Desconcertante intervención de una ¿víctima? de Mapiripán

Ante la vida, sereno y ante la muerte, mayor;
si me matan, bueno: si vivo, mejor.

No soy la flor del centeno que tiembla al viento menor.
Si me matan bueno: si vivo, mejor.

Aquí estoy, vivo y moreno, de mi estirpe defensor.
Si me matan, bueno: si vivo, mejor.

Ni al relámpago ni al trueno puedo tenerles temor.
Si me matan, bueno: si vivo, mejor.

Traidores me echan veneno y yo les echo valor.
Si me matan, bueno: si vivo, mejor.

El corazón traigo lleno de un alegre resplandor.
Si me matan, bueno: si vivo, mejor.

Miguel Hernández

Para no ir muy atrás en la historia y que un número mayor de personas pueda acercarse a esta reflexión, desde cuando el controvertido presidente Ernesto Samper Pizano emprendió la campaña de darnos en pequeñas dosis, cada doce horas, el coro y la primera estrofa del himno nacional, muchas personas incautas, ignorantes o… se han creído eso de que en surcos de dolores el bien germina ya; peor aun, que cesó la horrible noche… si tales premisas fueran ciertas se evidenciarían en una sociedad cómoda con la veracidad y la honradez ¡cuán distantes estamos de tales alturas! Para muestra un botón: hace unos años un noticiero informó que un policía fue premiado por cumplir con su deber; ante tal asunto alguien manifestó: ¡cómo estaremos de mal que lo que debería ser normal se torna motivo de estímulo!

Ni ha germinado el bien ni ha cesado la horrible noche… mochacabezas, motosierras, falsos positivos, leones y cocodrilos comegente, desalojos, desplazados, desaparecidos, presos políticos, personas exiliadas, personas silenciadas, desempleo, entrega de la soberanía, desfalcos, fosas comunes, ajusticiamientos, paramilitares… el miedo y la zozobra han inundado los surcos y el bien no puede germinar de esta manera; es muy larga ya la horrible noche…

Sin embargo Fuenteobejuna señala una esperanza. En la búsqueda de quién había sido el culpable de reclamar justicia, llaga el tirano a indagar por el nombre, la comunidad a una sola voz responde: Fuenteovejuna señor. En palabras de José Martí, la solidaridad es la ternura de los pueblos; además y según lo narra la Cantata de Santa María de Iquique, …y así con el dolor y el sufrimiento se fueron aunando voluntades… la solidaridad florecida en el sufrimiento de la comunidad desamparada y desarraigada, forjó un grupo dador de esperanza para quienes poblamos la horrible noche, a la par que contenía, hasta donde le era posible, a los prolongadores de tan atroz período; la Corporación Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, es desde entonces semilla de laboriosos grupos que hoy llevan con orgullo y riesgo el título de Defensores y Defensoras de los Derechos Humanos.

Hace parte de la historia del Colectivo recibir la tinta oscura e irritante del pulpo… la veracidad, la honradez y la solidaridad los han protegido de los embates, pero en esta época de globalización no es pequeño ni local el enemigo, como Meduza extiende sus tentáculos hacia Colombia, simple piñón en el engranaje financiero. Se les ataca para herir de paso instancias internacionales que han podido vislumbrar las patrañas de los poderosos y los padecimientos de las víctimas; les urge para superar la crisis del sistema, desviando la atención de la comunidad incauta, entreteniéndola con la tinta y la piquiña en tanto huyen de la responsabilidad social de sus fechorías.

Huelga decir entonces que se anuncia una nueva etapa en la búsqueda de la verdad y de la justicia; ahora las luchas no son entre nacionales, la lucha es de los pueblos contra el sistema; de las personas que se enamoran de personas contra las personas que se enamoran de los pesos. Así lo han vivido Palestina, Irak, Afganistán, Libia, Grecia… la desconcertante intervención de doña Mariela Contreras como ¿víctima? de Mapiripán, nos hace tomar conciencia de que a esa nefasta lista se ha sumado Colombia.

Ahora como desde hace treinta años necesitamos de la sabiduría del Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, de la lucidez en sus luchas y de la dignidad con la que encaran sus detractores; necesitamos sumar voluntades, más Colectivos para que los pueblos a una sola voz reclamen lo que reconoce ese casi desconocido verso del himno nacional: si el Sol alumbra a todos justicia es libertad.

Lía Isabel

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