Tribunal Ético en Ecuador por una justicia alternativa

¡Que arte y que paciencia ha sido invertida en la elaboración de las polleras [[Atuendo típico de algunas comunidades nativas de América Latina.]]! ¡Ni hablar de los sombreros! se veían desde los tonos sobrios como el gris o el negro, hasta los manchados como la piel del ganado holstein; los había de plumas y con plumas, multicolores eso si, pues multicolores son las aves que las han donado.

Al cesar el arrobamiento estético las voces empezaban a tomar sentido; dejaban de parecer murmullo para tornarse queja: en nombre del desarrollo, del progreso y del bien común, la Pachamama o Madre Tierra con la vida que ella alberga está siendo esquilmada [[Agotar una fuente de riqueza sacando de ella mayor provecho que el debido]]. Buena parte de la comunidad humana hoy en día es conocedora de que el modelo de desarrollo y el concepto del progreso que han hecho carrera acallando otras concepciones, están relacionados con la ganancia en dinero, teniendo por método la dominación y por herramientas la norma y el miedo.

Con las alertas que el ecosistema terráqueo viene presentando y que han sido interpretadas por diferentes grupos científicos y leídas por diferentes comunidades humanas, ha crecido la necesidad de reflexionar sobre el desarrollo y el progreso, entonces surgen lineamientos como el de desarrollo sostenible, es decir que la humanidad debe usufructuar la naturaleza sin esquilmarla, pues será la forma para que las personas que actualmente la disfrutan y las que en el futuro lo harán, encuentren en el planeta albergue de calidad; en otras palabras, se están estructurando lineamientos que propendan por tal fin. Sin embargo quienes deben direccionar dicho propósito, lo invocan para actuar en contrario. ¡He ahí la razón de la queja anteriormente mencionada!

El Encuentro Continental de los Pueblos del Abya Yala[[ Es la forma como llamar el continente americano algunas comunidades indígenas.]] por el Agua y la Pachamama, reunido en Cuenca de Guapondélig, Ecuador, entre el 21 y el 23 de junio del presente año, fue convocado para trazar caminos que privilegien la vida en general y la pluriculturalidad humana en particular. Uno de tales caminos fue la realización del Tribunal Ético ante la criminalización del los defensores y las defensoras de los derechos humanos y de la naturaleza; tal forma de encarar la queja de la que se viene hablando, por parte de sus protagonista y sufrientes, pone en evidencia la tensión entre lo legal [[Prescrito por la ley y conforme a ella.]] y lo legítimo [[Permitido según justicia y razón.]], que se hace mayor a medida que crece la voracidad por las riquezas que de una u otra forma puedan ser convertibles en dinero, como es el caso del agua.

En principio la gente cree en el Derecho, pues se ha erguido como herramienta de protección y de justicia; entonces se construyen las Constituciones y se acepta que de ellas se desprendan Códigos… la legalidad ha nacido. Empero la voracidad por la riqueza se apalanca en la rapacidad y el cinismo logrando, en no pocas ocasiones a fuerza de demagogia y ejércitos, emitir normas que echan por la borda la protección y la justicia. Lo que se presenta como legal puede no ser ni justo ni razonable para el gran colectivo o para la naturaleza; en otras palabras, puede suceder que sea legal tal o cual determinación gubernamental, pero que no sea legítima; ante esta disyuntiva y bajo la necesidad vital de defender la humanidad y la naturaleza, es menester invocar la ética que, bajo la figura de tribunal, pueda hacer visible la rapacidad del sistema económico.

Desde el punto de vista de la protección del equilibrio dinámico con el que se ha forjado el planeta Tierra, la Constitución Nacional de Ecuador del año 2008, es vanguardista, dado que otorga a la naturaleza la calidad de sujeto de derechos, con lo cual supera el inconveniente antropocentrismo asignando igual importancia a todos los organismos que hacen parte del tejido vital y a los elementos abióticos del ecosistema que hacen posible la vida. Puede colegirse entonces que la defensa de los congéneres y de la naturaleza sería bienvenida en esa nación, mas la realidad dista de tal conclusión.

Los catorce casos expuestos al Tribunal Ético sumados a los escuchados en el auditorio, en los pasillos y parques durante el Encuentro, evidencian un divorcio entre la Constitución y el Código Penal que vale resaltar, su vida, con algunas reformas posteriores, data desde 1930… época en la que aun no había clara conciencia del cordón umbilical que ata la especie humana a la naturaleza. Es de particular interés el artículo que define el terrorismo pues adolece de precisión al dejar muchos “etceteras”, que permiten empaquetar en él cualquier manifestación en defensa que la comunidad o sus lideres hagan de sí mismos y de la naturaleza.

Huelga decir entonces que si para la gente el derecho pudiera ser herramienta para lograr protección y justicia, para el sistema es instrumento de dominación y extracción. El Tribunal fue en Ecuador, los casos escuchados y juzgados fueron de ese país, sin embargo voces con otros acentos han narrado padecimientos iguales; los países ricos en recursos son sometidos para enriquecer el sistema y los pocos congéneres que lo direccionan y manejan.

Con la paciencia y laboriosidad que tejen las mujeres indígenas sus polleras, se está tejiendo la solidaridad de los pueblos para buscar caminos alternativos, pues los trazados están viciados de intereses; invocar la ética para acompañar este proceso le otorga la esperanza multicolor de que la humanidad será superior a sus desafortunados gobernantes, que alardean de trabajar por el bien común en tanto como el dueño de la gallinita de los huevos de oro, sacan los recursos de las entrañas de la Tierra utilizando las más sórdidas actitudes humanas.

Si el bien común en realidad fuera común no estarían las noticias plagadas lágrimas, fragmentos de cuerpos, niños y niñas trabajadoras, hambre y desnutrición; no habría disturbios y protestas en Grecia, España, Gaza… no existiría la Flotilla de la libertad porque ésta no estaría reservada a un puñado de gente que la quiere devolver a un pueblo que carece de ella. No estaría América Latina siempre alerta a cualquier anuncio de una transnacional que amenaza saqueo, sino educando sus hijos e hijas en las bellas artes, las matemática, la literatura… para que usufructuando la Tierra se enamoren y procreen, honrando la vida, entendida dentro de los límites y el ordenamiento que la naturaleza ha impuesto.

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