Cientos de rostros de barro en Trujillo

 

Comunicado de prensa, Bogotá, D.C. Abril 24 de 2006. El pasado fin de semana, se conmemoró en el municipio de Trujillo, departamento del Valle del Cauca, un año más de la masacre que hace 16 años, entre 1986 y 1994, cobro aproximadamente 107 víctimas.

No obstante durante todo este tiempo, y a pesar del incumplimiento del gobierno de los compromisos realizados con esta comunidad, durante el mandato de Ernesto Samper Pizano, la esperanza, es uno de los sentimientos que han mantenido viva la fuerza de los familiares de éstas personas, que cada año desde 1995 han venido realizando año tras año una peregrinación para no dejar en el olvido un hecho que dejó a este pueblo sumido en el terror.

 

 

Es así como durante estos once años organizaciones sociales, defensoras de derechos humanos, nacionales e internacionales acompañan a esta población que a diario reclama sus derechos y que por estas fechas, realiza un acto simbólico de resistencia frente a las fuerzas que han querido dejar sus muertes
en olvido y callar las voces de un pueblo que grita una y otra vez “NO MAS VIOLENCIA”.

La peregrinación empezó en la entrada del Parque Monumento con un desfile multicolor que mostraba los rostros en barro de cada una de las personas asesinadas en el muro que carga el peso de las lápidas con sus respectivos nombres, y se extendió hasta la cima del Parque, lugar donde se reunieron finalmente bisnietos, nietos y abuelos familiares de los cientos de víctimas.

No podía faltar en este recorrido, la imagen del Padre Tiberio, también víctima de esta masacre y quien acompañó al pueblo durante 6 años, hasta que un día fue encontrado muerto, luego de ser desmembrado. Como cuenta doña Susana “como olvidar al padrecito, si él fue el que en algunos casos, hasta nos ayudo a cuidar algunos huérfanos”

Hoy día los jóvenes y los niños son los que le dan la fuerza y la esperanza a esta comunidad. “Ellos colaboran con la construcción de este parque que aún no ha llegado a su meta, por falta de recursos económicos” cuenta don Pablo y añade, “por la falta de compromiso de un Estado que nos dejó a mitad de camino”. Sin embargo, para ellos esto no ha sido un obstáculo. Siguen empeñados en construir este sueño colectivo, manteniendo vivo año tras año, este acontecimiento en la memoria de cada una de las personas que visitan la región.

Cabe recordar que estas 107 víctimas asesinadas entre 1986 y 1994 no han sido las únicas en Trujillo ya que al transcurrir los años, ahora son más de 300. Por eso este parque Monumento es un sitio de reunión donde no sólo estarán las víctimas de Trujillo sino también los nombres de cada uno de los desaparecidos y asesinados en este país, que según cifras del proyecto Nunca Más, abarcan más de 40 mil crímenes de lesa humanidad.

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