La persistencia de la memoria, el fin de una búsqueda y el comienzo de un duelo

La persistencia de la memoria, el fin de una búsqueda y el comienzo de un duelo

Este 6 y 7 de noviembre, se conmemoraron 31 años del holocausto del Palacio de Justicia, sucedido en 1985, cuando un comando de 35 integrantes del M-19 se tomó las instalaciones donde funcionaban las Altas Cortes buscando realizar un juicio político al expresidente Belisario Betancourt, y el Estado respondió con un operativo de 2000 integrantes de la fuerza pública, tanques y rockets, que terminó con la destrucción total de la sede de la rama judicial y la de cientos de archivos de investigaciones judiciales de la época. Estos hechos son conocidos por decisiones judiciales como la toma y la retoma del Palacio de Justicia.

En 2014, la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó al Estado colombiano por graves violaciones cometidas por sus agentes durante la retoma: torturas, desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales, pero también por el incumplimiento en su deber de protección a las víctimas, dado el conocimiento previo que tenían las autoridades de la toma del Palacio.

Durante el holocausto del Palacio murieron cerca de un centenar de personas. Algunas dentro del Palacio y otras después de que salieron con vida en manos de las autoridades. Fue el caso de al menos tres integrantes de la guerrilla, el magistrado auxiliar Carlos Horacio Urán Rojas y 11 trabajadoras y trabajadores de la cafetería del Palacio, quienes fueron señalados como sospechosos de colaborar con la el M19. Por esta razón habrían sido trasladados a instalaciones militares, comenzando por la Casa del Florero que hizo las veces de puesto de mando, durante el operativo militar.

Este aniversario 31 de la tragedia del Palacio, se conmemoró con un acto simbólico en la Plaza de Bolívar donde cientos de transeúntes habituales de los domingos, encontraron a su paso las historias de las víctimas de la retoma del Palacio de Justicia contadas a través de urnas con objetos preciados de los y las ausentes, con un homenaje audiovisual realizado en 2015, con canciones y poemas, y con las palabras de sus familiares, recogidas en un libro escrito por ellas y ellos mismos.

También estuvo marcado por un hecho histórico para la lucha que han dado los familiares del Palacio por la verdad y la justicia: la ceremonia de entrega digna de restos de Luz Mary Portela León, trabajadora de la cafetería del Palacio de Justicia. Una de los 11 que salieron con vida en manos de agentes estatales, según diversos testimonios y, en algunos casos, pruebas audiovisuales, y que nunca regresaron a sus casas.

Rosa Milena y Edison Cárdenas, quienes crecieron pensando que Luz Mary era su hermana cuando en realidad se trataba de su madre, heredaron de su mamá abuela Rosalbina León, la tarea incesante de buscar la verdad de lo que pasó con Luz Mary Portela.

Una respuesta y muchas preguntas

A pesar del informe técnico científico detallado presentado por el Instituto de Medicina Legal el lunes 7 de noviembre, y que arrojó una certeza superior al 99,9% sobre la identidad de Luz Mary Portela, la tarea de Rosa Milena, Edison y toda la familia no concluye, porque aún no saben qué pasó realmente con su madre y por qué no volvió a su casa al haber sido rescatada por el Ejército después de la toma, como lo comprueban imágenes de televisión reveladas recientemente por el noticiero Noticias Uno, donde se ve a Luz Mary salir viva en compañía de otras personas que eran escoltadas en su recorrido desde el Palacio de Justicia hasta la casa del Florero.

Lo que ocurrió después de su muerte también sigue siendo un enigma para la familia de Luz Mary Portela. ¿Por qué sus restos fueron entregados a otra familia y sepultados con otro nombre? ¿Por qué doña Rosalbina nunca recibió respuestas en las instituciones militares y civiles a las que acudió buscando los restos de su hija?

De los 99 cuerpos de los que se tiene noticia hasta el día de hoy como víctimas mortales del Palacio de Justicia, 53 fueron entregados en noviembre de 1985 a familiares quienes les dieron sepultura en Bogotá, Medellín y Cali. Los restantes fueron depositados, por orden de las autoridades militares, en una fosa común en el Cementerio del Sur.

Después de años de batallar por la verdad, en 1996 se reconoció la existencia de desaparecidas y desaparecidos forzados durante la retoma del Palacio de Justicia, y el primer hallazgo de restos fue en 1998 cuando se encontró el cuerpo de Ana Rosa Castiblanco, gracias al trabajo arduo del abogado defensor de derechos humanos Eduardo Umaña Mendoza, asesinado posteriormente por las balas del Estado.

Años después, a raíz de la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que condenó al Estado colombiano, se retomó el trabajo de exhumación, y fue así como se encontró que tal como lo había señalado la Comisión de la Verdad de los hechos del Palacio, los restos habían sido mezclados, por lo que empezaron a encontrarse algunas de las víctimas enterradas con nombres de otras o, incluso, restos de más de una persona en la misma sepultura, como ocurrió con el hallazgo de parte de los restos de Cristina del Pilar Guarín, la Siempreviva.

El grupo interdisciplinario de Medicina Legal encargado de la identificación de Luz Mary Portela, rehizo un trabajo plagado de errores que hizo esta institución en 1985, e identificó finalmente sus restos en la sepultura de Libia Rincón Mora, una trabajadora del Palacio quien ahora comienza a estar desaparecida para sus familiares.

Vigilia por la memoria

Después de recibir el informe técnico científico, la familia de Luz Mary Portela trasladó sus restos hasta la capilla de la catedral primada donde se celebró una eucaristía.

Posteriormente, acompañada de familiares y de organizaciones sociales, celebró una vigilia a las afueras de la Casa del Florero que se prolongó hasta las 9:30 de la noche.


Allí estuvieron siempre presentes Luz Mary Portela, doña Rosalbina León y 31 años de lucha de su familia por saber la verdad. Con canciones, poemas, flores, velas y en un ambiente de solidaridad y tristeza mezclado con esperanza se volvió a preguntar ¿Dónde están los desaparecidos del Palacio de Justicia?


Entrega digna con deudas históricas

En la mañana del 8 de noviembre, se realizó el acto público de entrega digna de restos, con la presencia de autoridades de la Fiscalía General de la Nación, la Cancillería y la Unidad de Víctimas.

Las palabras de homenaje a Luz Mary y a su familia, por parte de los funcionarios, se vieron opacadas por la negación de los hechos ya demostrados por la justicia, cuando se insistió en que las muertes y desapariciones tuvieron lugar en medio de un combate o fuego cruzado entre la guerrilla responsable de la toma y los agentes estatales.

Pero sobre todo por el incumplimiento casi total de la sentencia de la Corte Interamericana que ordenó ocho medidas de reparación integral de las cuales sólo una se ha cumplido a cabalidad, cuando falta un mes para que se venza el plazo estipulado por la Corte en la sentencia.

Aunque el Ministerio de Relaciones Exteriores reiteró en su intervención el ofrecimiento de perdón del Estado colombiano y rindió un homenaje a la madre de Luz Mary Portela, la respuesta concreta del Estado sobre medidas como atención psicosocial, salud, indemnizaciones y medidas de difusión de la verdad histórica, sigue siendo insuficiente y revictimizante.

En este sentido, Edison Cárdenas denunció en su intervención que el Ministerio de Defensa se ha dedicado a dilatar el reconocimiento de las indemnizaciones a su familia con nuevos y engorrosos trámites.

Rosa Milena, por su parte, resaltó que aún no conoce la verdad sobre ocurrido con su madre, y que la justicia sigue sin llegar a todos los responsables. “Hoy no entierro a Luz Mary Portela, la siembro como semilla de verdad y justicia”, señaló Rosa Milena durante su sentida intervención.

A su turno, los abogados de los familiares, integrantes de la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, Danilo Rueda, y del Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, Jomary Ortegón, insistieron en que la dignificación de las víctimas pasa por la justicia plena, la verdad y la reparación integral, y que el compromiso con la paz debe ser un real compromiso con las víctimas y la no repetición.

Acompañantes que han caminado durante todos estos años junto a los familiares del Palacio, la organización Fasol y el defensor de Derechos Humanos Pablo Cala, rindieron homenaje a su incansable lucha.

Homenaje a madres y padres

La ausencia más presente de la conmemoración fueron las madres y padres de las víctimas del Palacio de Justicia, a quienes no les alcanzó la vida para encontrar a sus hijas e hijos. Rosa Milena Cárdenas quiso rendir un homenaje a madres y padres ausentes de las familias de Bernardo Beltrán Hernández, Carlos Rodríguez Vera, Gloria Anzola de Lanao, Ana Rosa Castiblanco, Cristina del Pilar Guarín, Irma Franco y a la propia Rosalbina León su madre-abuela, quienes fallecieron durante estos 31 años de búsqueda.




El acto culminó con otra eucaristía presidida por los sacerdotes Henry Ramírez y Alberto Franco, quienes han luchado junto a las familias del Palacio y a otras miles de víctimas desde su opción por la verdad y la justicia de los crímenes de Estado en Colombia. De allí los retos de Luz Mary Portela fueron a su lugar de descanso, y se inició así el duelo de quienes la amaron.

Sigue la búsqueda de la verdad

Para la familia Portela León la entrega de los restos de Luz Mary es un logro de la persistencia, una posibilidad de sanar heridas y un compromiso con la gran familia que han formado las hermanas, hermanos, hijos, hijas, sobrinas y sobrinos, nietos y nietas, de quienes desaparecieron durante la retoma del Palacio de Justicia. Una familia de la que también empiezan a hacer parte nuevos nombres, nuevos miembros, que se suman a esta tragedia y a esta esperanza compartida de encontrar la verdad y la justicia.

La responsabilidad del Estado colombiano en el holocausto del Palacio de Justicia ha sido reconocida por el mismo Estado ante la Corte Interamericana, para el caso de las torturas contra las víctimas reconocidas de estos hechos. El Estado también reconoció la ejecución extrajudicial del magistrado auxiliar Carlos Horacio Urán a manos de sus agentes, cuyos documentos de identidad fueron hallados en una instalación militar en una inspección judicial en 2005, después de que a su familia le habían informado de su muerte en medio del fuego cruzado al interior del Palacio. De igual forma, el Estado admitió que integrantes de la Fuerza Pública fueron responsables de la muerte de Irma Franco Pineda, integrante del M19, quien salió con vida del Palacio y que fue torturada y desaparecida.

A pesar de esto, la historia oficial que repiten algunos funcionarios y que circula en medios de comunicación y redes sociales, desfigura la verdad establecida tanto por la sentencia de la Corte Interamericana como por los fallos judiciales que condenaron al Coronel Edilberto Sánchez Rubiano y al General Jesús Armando Arias Cabrales, este último en primera y segunda instancia.

La escasa verdad sigue estando atrapada en los despachos judiciales. Mientras que los victimarios insisten en versiones engañosas y en justificar lo injustificable, la lucha de las familias se hace larga ante un Estado eficaz para violar los derechos humanos pero negligente a la hora de resarcir el daño causado, como se concluye de estos 31 años de lucha de los familiares del Palacio de Justicia.

Nuestro homenaje a los familiares del Palacio de Justicia

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