La Juventud Rebelde rechaza señalamientos por parte de Caracol Televisión, Gobierno y Policía Nacional

La Juventud Rebelde rechaza señalamientos por parte de Caracol Televisión, Gobierno y Policía Nacional

La Juventud Rebelde Colombia es una organización política juvenil, de orden nacional, que desarrolla procesos organizativos en 22 departamentos del país, 11 universidades públicas y privadas. Nacimos en abril de 2015 en el marco de las movilizaciones por la paz y el respaldo a la construcción de un acuerdo de paz como salida política al conflicto armado colombiano.

El 10 de octubre de 2019 CM& presentó una nota en la que, según el director de la Policía Metropolitana de Bogotá, Óscar Atehortúa, la Juventud Rebelde Colombia hacia parte de las organizaciones que “infiltraban movilizaciones para provocar caos y actos vandálicos”. Ante tan irresponsable afirmación, que no tiene nada que ver con nuestro trabajo comunitario, organizativo y político, emitimos un pronunciamiento exigiendo rectificación y responsabilidad a los medios de comunicación y la Policía. Hecho que sólo fue atendido por el medio informativo Pulzo.

11 meses después, Caracol Noticias en su emisión del medio día del 13 de septiembre, emite una nota basada en documentos del ELN de 2015, documentos de inteligencia a los que tuvo acceso y declaraciones del Alto Comisionado de Paz, Miguel Ceballos. En la nota se habla de una “clara explicación” de los hechos violentos ocurridos en Bogotá. Posteriormente indican basados en el documento de inteligencia a la Juventud Rebelde como organización vinculada a una supuesta estrategia del ELN y las disidencias para infiltrar los escenarios de movilización. Por tanto, se nos ha puesto como Juventud Rebelde en riesgo por estos irresponsables señalamientos, de los cuales informamos:

1) La Juventud Rebelde Colombia es una organización política juvenil, de orden nacional, que desarrolla procesos organizativos en 22 departamentos del país, 11 universidades públicas y privadas. Nacimos en abril de 2015 en el marco de las movilizaciones por la paz y el respaldo a la construcción de un acuerdo de paz como salida política al conflicto armado colombiano.

2) Todo nuestro trabajo ha sido abierto y de conocimiento público. Integrantes de la organización han asumido públicamente la interlocución con parlamentarios; instituciones de gobierno del orden nacional, departamental y municipal; organismos multilaterales; partidos políticos; centros de investigación; la academia; periodistas; funcionarios de gobierno y organizaciones sociales, juveniles y populares.

3) Nuestro accionar público, declaraciones, iniciativas y pronunciamientos dan fe de la inexistente relación con organizaciones clandestinas, actores armados y otros actores ilegales del país. Por el contrario, hemos insistido en la desmilitarización de la vida social y juvenil, la salida dialogada al conflicto armado y la implementación del acuerdo de paz en Colombia.

4) Hemos denunciado públicamente la crisis humanitaria que vive el movimiento social en Colombia y los firmantes del acuerdo de paz en Colombia. Una crisis humanitaria que nos afecta directamente al registrar numerosas amenazas, hostigamientos, agresiones, incluso por parte de la fuerza pública. De estos hechos, los más graves los constituyen el asesinato de dos de nuestros compañeros de la Juventud Rebelde en el Cauca y el robo de equipos e información de nuestra sede nacional en la ciudad de Bogotá el pasado 12 de febrero.

5) Participamos del escenario de movilización actual, lo seguiremos haciendo. Lo hacemos con la certeza de la necesaria reforma a la fuerza pública colombiana. Como jóvenes hemos sufrido toda la violencia, brutalidad e ilegalidad del accionar de la policía y el ejército. Participamos de la movilización en el marco de nuestro derecho a la asociación y la protesta, derechos consagrados constitucionalmente.

6) Consideramos evidente la distracción que pretende generar el gobierno nacional de lo que ocurre en el país. Es evidente que se pretende señalar a la juventud colombiana como el enemigo público que altera el orden y genera violencia. Con ello, se pretende expiar la culpa que le asiste al Estado y la Fuerza Pública de su evidente violencia, criminalidad y sevicia que ha generado el rechazo generalizado en el país. Han sido probadas con abundante evidencia dichas arbitrariedades de la policía; tal es el punto que la Administración Distrital y la Procuraduría General han indicado tal orden de abusos y arbitrariedades.

7) Las afirmaciones transmitidas en el noticiero son falsas. No tenemos relación con organizaciones clandestinas o armadas. Estas afirmaciones alimentan el discurso que legitima un juvenicidio en curso en nuestro país. Hemos sido las y los jóvenes quienes hemos muerto en masacres, agresiones policiales y del ejército. Y ahora, somos los jóvenes los culpables del clima de violencia que estamos rechazando mediante la movilización nacional.

8) Consideramos que un mínimo ético del periodismo consiste en contrastar las fuentes que utiliza, así como dimensionar las consecuencias de sus publicaciones. Nunca nos hemos negado a atender a medios de comunicación y aportar la información que requieran para cumplir su función social. Apelamos a la buena fe y ética de Noticias Caracol en la aclaración, rectificación y mitigación del riesgo que ha generado esta noticia sobre la Juventud Rebelde. Es evidente revisaron nuestra página, bien pudieron haber dedicado unos minutos a leer lo allí publicado para contrastar la información.

9) Al movimiento juvenil y social lo llamamos a reforzar la solidaridad y acompañamiento. A intensificar las medidas de cuidado y autocuidado. Es evidente el gobierno nacional pretende intensificar la violencia política. Nos asiste más que nunca apropiar la paz como proyecto político, y mediante la organización y movilización social y juvenil, abrir caminos para superar esta oscura noche de violencia, saqueo y zozobra que pretende eternizar la clase política tradicional en Colombia. Tras los señalamientos a la Juventud Rebelde se esconden señalamientos a los procesos y dinámicas juveniles, se reafirma que en Colombia se nos niega el derecho a ser joven.

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