Igualmente, los abogados solicitaron, se compulsen copias para que se investigue como posible coautor mediato al ex presidente Álvaro Uribe Vélez, por todos los crímenes cometidos por el DAS, entre los que se cuentan los delitos de homicidio agravado, persecución, tortura y concierto para delinquir agravado. Ello, en virtud del material probatorio acopiado durante el juicio, que indica que el ex presidente, diseñó una política de seguridad, consistente en la puesta en marcha de una estrategia de hostigamiento contra sindicalistas, líderes sociales, periodistas, políticos, parlamentarios, entre otros, que colocó el DAS al servicio de grupos paramilitares.
Asimismo, los representantes de las víctimas, pidieron que se continúe con la indagación penal, en contra de Giancarlo Auque de Silvestri, Javier Alfredo Valle, Rómulo Betancur Garrido y Enrique Ariza, ex miembros del DAS, por encontrarse durante la actuación procesal, evidencias de su participación en los hechos por los que fue juzgado Noguera Cotes.
Para la parte civil es claro – basado en la multiplicidad de prueba recaudada- que Jorge Noguera, conformó una estructura criminal Aparato Organizado de Poder al interior del DAS, desde la cual, y so pretexto de sostener una “guerra contrainsurgente”, suprimía información relevante, falseaba documentos públicos y elaboraba listados de personas – la mayoría líderes sociales y sindicalistas – que entregaba directamente al jefe paramilitar Jorge 40. Es de aclarar que en este juicio sólo se ha tenido en cuenta la comisión de tres asesinatos, pero en el proceso hay información de otras personas, 36 en total, que fueron incluidas en estas listas y que posteriormente fueron objeto de asesinatos, amenazas y desaparición forzada.
Para lograr su propósito, Noguera Cotes nombró en puestos claves en la estructura del DAS y bajo su control, a actores al servicio del paramilitarismo, entre los que se cuentan, Gian Carlo Auque, Enrique Ariza, Enrique Osorio de la Rosa, Emilio Vence, Alfredo Valle Anaya, Rómulo Betancourth, Gloria Bornacelli y Rafael García.
Rafael García, quien fue nombrado directamente por Noguera como jefe de informática, es el mejor ejemplo de ello. García, fungía como paramilitar y en tan importante cargo, se encargaba de manejar la información más sensible de inteligencia y seguridad del Estado.
En los más de 50 mil folios existentes en el proceso, se comprobó además, cómo Noguera Cotes mantenía como enlace permanente con los paramilitares, no sólo al propio Rafael García, sino a Álvaro Pupo Castro –hermano del alcalde de Valledupar Ciro Pupo Castro y primo de Jorge 40, al senador liberal por Magdalena, recientemente condenado por parapolítica, Jorge Castro Pacheco, el general (r) Rito Alejo del Río y al jefe paramilitar, alias “el canoso” José Gélves Albarracín.
Con algunos de ellos como enlaces con Hernán Giraldo y en especial con Jorge 40, Noguera Cotes, sostuvo una serie de reuniones, incluso con posterioridad a la supuesta desmovilización paramilitar, con el fin de coordinar sus actividades delictivas.
Durante el juicio contra Jorge Noguera Cotes, que se extendió por más de 18 meses, se pudo comprobar igualmente, que al interior del DAS, existían informes de inteligencia contra miembros de organizaciones sindicales, como la CUT, ANTHOC, FENSUAGRO, SINDIAGRICULTORES, entre otras, y de líderes sociales, cuya información se obtuvo a través de los programas de protección de sindicalistas adscritos al Ministerio del Interior y de Justicia.
Asimismo, se pudo comprobar la existencia de las hojas de vida, los seguimientos que les realizaron durante varios años, sus actividades socio – laborales e informes personales de los tres asesinados, Alfredo Correa D’Andreis, Zully Codina y Fernando Pisciotti.
Se comprobó además, que por conducto de Alfredo Valle Anaya, detective del DAS, bajo las ordenes de Noguera Cotes, se realizaron informes falsos de inteligencia y se utilizaron testimonios de supuestos reinsertados –que en verdad eran paramilitares – en virtud de los cuales se judicializó al profesor Alfredo Correa D’Andreis, quien luego de quedar en libertad fue asesinado por Jorge 40 y alias Don Antonio, situación similar que ocurrió con otros líderes sociales.
De tal manera y conforme a las múltiples pruebas recaudadas tanto por la Fiscalía General de la Nación, como en las audiencias ante la Corte Suprema de Justicia, es evidente que al interior de este organismo de inteligencia – así como en otros estamentos – hubo una infiltración de grupos paramilitares al más alto nivel del Estado y que esto se realizó en el marco de las políticas de seguridad auspiciadas por el entonces presidente Álvaro Uribe Vélez.
Fue el entonces presidente, quien permitió esta filtración paramilitar al interior del DAS, nombrando a Jorge Noguera como su director, a José Miguel Narváez como subdirector y a Gian Carlo Auque como secretario general, todos ellos procesados y en prisión actualmente.
Con su beneplácito, de conformidad con lo probado, cuatro directores de esta agencia de inteligencia, que fueron nombrados por él, lideraron y mantuvieron acciones de persecución a través de actividades ilegales de inteligencia, especialmente contra ONGs de derechos humanos, Altos Magistrados, sindicalistas, periodistas, miembros de la oposición, entre otros.
Lejos de tomar medidas ante los repetidos escándalos desatados por las evidentes acciones criminales del DAS, el entonces presidente Uribe Vélez dedicó todos sus esfuerzos en la defensa y protección de Jorge Noguera, a quien incluso nombró cónsul en Milán.
Curiosamente las personas y organizaciones más atacadas sistemáticamente por el entonces presidente, fueron las mismas que de forma sistemática fueron atacadas y perseguidas por el DAS. Asimismo, los temas de mayor interés de la presidencia, fueron en los que mayormente se concentraron las actividades ilegales desarrolladas por la agencia de inteligencia.
Los representantes de las víctimas, consideran que este es un juicio histórico que muestra una fase de la violencia contemporánea en el que se ejerció desde el DAS un verdadero terrorismo de Estado que se tradujo en convertir al DAS en un Aparato Organizado De Poder al servicio de paramilitares y narcotraficantes, que obstruyó las operaciones contra estos grupos y que a la vez produjo inteligencia ilegal para hacer guerra sicológica, proferir amenazas e incluso elaborar listados de personas que terminaron asesinadas.
Se espera que en los próximos meses la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia profiera una sentencia y se defina si se compulsa copias entre otros al Ex Presidente Álvaro Uribe Vélez.