“La paciencia de los colombianos no es infinita”, afirmó el presidente Santos, presionando acuerdos exprés. Quienes votaron por la paz reeligiéndolo en las pasadas elecciones y quienes sin haberlo hecho, trabajan día a día por alcanzarla, ven más grave la posible ruptura de los diálogos, que tomarse el tiempo necesario y prudencial que permita acuerdos estables y duraderos. Aunque ni la guerrilla ni el Gobierno han manifestado intención de romper el diálogo, persistimos en llamar a las partes a no levantarse de la mesa a pesar de los gravísimos hechos de las últimas semanas. Hacerlo sería dar la razón a quienes desean perpetuar los circuitos de violencia.
“Yo me pregunto, sobre su tumba cavada en la montaña: ¿No habrá manera de que Colombia en vez de matar a sus hijos los haga dignos de vivir? Si Colombia no puede responder a esta pregunta, entonces profetizo una desgracia…” (Elegía a “Desquite” Gonzalo Arango, 1966).
Ante la crisis de los Diálogos de Paz tras, el escalamiento de la confrontación armada donde, según las Farc-EP, uno de los miembros de su delegación de paz murió víctima de los bombardeos en Guapi (Cauca), mientras se encontraba en actividades pedagógicas para el desminado, queremos llamar a las partes a desescalar la confrontación y a pactar un cese bilateral al fuego.
Pretender que la derrota militar del adversario conduce a la paz, no se corresponde con la realidad. Las partes deben preferir la vida de las mujeres y los hombres de Colombia, antes que los cálculos políticos que los acercan a quienes centran su que hacer en la promoción de la guerra.
De acuerdo con investigadores nacionales, el cese unilateral de las Farc-Ep redujo en un 85% la intensidad de la guerra, y se calcula que se evitaron un 73% de las muertes de civiles y un 64 % de miembros de la Fuerza Pública. Las vidas que se salvan, nos preguntamos, ¿no son razón suficiente para acordar un cese bilateral al fuego?
“La paciencia de los colombianos no es infinita”, afirmó el presidente Santos, presionando acuerdos exprés. Quienes votaron por la paz reeligiéndolo en las pasadas elecciones y quienes sin haberlo hecho, trabajan día a día por alcanzarla, ven más grave la posible ruptura de los diálogos, que tomarse el tiempo necesario y prudencial que permita acuerdos estables y duraderos. Aunque ni la guerrilla ni el Gobierno han manifestado intención de romper el diálogo, persistimos en llamar a las partes a no levantarse de la mesa a pesar de los gravísimos hechos de las últimas semanas. Hacerlo sería dar la razón a quienes desean perpetuar los circuitos de violencia.
Llamamos al presidente Santos a cumplir el mandato de las y los colombianos que lo reeligieron gracias a su promesa de mantener el proceso de paz, disponiéndose a acordar un cese bilateral al fuego que dé un nuevo aire a los diálogos.
A las Farc-Ep, a afianzar su decisión de mantenerse en la Mesa, respondiendo al llamado de las mujeres y hombres de paz de Colombia, en contra del deseo de sectores de poder que pretenden “bombardear” el proceso.
Al conjunto de la sociedad colombiana, dada la responsabilidad histórica que nos compete, a pronunciarse en favor del desescalonamiento de la confrontación y del cese bilateral al fuego, para poner fin a los ciclos de violencia que han segado la vida de tantas mujeres y hombres de nuestro país, sumando todas las voces al #CeseBilateralYa
A la comunidad internacional, a respaldar los diálogos, para buscar salidas al momento de crisis por el que atraviesa el proceso, conforme al llamado público que han hecho los gobiernos de Cuba y Noruega, en su calidad de garantes de la Mesa de Conversaciones.
Con profunda preocupación,
- Plataforma Colombiana de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo, constituida por 76 organizaciones
- Diálogo Intereclesial por la Paz en Colombia –DIPAZ–, constituido por 42 organizaciones y codialogantes.
- Comisión de Paz del Concejo Evangélico de Colombia -CEDECOL-constituido por 30 iglesias.
- Red Nacional de Mujeres, constituida por 12 nodos departamentales y 90 organizaciones.
- Coordinación Colombia-Europa-Estados Unidos constituida por 260 organizaciones.
- Alianza de Organizaciones Sociales y Afines, constituida por 165 organizaciones sociales
- Comunidades Construyendo Paz en los territorios – CONPAZ – constituida por 130 organizaciones de base.
- Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado constituido por 21 capítulos regionales y 29 organizaciones del Comité de Impulso.
Clamor Social por la Paz constituido por 50 organizaciones.