Mañana viernes 8 de febrero, familiares y amigos de la niña indígena Nasa Amaranta Curtidor Piñacue, y de la señora Shirley Alvarado Contreras, quienes fueran víctimas del sistema de salud, se reunirán, una vez más, frente a las instalaciones de la sede principal de FAMISANAR EPS, ubicadas en la Calle 78 No. 13A-07, para demandar que se tomen las medidas legales y administrativas conducentes a evitar más dolor y sufrimiento a los colombianos, por cuenta de los mercaderes de la salud

 

 

La responsabilidad por esas muertes recae principalmente en la EPS que ha estructurado un sistema de atención que arriesga todos los días el bienestar y la vida de maravillosos seres humanos como son las niñas, incluida Gabriela Osorio Alvarado de 4 meses de edad, hija de Shirley a quien privaron para siempre del afecto de su madre.

La negación continuada de servicios de salud a los que están obligados, la dilación y demora injustificada para autorizar procedimientos y la limitada oferta de profesionales especializados, no pueden menos que conducir a tragedias como éstas, que se multiplican cotidianamente.

Los familiares no están dispuestos a olvidar, razón por la cual acometieron la tarea de exigir justicia, para que no se repita en otras familias el drama que hoy padecen por la ausencia de su hija y esposa.

David Curtidor, padre de Amaranta, manifiesta que no quiere que el castigo se quede “en una simple sanción a los operadores de la salud, quienes en la mayoría de las veces, también son víctimas de un sistema privatizado y deshumanizado para el que solamente es importante la rentabilidad económica”