Lo primero es una enorme felicitación y un abrazo de fraternidad a los hombres y las mujeres de hoy y de antes y de siempre en el Colectivo. Recuerdo mis primeros contactos con el Colectivo por los ya lejanos años de mediados de la década de los 80, cuando conocí a los Eduardos, Eduardo Humaña con su vitalidad, su fuerza, su claridad, su persistencia inquebrantable y a Eduardo Carreño, observador, siempre presente y disponible para atender los casos, paciente y resistente.

 

Debo decir, que en estos años siempre he sentido que en Colectivo tengo un apoyo para enfrentar las estrategias de muerte de los de siempre. Y una de las mas graves consecuencias del asesinato de Eduardo Humaña, fue es, arrebatarnos el apoyo, el acompañamiento.

Y quizás eso sea lo más valioso de estos 35 años, haber hecho realidad, dia a día, la tarea de acompañar, apoyar, fortalecer la lucha por una sociedad de justicia empleando las herramientas de los DD HH. Incluso, haber aportado, junto con otras organizaciones, internacionales y nacionales, en la renovación permanente de los derechos.

La tarea política que ustedes han adelantado les hace seres humanos con una capacidad de entrega a toda prueba, al enfrentar tantas y sucesivas campañas de aniquilación. Seres humanos que han seguido la herencia de quienes nos antecedieron: persistir y en ello, buscar a cada paso ser consecuentes con los valores de la nueva sociedad.

Abrazos y felicitaciones