Sigue la deuda con la verdad de lo ocurrido con la Siempreviva

Sigue la deuda con la verdad de lo ocurrido con la Siempreviva

“Pídele a Dios que te recuerde para que en mi vida renazca la esperanza”, José Guarín Ortiz

¿Por qué la falda de cuadros que vestía Cristina del Pilar Guarín apareció en la tumba donde reposaban sus restos junto a los de Marina Isabel Ferrer?

Esta es apenas una de las preguntas que se hacen los familiares de las víctimas de desaparición forzada en los hechos de la retoma del Palacio de Justicia, el 6 y 7 de noviembre de 1985 y que evidencia la enorme deuda de verdad que se tiene con ellos.

El 8 de septiembre de 2016, después de 31 años de búsqueda, durante la ceremonia de entrega digna de restos de Cristina del Pilar Guarín en el Instituto de Medicina Legal de Bogotá, su hermano René no dudó en afirmar que la macabra mezcla de cuerpos que se refleja en el informe forense no fue producto del desorden, sino de una intención criminal que llevó a los implicados a querer borrar las huellas de las atrocidades cometidas.

Estas irregularidades fueron tenidas en cuenta por la Corte Interamericana de Derechos Humanos para dictar su sentencia condenatoria contra el Estado colombiano en noviembre de 2014, la cual no se ha cumplido en su integridad, en tanto no existen avances investigativos significativos después de que se profiriera, y la mayoría de familiares no tienen noticia sobre el destino de sus seres queridos desaparecidos.

En la ceremonia de entrega, los profesionales forenses reconstruyeron el itinerario de 99 cuerpos hallados en el Palacio de Justicia que llegaron en noviembre de 1985 al Instituto de Medicina Legal. Sólo con base en identificaciones de sus familiares, en ese momento fueron entregados inicialmente 54 cuerpos a los que se les dio sepultura en cementerios de Bogotá, Cali y Medellín. Por orden de un juez militar, los restantes 38 fueron inhumados en una fosa común del Cementerio del Sur, la que días después recibió otros cuerpos de víctimas de la tragedia de Armero.

En 1998, gracias a los oficios del abogado Eduardo Umaña Mendoza, se hizo una primera exhumación en el Cementerio del Sur, en la que se logró la identificación de restos de Ana Rosa Castiblanco, empleada de la cafetería del Palacio de Justicia. Entrega que no satisfizo la verdad sobre lo ocurrido a Ana Rosa y el bebé que esperaba, pero permitió a sus familiares realizar el duelo.

En 2014, en el marco de las investigaciones judiciales por estos hechos, regresaron a Medicina Legal 94 urnas con restos de víctimas mortales, con las cuáles se han continuado las labores interdisciplinarias que permitieron identificar en 2015 los restos de Luz Mary Portela, Norma Constanza Esguerra y Cristina del Pilar Guarín.

El método de identificación consiste en cruzar la información que posee el Instituto en un Banco genético de familiares de desaparecidas y desaparecidos, con los restos de las víctimas para hallar coincidencias genéticas, que determinan el parentesco con un altísimo grado de certeza del 99,9%. Fue así como tres décadas después de ocurridos los hechos, se concluyó que gran parte de los restos que yacían enterrados bajo el nombre de Marina Isabel Ferrer, tenían información genética compatible con la madre y el padre de Cristina Guarín.

Así en octubre de 2015, tres familias recibieron la noticia agridulce de que su búsqueda de 31 años había terminado.

Para René, hermano de Cristina del Pilar, este logro es producto de la persistencia por encima de la estigmatización, la barbarie y la injusticia estatales. Su tarea sigue, afirma, y será seguir buscando toda la verdad de lo ocurrido aquellos oscuros días, cuando su hermana salió con vida del Palacio de Justicia en hombros de un soldado, lo mismo que sus compañeros y compañeras de la cafetería, y visitantes ocasionales, quienes fueron vistos por cámaras o por testigos saliendo con vida del Palacio y nunca volvieron a sus hogares.

Ante los medios de comunicación René Guarín se declaró demolido por el informe recibido y le recordó al país que la verdad es el mayor gesto de paz con las víctimas de crímenes de Estado en Colombia. También les pidió al general Jesús Armando Arias Cabrales y al Coronel Edilberto Sánchez Rubiano, condenados por la desaparición de su hermana, contarle a su familia y al país la verdad de los hechos.

La ceremonia concluyó con un minuto de silencio en que se honró la memoria de Cristina del Pilar Guarín Cortés, de su padre José María Guarín y de su madre Elsa María Osorio, quienes fallecieron sin tener noticias de su hija.

En la mañana del 9 de septiembre en el Palacio de Justicia, frente a la Plaza de Bolívar de Bogotá, se lelvó a cabo el acto de homenaje a Cristina del Pilar Guarín y la entrega digna de restos de la Siempreviva, la que no ha dejado desfallecer a su hermano, porque para él “claudicar es peor que la muerte”.

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