Los impactos de la mina Cerrejón sobre niñas y niños Wayuu en manos de la Corte Constitucional

Los impactos de la mina Cerrejón sobre niñas y niños Wayuu en manos de la Corte Constitucional

Las niñas y niños Wayuu afectados en su salud por el mega proyecto minero Carbones del Cerrejón están a la espera que la Corte Constitucional profiera el fallo definitivo por su salud y proteja sus derechos a la vida, salud, dignidad, agua, niñez y ambiente sano, que están siendo vulnerados por el incesante impacto contaminante de la mina transnacional Carbones de Cerrejón.

Cerrejón es un conglomerado compuesto por las empresas BHP Billiton, Glencore y Anglo American, del Reino Unido y Sudáfrica, dueñas a su vez de la mega mina Cerro Matoso, donde también se vieron afectaciones en el ADN de las poblaciones aledañas, según lo pudo comprobar la Corte Constitucional en reciente sentencia T-733 del 2017.

Las décadas de exposición que han sufrido las comunidades y la vulnerabilidad de los niños, que por la naturaleza de sus actividades pasan mayor tiempo al aire (o al carbón) libre, han dejado menores afectados y es por esto que las madres han llevado a los estrados judiciales la situación de enfermedad a la que son sometidos sus hijos, por la degradación ambiental que genera este proyecto extractivo. Vea la lucha de estas madres indígenas en:

Así lo ha reconocido la Defensoría del Pueblo y la Contraloría de la República dentro del material probatorio en el caso ante la Corte Constitucional, quien constató la dimensión del daño y planteó las 10 incertidumbres que rodean la expansión minera, y que deberá resolver la Mesa Interinstitucional, en la sentencia del arroyo Bruno (Ver Corte Constitucional ordena debatir con las comunidades el desvío del arroyo Bruno). Estas instituciones garantes realizaron inspecciones a las comunidades Wayuu aledañas al Río Ranchería, donde las comunidades afectadas comparten una orilla del río con esta mega mina cuya extensión supera los 700 kilómetros cuadrados, y afecta a una población de más de 300 mil personas en la baja, media y alta Guajira.

Los menores que elevaron su caso ante la Corte Constitucional, presentan enfermedades crónicas y sus madres son las obligadas a visitar de manera permanente a médicos a largas distancias, con el desánimo de no poder encontrar una cura, ya que el problema se encuentra en las condiciones que les impone su mal vecino, la mina Cerrejón, esta evidente vulnerabilidad de los niños Wayuu en el departamento de La Guajira llevó a la CIDH a otorgar medidas cautelares para los infantes de 0 a 5 años en el centro y norte y a reforzar su atención en todo el departamento.

La mina contamina a largas distancias el aire, agua, suelo, y subsuelo, pero las más afectadas son las comunidades aledañas quienes a diario conviven con las descargas contaminantes de metales pesados, químicos peligrosos, gasolina, aceites, grasas, y en especial, el polvillo de carbón que se dispersa por la región gracias a los fuertes vientos guajiros.

El consenso sobre el daño al ambiente y el especial foco que existe sobre este tipo de explotación y generación de energía, claramente obsoleta frente a los debates y decisiones que se recomiendan en la lucha contra el cambio climático se ve reflejado con este polvillo de carbón que es invisible al ojo se conoce por su nombre contaminante PM 2.5, y sólo durante el trámite de este proceso judicial y gracias a la presión de las comunidades, las autoridades ambientales: Corpoguajira y la ANLA, así como la empresa empezaron a medir este contaminante capaz de causar enfermedades como asma, neumonía, hipertensión, cáncer, daños en la piel y ojos, abortos, partos prematuros y preeclampsia, entre otros.

Estos daños irreparables en las actuales y futuras generaciones, con el agravante de la precariedad del sistema de salud en la región y la ausencia del Estado en la realización de estudios propios que incidan en medidas especiales de atención y de política de salud pública para la región, han sido confirmados por una serie de investigaciones científicas de universidades como la Federal de Río Grande del Sur, Luterana de Brasil, Sao Paulo, Universidad del Sinú y Universidad de Cartagena, quienes luego de 10 años de estudios sobre el ADN de plantas, animales, trabajadores del Cerrejón y poblaciones aledañas a la mina, comprobaron que las personas expuestas al PM 2.5 de la carbonilla, presentan daños en sus células y daños genéticos, representados en malformaciones y mutaciones en sus estructuras sanguíneas, de ahí la importancia de tener en cuenta los estudios realizados por estas universidades. Ver los hallazgos de esta línea de investigación

Después de un año y seis meses de que la Corte seleccionó esta tutela para revisión, y de las múltiples evidencias recogidas sobre el impacto ambiental de la mina de carbón más grande de América Latina, esperamos que el tribunal ampare los derechos de la comunidad a la salud y al ambiente sano.

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