Teresa Quiñones Castañeda fue una artista, activista, lideresa social y defensora de derechos humanos desaparecida en 1999, cuando tenía 37 años.

Nació en Bogotá, el 9 de enero de 1952, era hija de Carmen Julia y Fidel. Hermana mayor de Hugo, Elsa, Gustavo, Gabriel, Daniel y Ángela.

Durante sus años universitarios fue discípula de la maestra Nirma Zárate, hizo parte del colectivo artístico Grupo Taller 4 Rojo y participó en la elaboración del mural sobre los movimientos sociales de Sintradepartamento en Antioquia elaborado entre 1977 y 1980. Se graduó de la Universidad Nacional de Colombia donde obtuvo el título de Maestra en Bellas Artes con especialización en pintura, en 1.986.

Teresa hacía parte del Corporación para la Educación el Desarrollo y la Investigación Popular, CED-INS, donde realizaba talleres de propaganda a organizaciones sociales y sindicales a partir de la técnica de la serigrafía.  También hizo parte de la Fundación cultural Chiminigagua, de la Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad –Limpal- y de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos –ANUC-UR, y apoyó incansablemente la búsqueda de familiares de detenidos desaparecidos emprendida por Asfaddes-.

A finales de 1998 y comienzos de 1999 su rastro, junto con el de su compañero Gabriel Betancur, se perdió cuando sus compañeras y compañeros de tantas luchas extrañaron su ausencia en las reuniones a las que asistía siempre puntualmente y fueron a buscarla a su casa en el barrio La Candelaria, en el centro de la ciudad donde solo encontraron sus pocas pertenencias.

Su nombre figuraba en archivos de inteligencia militar y fue perseguida incluso en los viajes que realizó en representación de las organizaciones a las cuales pertenecía. No obstante, aún hoy, son desconocidas las circunstancias, los autores y las causas de su desaparición.

23 años después, en 2022, y después de un fallo del Tribunal Administrativo de Bucaramanga, la Fiscalía reconoció que el expediente con la investigación por la desaparición de Teresa y Gabriel estaba también desaparecido y en un hecho insólito le pidió a la abogada de la familia, Yessika Hoyos, integrante del Cajar, la tarea de reconstruirlo.

Hoy desde el Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo –Cajar-  seguimos acompañando esta búsqueda incesante por la memoria y por la justicia en el caso de Teresa Quiñones.

Teresa pintó caminos de justicia en los campos y los barrios de nuestra Colombia, encontró innumerables lienzos en la lucha social y popular para plasmar su sentir de profunda justicia. Caminó y labró la tierra, una mujer- semilla, de sembrar sueños y cosechar dignidades, una pedagoga, de enseñar con el ejemplo, de haceres y saberes en comunidades y territorios.

La vieron con sus pinceles, espátula y pinturas dando color a la lucha por los derechos de las desposeídas y los desposeídos. Indudablemente una mujer revolucionaria, feminista, comprometida y reconocida por organizaciones de derechos humanos, campesinas y sindicales.

Con su arte creó grandes carteles y pancartas para acompañar en las calles a los marchantes que reclamaban por sus familiares desparecidos forzadamente. A las trabajadoras y trabajadores sindicalizados

A las cárceles acudía para apoyar a los presos políticos, les llevaba libros y cosas básicas para su aseo personal. Afuera denunciaba las injusticias que adentro veía.

Reivindicamos su legado y agradecemos su arte, siempre político, siempre social, siempre al servicio del pueblo, de la justicia y la paz.

Aquí puedes ver el conversatorio de lanzamiento y el documental en su memoria Nos hicieron buscadoras

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