Pronunciamiento de la A.C.C sobre la construcciòn de  paz

Pronunciamiento de la A.C.C sobre la construcciòn de paz

El conflicto armado que tantas víctimas y victimarios ha fabricado, permitiéndonos conocer hasta que grados de inhumanidad y barbarie somos capaces de llegar, no es más que la expresión última de los múltiples conflictos que en todos los órdenes: cultural, económico, social, político y ambiental hemos creado, dejado crecer y profundizar, lo que hoy nos está obligando a reflexionar y a fijar posiciones de rechazo y de exigencia de cese inmediato o de rendición o liquidación de uno u otro de los actores, en aras de la imposición de la paz por la fuerza, y de acuerdo a la concepción del grupo o fuerza vencedora.

 

Lo primero que creemos debemos precisar es, qué entendemos por paz y para qué la queremos.

En nuestro criterio la paz es un estado de satisfacción personal, familiar y comunitaria, que permite transmitir a otros y otras, fraternidad, justicia, solidaridad, en función de contribuir juntos a la satisfacción de las necesidades para la vida, de construir y defender los espacios necesarios para el ejercicio de los deberes y derechos, hacia el logro de las aspiraciones justas de todos los seres humanos, en lo cultural=Desarrollo espiritual; en lo económico=Desarrollo material, sin menoscabo del perfeccionamiento de la naturaleza; en lo social, ejerciendo la solidaridad, mediante el intercambio justo de bienes y servicios. En lo político, facilitando el ejercicio de la libertad con responsabilidad, tanto en las ideas y propuestas, como en la utilización de los instrumentos o medios para la construcción o reformulación de la sociedad, que garantice realmente el Desarrollo Humano Integral, que es finalmente para lo que según nuestro criterio deberíamos querer el cese de la confrontación
armada.

El conflicto armado que tantas víctimas y victimarios ha fabricado, permitiéndonos conocer hasta que grados de inhumanidad y barbarie somos capaces de llegar, no es más que la expresión última de los múltiples conflictos que en todos los órdenes: cultural, económico, social, político y ambiental hemos creado, dejado crecer y profundizar, lo que hoy nos está obligando a reflexionar y a fijar posiciones de rechazo y de exigencia de cese inmediato o de rendición o liquidación de uno u otro de los actores, en aras de la imposición de la paz por la fuerza, y de acuerdo a la concepción del grupo o fuerza vencedora.

Ante esta situación consideramos necesario recoger memoria de los diversos análisis, pronunciamientos, actividades y propuestas, que las masivas organizaciones, movimientos y espacios unitarios han realizado, desarrollado y presentado, previo un mapeo espacial-territorial, etáreo, étnico y de género, unificando, resumiendo propuestas y sistematizando construcciones, en función de una versión unificada que oriente la discusión hacia el mayor consenso posible, en la concepción del desarrollo y en las prácticas políticas necesarias, para la construcción de poder cultural, económico, social y político de las poblaciones y sectores sociales populares.

Introducir el análisis, no solo la denuncia y protesta sobre la conformación, desarrollo y sostenimiento del modelo de sociedad económico y político imperante; la concepción del ser humano, de la naturaleza y de la sociedad en que se sustenta, los principios y valores en que se inspira, al igual que de las normas que impone y las estructuras o instrumentos de aplicación hacia el conjunto de la sociedad, parece ser indispensable en los diversos planteamientos, análisis y propuestas que hoy se debaten en los diferentes espacios de la vida política nacional. Por ello, conscientes de la responsabilidad que nos cabe como actores que hemos sido, durante ya largos años en el desarrollo de la sociedad que tenemos y de nuestra obligación de contribuir con las ideas construidas a la luz de nuestra experiencia, a la discusión sobre el o los derroteros a seguir, para la recuperación y defensa de nuestros derechos, así como de señalar opciones para la acción de las futuras generaciones, en función del logro de su desarrollo integral, iniciamos a través de este medio llamado CARTA RURAL, la publicación de nuestras ideas como aportes a la discusión y análisis de propuestas del Movimiento Nacional Campesino, hacia la construcción de Poder Organizado de los sectores sociales-populares y de su propuesta de un modelo de desarrollo que contribuya a la construcción de una sociedad justa y humana, fraterna, solidaria y autogestionaria.

Esperamos que tengan paciencia de leernos, propiciar la discusión y enviarnos sus opiniones sin ninguna limitación para enriquecer el diálogo, única posibilidad que tenemos de construir consensos y precisar diferencias, para actuar coherente y simultáneamente en torno a lo que nos une y establezcamos espacios y reglas para la discusión fraternal de las diferencias.

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