La lucha contra la droga: Pretexto para militarizar, controlar y generar violencia en América Latina

La lucha contra la droga: Pretexto para militarizar, controlar y generar violencia en América Latina

Las consecuencias de la lucha contra las drogas, siguen siendo negativas no sólo en México, también en Centroamérica, Colombia y los mismos Estados Unidos.
Son muchas las razones que tenemos para demandar el cierre de la Escuela de las Américas o la WHINSEC. Una de ellas es también porque da entrenamiento militar para combatir el narcotráfico siendo esto un tema de política interna que en la gran mayoría de los países está a cargo de la policía o de servicios específicos.

Entre los días 22 al 25 de abril, SOA Watch realizará en la ciudad de Washington DC. EEUU, diversas acciones para seguir demandando el cierre de la Escuela de las Américas como el fin de la errónea “guerra contra las drogas” y de la política intervencionista del gobierno de los EEUU en América Latina.

El punto de atención y de solidaridad será con el pueblo de México que sufre las consecuencias devastadoras de políticas que sólo causan muertes y desaparecidos.

En México son las Fuerzas Armadas quienes luchan contra el narcotráfico y la delincuencia organizada. Esto ha provocado graves violaciones a los derechos humanos. Entre diciembre de 2006 y mediados de septiembre de 2013, por ejemplo, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) recibió 8.150 denuncias de abusos cometidos por miembros del Ejército contra la población.

Por otro lado, “según cifras oficiales publicadas en octubre de 2014, 22.610 personas habían desaparecido desde el 1 de diciembre de 2006, y a la fecha de octubre de 2014 seguían en paradero desconocido. Casi el 50 por ciento de esas desapariciones tuvieron lugar entre 2012 y 2014, durante el gobierno actual”, indicó Amnistía Internacional en un Informe sobre desaparición forzada.

Recientemente, el caso de la desaparición forzada de 43 estudiantes de la Escuela Rural de Ayotzinapa, en el estado de Guerrero, sucedida el 26 de septiembre de 2014, donde están implicados agentes de la policía quienes actuaban con grupos narcotraficantes, han llamado la atención de la comunidad internacional sobre el flagelo de la desaparición forzada en México y del mal que genera la impunidad.

Pero la situación de México es peor todavía en la última década. Un Informe de la organización civil italiana Líbera, publicado en la Jornada, señala que en este país “se puede concluir que 116 mil 100 muertes de personas están ligadas a la guerra contra el narcotráfico”.

Hay que decir que EEUU ha destinado más de US$ 2.000 millones de ayuda a México a través de la Iniciativa Mérida, un paquete de medidas de asistencia acordado en 2007 sin plazo estipulado, para “contribuir a la lucha contra la delincuencia organizada”.
Por otro lado, EEUU proporciona entrenamiento en la Escuela de las Américas a sus soldados, y da diversa ayuda y asistencia militar.

Pero las consecuencias de la lucha contra las drogas, siguen siendo negativas no sólo en México, también en Centroamérica, Colombia y los mismos Estados Unidos.
Son muchas las razones que tenemos para demandar el cierre de la Escuela de las Américas o la WHINSEC. Una de ellas es también porque da entrenamiento militar para combatir el narcotráfico siendo esto un tema de política interna que en la gran mayoría de los países está a cargo de la policía o de servicios específicos.

En marzo del 2006 la Ministra de Defensa de Argentina de entonces, Nilda Garre, señaló que “La Escuela de las Américas ha hecho mucho mal y aún sigue intentando impulsar dentro de las Fuerzas Armadas las hipótesis de la ‘lucha contra el narcotráfico, y lucha contra el terrorismo’. Nosotros, por nuestra legislación interna, decimos que narcotráfico y terrorismo son hipótesis que deben ser combatidas desde las fuerzas de seguridad y no desde las Fuerzas Armadas, para no volver al tema de que las FF.AA. se involucren en temas de política interior y empiecen a perseguir, entre comillas, a ‘terroristas y narcotraficantes’, desplegados en el territorio y metiéndose con la población civil”.

Finalmente, “SOA Watch sostiene que la guerra contra las drogas es sólo una cortina de humo, y que el gobierno de Estados Unidos tiene motivos ulteriores para los miles de millones que está gastando en entrenamiento y ayuda militar hacia América del Sur y Centroamérica. El coordinador de incidencia, Arturo J Viscarra, afirma: “La guerra contra las drogas, junto con otras consignas y tácticas atemorizantes, están siendo utilizadas por el gobierno de Estados Unidos, el Pentágono, y la policía para justificar el aumento del uso de las armas y las tácticas militares, con el fin de reprimir la disidencia y otros derechos humanos fundamentales. La desaparición forzada de los 43 estudiantes de Ayotzinapa-México demostró, una vez más, que los desastrosos resultados de la ayuda y el entrenamiento militar en América Latina están vigentes”.

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