Trabajadores de la multinacional Kimberly Clark se organizan y ya negocian pliego

Trabajadores de la multinacional Kimberly Clark se organizan y ya negocian pliego

El despido de 14 trabajadores, sumado a la manera injusta como fueron liquidados, fue el motivo que el pasado 20 de abril impulsó a 27 trabajadores de la multinacional Kimberly Clark, de la planta de Tocancipá, a organizarse en sindicato y conformar una seccional de Sintrapulcar, sindicato nacional que aglutina a los trabajadores de la pulpa, el papel y cartón y de las artes gráficas.

 

Y dos días después de conformado, el sindicato presentó pliego de peticiones que empezó a negociar el 8 de mayo y abrirá paso a la primera convención colectiva en esta multinacional estadounidense dedicada a la fabricación, conversión, comercialización, venta y exportación de papel a través de 4 plantas de producción que operan en Antioquia, Cauca y Cundinamarca.

Es de resaltar que esta iniciativa sindical se da en un sector que, como el del cartón y el papel, mantiene una marcada política antisindical; un sector en el que las empresas no solo toman acciones directas contra los intentos de organización de los trabajadores, sino también políticas de tercerización que frenan o dificultan procesos de sindicalización. Y Kimberly Clark no es la excepción. Se recuerda que hace 7 años un grupo de trabajadores tercerizados crearon un sindicato en las plantas de Tocancipá y Barbosa (Antioquia), incluso presentaron pliego, pero en su mayoría fueron despedidos, y quienes permanecieron fueron obligados a renunciar al sindicato.

La creación de la seccional de Sintrapulcar en Tocancipá es fruto también del apoyo y la asesoría de la CUT Bogotá- Cundinamarca, del sindicato global IndustriALL (que aglutina en el mundo 50 millones de trabajadores), de la Escuela Nacional Sindical y de la UNI Sindicato Global, al cual está afiliado Sintrapulcar, y que en agosto de 2010 firmó un acuerdo de Diálogo Social con Kimberly Clark.

Colombiana Kimberly, cuya sigla es Colkim, opera en 4 plantas con aproximadamente 3.200 trabajadores(as): 2.200 de ellos operativos y el resto del área administrativa. La constituyen 3 empresas, cada una especializada en distintos productos: Kimberly Clark Colombia, con plantas en Tocancipá y Barbosa; Kimberly Clark Cauca, ubicada en Puerto Tejada (Cauca); y Kimberly Clark Antioquia. Las juntas directivas de todas estas empresas las integran los mismos socios.

Qué piden en el pliego

El pliego que presentaron los trabajadores básicamente recoge los beneficios contemplados en el Pacto Colectivo que rige en la empresa, más algunas reivindicaciones en asuntos puntuales y muy sentidos por los trabajadores.

Según Oscar Pinzón, vicepresidente de Sintrapulcar-Tocancipá, con 7 años de trayectoria en la empresa y ninguna experiencia sindical, el principal asunto es lograr un contrato a término indefinido que les garantice estabilidad, porque todos los 165 trabajadores con vinculación directa en la planta de Tocancipá (excepto 3), tienen contratos a menos de un año que se renuevan automáticamente.

Bajo esa figura existen trabajadores que llevan más de 10 años en la empresa, primero por cooperativas y ahora por SAS, lo que supone una violación a ley, dado que los contratos inferiores a un año no pueden ser renovados más de 3 veces consecutivas, a la cuarta el término no puede ser inferior a un año. Además en esas condiciones estos trabajadores, a pesar de su antigüedad, no gozan de ascenso ni de mejoras sustanciales en sus condiciones laborales.

Otro problema es el de la tabla de indemnizaciones, que afloró a raíz del reciente despido de los 14 trabajadores, que, como se dijo, fue la causa directa de la creación del sindicato. Estos trabajadores operaban en una línea de producción de pañales desechables que se suspendió y se les terminó el contrato. Pero sólo les dieron como liquidación los meses que les faltaba para cumplir el contrato a un año, más una bonificación de apenas millón y medio de pesos, a trabajadores que llevaban muchos años en la empresa. Además 4 de ellos con problemas de salud.

En el pliego los trabajadores también incluyen mejoras salariales, pues sus salarios y beneficios son muy inferiores a los que tienen los de otras empresas del sector. Empresas más pequeñas, con menos ventas y utilidades, ofrecen mejores condiciones salariales y prestacionales a sus trabajadores que las que da el Pacto Colectivo impuesto por Colkim en la planta de Tocancipá.

E incluye peticiones en subsidio de escolaridad y beneficios en alimentación, salud para el grupo familiar, prestamos para vivienda y educación, y una política de salud ocupacional que prevenga las enfermedades que producen las labores que los trabajadores desempeñan.

Datos sobre la empresa y el sector

El informe anual del DANE sobre el sector industrial en Colombia, muestra que el sector del papel y el cartón, conformado por 83 empresas, representa el 3,5% del PIB nacional. Sufrió el impacto de la crisis económica mundial en la década pasada, por lo que su crecimiento ha sido bajo durante los últimos años, con leve crecimiento en el último. Además lo afecta la revaluación, la falta de reglas claras sobre los espacios de reciclaje en los planes de ordenamiento territorial, tema clave debido a que el material de reciclaje aporta el 60% de la materia prima del sector.

Colkim es la empresa líder del sector, y también tiene control de las plantas Kimberly en Venezuela, Bolivia, Ecuador y Perú. En 2011 sus inversiones ascendieron a $2.6 billones (18.39% del total del sector), con incremento del 21% con respecto a 2010, y obtuvo ingresos operacionales por $989.241 millones, 12.7% más que en 2010. En monto de inversión le siguen Cartón Colombia (15%) y Productos Familia (11.12%). En 2011 Colkim se quedó con el 40% de las utilidades, seguida de Productos Familia, con el 21.05%.

Es también la que mayor diversificación tiene en sus productos. Se destaca en papel sanitario, que representa el 11% del sector papel y cartón, y con sus productos Scott y Kleenex es la mayor competencia de Productos Familia. En pañales desechables tiene una partición del 11%, en papel Bond representa el 8% en el sector, y en toallas sanitarias el 7%.

Cómo golpea la tercerización

El código de conducta general de Colkim expresa el compromiso de permitir la libre asociación de los trabajadores. Pero en la práctica no es así. Empezando por la generalización del fenómeno de la tercerización en sus plantas, lo cual limita el derecho de organización sindical. Ya no subcontrata trabajadores con cooperativas de trabajo asociado, que tienen prohibida la intermediación laboral, pero lo hace por medio de bolsas de empleo y SAS, que igual ejercen intermediación similar a la de las cooperativas.

En Colkim la relación entre trabajadores directos y tercerizados es casi de uno, es decir, por cada trabajador directo hay uno subcontratado. Pero entre uno y otro hay grandes diferencias salariales. En algunos casos un trabajador subcontratado devenga 30% menos de lo que recibe uno vinculado directamente. Según una encuesta realizada a trabajadores de Colkim, el 55% manifestó tener un básico entre un salario mínimo y menos de $1´000.000, y todos ellos son tercerizados a través de las empresas temporales Logremas, Visión Plástica y Superpack.

Así, mientras por lo general los trabajadores con contrato directo se sienten satisfechos con sus condiciones laborales, la situación cambia para los tercerizados. El 31% de éstos contestó que está buscando trabajo en otra parte, y el 34% que su salario no cubre los gastos de su hogar.

Los trabajadores directos gozan de ciertas garantías en estabilidad y en los procedimientos de sanción adelantados por la empresa. Pero los subcontratados son maltratados y se les vulneran sus derechos. No existen para ellos procedimientos claros que garanticen el debido proceso en la aplicación de las sanciones. Tampoco la empresa tiene una política de igualdad por género: la gran mayoría de las mujeres son tercerizadas.

Todas estas anomalías son las que aspira a corregir el sindicato de Cokim Tocancipá, que en medio de muchas dificultades avanza en sus primeros pasos, con un logro ya grande como lo es poder sentarse a negociar una convención colectiva.

“El ambiente todavía es de incertidumbre porque aún los trabajadores están esperando el resultado de la negociación del pliego para afiliarse, Y por otro lado está la presión de la empresa que difunde el rumor de que quien se sindicalice pierde los beneficios del Pacto Colectivo. No han entendido que como sindicato igual vamos a recuperar los beneficios del Pacto”, aseguró Oscar Pinzón, vicepresidente de Sintrapulcar Tocancipá.

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