Peregrinación realizada para reclamar el cadáver de Oscar Morales, asesinado  por el ejercito nacional

Peregrinación realizada para reclamar el cadáver de Oscar Morales, asesinado por el ejercito nacional

Mientras avanza la investigación, la familia de la víctima pide que el cuerpo sea exhumado de la fosa común en la que lleva más de seis años, para darle una sepultura digna. Sin embargo, para que esa petición sea atendida, el proceso debe pasar de la justicia penal militar a la ordinaria.

 

 

Un viaje de más de 800 kilómetros y 16 horas en bus desde Bogotá hasta El Copey, en el noroccidente del Cesar, hicieron Darío Morales y su esposa Doris Tejada, para exigir celeridad en la investigación por la muerte de su hijo Óscar Alexander.

El 31 de diciembre de 2007, fue la última vez que esta pareja residente en Fusagasugá, Cundinamarca, tuvo contacto telefónico con el joven de 26 años, quien había viajado a Cúcuta en búsqueda de oportunidades laborales puesto que en esa ciudad residía su hermano Carlos Alberto.

Los días pasaron y no hubo nuevos contactos con Óscar; siempre que lo llamaban a su celular éste estaba apagado y desde entonces inició una incesante búsqueda que empezó a dar resultados tres años y medio después.

“Vinimos a saber que había fallecido porque en la Registraduría de Fusagasugá, él había hecho una solicitud de renovación de cédula y nuestra búsqueda encontramos que allá tenían tachado el nombre de Óscar Alexander Morales Tejada; preguntamos por qué lo habían tachado y nos dijeron que habían dado de baja la cédula en El Copey-Cesar”, así contó Darío que comenzó la lucha con las autoridades para esclarecer la muerte de su hijo.

El caso de la desaparición inicialmente estuvo en manos de la Sijín de la Policía de Fusagasugá, pero fue en el CTI de la Fiscalía de ese municipio que el 13 de junio de 2011 le confirmó que Óscar había muerto de forma violenta.
Fue así que con apoyo de abogados lograron encontrar otro cabo suelto en la extraña desaparición del joven rolo muerto en tierras costeñas.

“A través de la Comisión de Juristas de Colombia, ellos hicieron una petición al Batallón La Popa de Valledupar, y encontraron en el Juzgado 90 militar que allí estaba el expediente de Óscar Alexander, que lo habían matado haciéndolo aparecer como un delincuente y eso no es así, tenemos pruebas”, dijo el angustiado padre a su llegada a El Copey.

Unidos a la peregrinación
Darío Morales y su esposa Doris Tejada recorrieron las calles de este municipio, repartiendo folletos con la historia de su hijo, pero no estaban solos, ‘Las Madres de Soacha’, otro caso emblemático de ejecuciones extrajudiciales, acompañaron a la familia.

“Venimos a acompañar a doña Doris y a su esposo porque entendemos su dolor. Llevamos seis años de audiencias y no terminan, estamos en las últimas pruebas y el juicio no ha terminado”, expresó Idalis Garcera.
La Asociación Minga que apoya el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, a través de un espacio denominado ‘El costurero de la memoria’, también se unió a la causa.

“El problema es que el caso de su hijo Óscar Alexander y de otros dos muchachos está en manos de la justicia penal militar, entonces lo que nosotros y los abogados defensores hemos venido planteando es que se traslade de la justicia penal militar a la justicia ordinaria; porque este es un caso que nada tiene que ver con el servicio de los militares, es una ejecución extrajudicial”, afirmó Luis Francisco Bustamante, representante de la Asociación Minga.

La peregrinación de la participaron cerca de 30 personas, inició en Bogotá y terminó en El Copey, donde el sábado anterior caminaron desde la plaza principal hasta el terreno donde las autoridades de esa población inhumaron el cuerpo del joven.

El dolor de una madre y un padre resignados a que uno de los frutos de su amor ya había partido de este mundo, parecía que no podía aumentar, pero pasó en el momento que Doris y Darío llegaron a un potrero enmontado a las afueras de El Copey, donde según las autoridades reposan los restos de Óscar Alexander.
Para el inconsolable padre “esto es algo degradante, ni siquiera tenemos la certeza de cual es la fosa en la está el cuerpo de mi hijo”.

Mientras avanza la investigación, la familia de la víctima pide que el cuerpo sea exhumado de la fosa común en la que lleva más de seis años, para darle una sepultura digna. Sin embargo, para que esa petición sea atendida, el proceso debe pasar de la justicia penal militar a la ordinaria.

Ayer, los participantes de la peregrinación visitaron las orillas del río El Reposo, en la vereda que lleva en mismo nombre, sitio donde el pelotón “Bombarda 1” del Batallón de Artillería Nº2 La Popa del Ejército Nacional, reportó que Óscar, junto a dos personas más, eran supuestos integrantes de bandas criminales que fueron abatidos en combate, el 16 de enero de 2008; dos semanas después que el joven bogotano había tenido el último contacto con sus seres queridos.

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