Las mujeres del Sogamoso

Las mujeres del Sogamoso

Sus hijos ya no juegan con el agua del río. Sus compañeros no pueden tirar la atarraya, que siempre estuvo llena de peces. La soledad se toma el corregimiento de La Playa. Las familias tuvieron que abandonar sus chozas, pues todas las promesas, son una mentira. Ellas se vinieron con sus hijos a quedarse al frente de la Gobernación para exigir sus derechos. Un puñado de mujeres del pueblo que asombran con su conocimiento del problema que fue su desgracia.

Las mujeres han cargado siempre con la cruz de la violencia. Ya en las guerras, con el dolor y el sufrimiento. Sus hijos muertos. Sus compañeros desaparecidos. Ya en la violencia cotidiana. La mano dura sobre su cuerpo, lacerando una historia de dolor en medio del desamor y el olvido. Pero siempre con la fortaleza para surgir en medio del horror y la desesperanza, con la vista puesta en el horizonte, buscando una luz.

Esas son nuestras mujeres, madres, hermanas, hijas, todas las mujeres que pueblan este espacio de vida.

Manuela Beltrán, que se atrevió a romper un edicto y convocar a la rebelión. Antonia Santos, que enfrentó el terror de la reconquista española movilizando la resistencia patriótica. Y tantas otras mujeres que han escrito la historia con la fuerza del corazón y la ternura, con la persistencia, el trabajo y el silencio.

Hoy, las mujeres que viven a orillas de lo que fue el río Sogamoso, enfrentan a quienes les robaron el río. El río era su esperanza de vida. Hoy es una cloaca donde no pueden sobrevivir los peces por la falta de oxígeno.

Sus hijos ya no juegan con el agua del río. Sus compañeros no pueden tirar la atarraya, que siempre estuvo llena de peces. La soledad se toma el corregimiento de La Playa. Las familias tuvieron que abandonar sus chozas, pues todas las promesas, son una mentira. Ellas se vinieron con sus hijos a quedarse al frente de la Gobernación para exigir sus derechos. Un puñado de mujeres del pueblo que asombran con su conocimiento del problema que fue su desgracia.

Hoy exigen respeto a sus derechos. Las mujeres del Sogamoso necesitan de la solidaridad de un Santander que siente en la piel la barbarie de la locomotora energética y minera que arrasa con el medio ambiente, destruyendo las posibilidades de vida para las familias que viven alrededor de los macroproyectos.

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