Fragmento del libro de David Ravelo: Las muertes vividas

Fragmento del libro de David Ravelo: Las muertes vividas

Aquí hay una verdad trágica, de persecución, intolerancia, intemperancia y falta de garantías, donde se criminaliza el hecho de pensar y opinar diferente. El para narco Julián Boñiga reunió a todos sus secuaces, les informo que el suscrito no paraba de denunciar todas sus fechorías que cometían contra la población civil, dijo, ya lo hemos declarado objetivo militar, lo hemos amenazado por diferentes medios y el tipo sigue allí, no se va huyendo como nosotros queremos, cada día esta alzando su voz de denuncia contra nosotros, por esa razón les doy la orden perentoria para que lo asesinen sin piedad alguna.

 

He vivido y soñado con mis propias muertes, también he asistido a mis funerales. Han sido unos sueños que tienen una similitud con la realidad. Realidad que me ha correspondido vivir en medio de la incertidumbre, al saber que te persiguen y acechan para matarte. Esta es una realidad que se confunde con la ficción y la ficción se integra con la realidad, las fronteras entre la una y la otra desaparecen.

Aquí hay una verdad trágica, de persecución, intolerancia, intemperancia y falta de garantías, donde se criminaliza el hecho de pensar y opinar diferente. El para narco Julián Boñiga reunió a todos sus secuaces, les informo que el suscrito no paraba de denunciar todas sus fechorías que cometían contra la población civil, dijo, ya lo
hemos declarado objetivo militar, lo hemos amenazado por diferentes medios y el tipo sigue allí, no se va huyendo como nosotros queremos, cada día esta alzando su voz de denuncia contra nosotros, por esa razón les doy la orden perentoria para que lo asesinen sin piedad alguna.

Listo, la orden estaba dada, esa muerte era un hecho, había que realizar todos los preparativos para que se consumara dicho asesinato. Inicialmente se encargo para dicho cometido a alias el “negro Coa”. Recuerdo que en el mes de agosto del año
2000, en una reunión del Consejo Municipal de Paz de la bella tierra hija del sol, del que el suscrito hacia parte y había sido su cofundador, el Alcalde de ese momento Elkin Bueno Altahona, leyó un documento que le había hecho llegar el comandante
del ejercito el General Mora, donde daba a conocer que según informes de inteligencia había un listado de personas para ser asesinadas, donde se encontraba mi nombre. Después que el Alcalde leyó el listado de personas que el grupo de Julián
Boñiga tenía en capilla para asesinar, el sacerdote Jesuita Francisco de Roux, tomó la palabra y les exigió a las autoridades la protección de la vida de quienes íbamos a ser asesinados por Julián Boñiga.

El “negro Coa” monto todo un operativo para asesinarme y así darle gusto a su jefe. Comenzando el mes de septiembre del año 2000, el suscrito debía dar una entrevista
en el medio comunicación local llamado enlace televisión, ese día llegue puntual a dar la entrevista y cuando esta salió al aire inmediatamente los hombres de Julián Boñiga, se dirigieron al sitio conocido como súper estrellas donde tenia la sede el
medio de comunicación local, allí legaron con armas largas y cuando yo salía del edificio, se formo la balacera mas grande, quede muerto a la entrada del edificio y los victimarios victoriosos se fueron como si nada, a celebrar.

Ver completo

Share This