacio, comencé a identificar por fotografías a las personas que yo había visto allá, en los informes que se daban a diario en la prensa, en la televisión, que hablaban de los desaparecidos, entonces empecé a identificar quiénes eran cada uno de ellos, pero, especialmente, a esta persona (…) le pregunté cómo se sentía, a lo cual ella me contestó que estaba muy nerviosa por su estado de gravidez”.

Posteriormente, al analizar el mismo video, el testigo confirmó:

“En el minuto 26:45 observo una mujer alzada por un hombre de vestido beige, con una agenda en la mano, y ella está con un delantal verde claro y por la protuberancia de su vientre me parece que es doña Ana Rosa Castiblanco, la mujer que estaba embarazada dentro del baño, la misma que vi en la Casa del Florero”. Tomado de El Espectador, Palacio de Justicia: el misterio de Ana Rosa Castiblanco

Con estos testimonios y otras pruebas de que el bebé no estaba dentro de los restos entregados a su familia, se concluye que Ana Rosa estuvo en el Palacio al momento del ataque, que fue llevada al baño ubicado en el descanso entre el segundo y tercer piso, que salió con vida y estuvo en la Casa del Florero, y que tuvo el parto de su hijo en manos de los militares, lo que abre para la familia de Ana Rosa, un nuevo interrogante y una nueva búsqueda: ¿Dónde está el bebé?

Sus hijos Claudia y Raúl, sus siete hermanas y hermanos, esperan que con el acto de entrega digna de restos sanen de alguna forma las heridas de tantos años de incertidumbre, la misma que no pudieron despejar sus padres antes de morir. La búsqueda de la verdad y la justicia seguirá intacta y a la espera de que la Fiscalía investigue por fin la desaparición forzada de Ana Rosa Castiblanco el paradero de su tercer hijo, y acuse a los culpables para que respondan ante la justicia.

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