Trabajadores(as) del servicio médico EMI  crean sindicato, que ya tiene 200 afiliados

Trabajadores(as) del servicio médico EMI crean sindicato, que ya tiene 200 afiliados

Sintraemi se llama este nuevo sindicato, que nace con la idea de apostarle al entendimiento dentro de un clima de confianza, respeto, transparencia y diálogo social con EMI, empresa filial del Grupo Falck, de Dinamarca, especializado en investigaciones en salud y prestación de servicios médicos, con presencia y unidad de negocios en 45 países, entre ellos la mayoría de los de América Latina.

El servicio de emergencias médicas domiciliarias EMI lleva 20 años en Colombia, tiempo en el que ha logrado hacerse con el 58% del mercado nacional de este tipo de servicios domiciliarios, que representa más de medio millón de afiliados, atendidos por cerca de 2 mil empleados, el 60% de ellos en Bogotá y Medellín.

Precisamente en estas dos ciudades recientemente los y las trabajadoras crearon un sindicato, que en cuestión de semanas ha conseguido aglutinar una importante membresía, sobre todo en la Subdirectiva Medellín, que ya cuenta con cerca de 200 afiliados, entre médicos, auxiliares de enfermería y conductores.

Sintraemi se llama este nuevo sindicato, que nace con la idea de apostarle al entendimiento dentro de un clima de confianza, respeto, transparencia y diálogo social con EMI, empresa filial del Grupo Falck, de Dinamarca, especializado en investigaciones en salud y prestación de servicios médicos, con presencia y unidad de negocios en 45 países, entre ellos la mayoría de los de América Latina.

“Queremos construir empresa y diálogo social dentro del derecho constitucional que tenemos a formar sindicato. Tenemos inconformidades y desde el área médica queremos plantear soluciones que mejoren nuestra situación laboral”, dijo David Montoya Montoya, presidente de la Subdirectiva en Sintraemi Medellín.

No es la primera vez que en EMI los trabajadores intentan formar un sindicato. En los diez últimos años ha habido varios intentos, como el que tuvo lugar en Cali, donde la empresa despidió a los trabajadores que intentaron crear el sindicato.

En esos intentos se cometieron errores, no se desarrolló el liderazgo apropiado ni hubo suficiente espacio de comunicación en el interior de la empresa. Esta vez la situación es distinta. Los directivos actuales son personas con buen perfil y trayectoria en la empresa, que conocen bien los procesos y las necesidades de los trabajadores en las diferentes áreas. Y eso los ha impregnado de confianza para afiliarse al sindicato. Además han contado con la asesoría y el acompañamiento cercano de la Escuela Nacional Sindical.

“Sabemos que el sindicato es la voz de los trabajadores, la instancia que recoge y transmite las necesidades de los empleados. En ese sentido nos estamos preparando, leyendo y construyendo el proyecto. Hasta ahora la empresa ha sido receptiva porque hemos utilizado los canales de comunicación adecuados”, puntualizó David Montoya. Agregó que serán cautelosos, que no se van a precipitar en la presentación del pliego de peticiones, el cual —anticipó— no se centrará tanto en el factor económico sino en el reconocimiento sindical y el diálogo social.

Por su parte Gloria Marín, médica general que lleva 8 años en la empresa y hoy hace parte de la junta subdirectiva del sindicato en Medellín, sobre las razones que la impulsaron a unirse a la organización, señaló: “Al principio me daba miedo de ser sindicalista, por la reacción que de pronto tomara la empresa. La idea que tenía en mi mente era la del sindicalismo de pelea, de violencia, pero ya me di cuenta que no es así y el miedo se me quitó. Ahora tengo ganas de seguir para adelante, buscar mejores condiciones laborales, sin que eso afecte a los trabajadores y a la empresa”.

Lo que el sindicato quiere mejorar

El punto central es el cambio de la política de contratación a término fijo. Los contratos son inicialmente a 4 meses, después se extienden a un año, nunca más de ahí. Si bien hay cierta estabilidad (hay personas que en tales condiciones llevan diez y quince años en la empresa), el contrato a término fijo no ofrece suficiente garantía de estabilidad, pues los despidos se tramitan por la vía de la terminación del contrato.

Según el sindicato, hay otros problemas que se deben corregir, como el poco tiempo de que disponen para la prestación del servicio. Por ejemplo, para una evaluación el médico tiene 20 minutos, lo que no sólo constituye una presión para éste, que queda como el causante del mal servicio que se pueda prestar, sino que afecta también a los usuarios.

Aunque el sindicato considera que el tema salarial no es tan importante (el salario incluso puede estar por encima de una EPS), si existen escalas salariales distintas entre trabajadores que realizan una misma función, especialmente entre los conductores de los vehículos, aspecto que es necesario revisar.

También hay denuncias de maltrato verbal por parte de algunos jefes, incluso insultos, amenazas de despido y frases desobligantes.

Otro punto que los trabajadores consideran problemático, tiene que ver con el poco tiempo que tienen para su alimentación: solo 20 minutos para almorzar o comer, tiempo que en ocasiones puede ser incluso menor si deben atender alguna emergencia. A lo que se suma el tiempo que las clínicas y hospitales, por falta de coordinación, les hacen perder por las demoras para recibir pacientes en remisión, lo cual tiene para los trabajadores consecuencias negativas porque la empresa los evalúa de acuerdo con el tiempo que demoran en prestar el servicio.

Asimismo es necesario mejorar la seguridad ocupacional en los vehículos, algunos con sillas y utilería incomodas, por lo que ha habido casos de conductores y acompañantes con problemas de salud.

Todos estos puntos estarán incluidos en el pliego de peticiones que Sintraemi está preparando y espera pronto presentar, y así dar inicio a la negociación de primera convención colectiva en EMI.

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