El acto no se concretó porque la ministra de justicia, doctora Gloria Borrero, llegó dos horas y media después, cuando ya don Adolfo González, padre de Gerzon, había dado por cancelado el acto.
Las horas previas a la ceremonia fueron de mucha tensión, además de los recuerdos dolorosos que reavivaba este acto para la familia. Dolorosos e intactos, el padre y las y los 8 hermanos de Gerzon recuerdan el día en que el DAS se lo llevó en una camioneta y todas las penurias que vivieron después.
Por eso para ellos y ellas, y en especial para su padre, fue inadmisible que la ministra primero cancelara su asistencia y delegara al viceministro para presidir el acto y luego volviera a confirmar su participación pero se presentara tarde.
“Si hizo algo reprochable, mi muchacho debía ser castigado por las autoridades, en lugar de desaparecerlo, acabando con la alegría, la armonía, con la vida mi esposa, mi padre, mi familia. Y ahora estamos esperando a que la señora ministra venga a pedir perdón en un acto por salir del atolladero. Me siento destrozado por ella, porque me avivaron el dolor nuevamente” dijo don Adolfo dirigiéndose a la prensa cuando decidió dejar de esperar a la funcionaria y suspender el acto.
Al llegar a la plaza principal, la ministra se encontró con una de las hermanas de Gerson que le reclamó con profunda tristeza su desaire.
Posteriormente, decidió ir hasta la casa de don Adolfo para disculparse y acordar una nueva fecha para la realización del acto de perdón público en el mes de febrero de 2019.
El acto que debía realizarse, hace parte del Acuerdo de Solución Amistosa entre las víctimas y el Estado colombiano ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y sería presidido por la Ministra de Justicia, doctora Gloria Borrero.
La historia de Gerzon
Gerson Jairiznho González Arroyo era un joven de 17 años que vivía con su familia en la ciudad de Sincelejo, y se dedicaba a la cría de pollos como medio de subsistencia.
La mañana del 20 de noviembre de 1992, mientras caminaba por el sector de Las Peñitas en Sincelejo, fue secuestrado y desaparecido en una camioneta color blanco cuatro puertas, adscrita al DAS Regional de Sucre.
Desde entonces su familia emprendió su búsqueda en diversas fincas de la zona, en las que escucharon que podría estar Gerzon. Su madre falleció en octubre de 2001 sin tener noticias de su hijo, y su padre y hermanos no han cesado en la exigencia de verdad sobre la ubicación de sus restos, a pesar de persecuciones, amenazas y hostigamientos.
Al momento de los hechos, Gerzon Jairzinho había sido denunciado ante el DAS por un ganadero de la zona como presunto responsable del delito de extorsión. Esta entidad, en lugar de ponerlo a disposicion de las autoridades judiciales para la respectiva investigación, lo capturó ilegalmente y procedió a su desaparición forzada.
En el expediente penal se consigna que su padre, Adolfo González, “se había enterado que funcionarios del DAS habían trasladado a su hijo a una finca en Betulia donde lo habían torturado y luego trasladado a una finca en Sincé, donde lo habían entregado a un sicario apodado “el ciego”, quien lo había llevado al municipio de San Onofre y luego a Montería”. No obstante, aún hoy se desconoce su paradero.
Ante la justicia nacional, tres autores materiales de los hechos fueron condenados en primera instancia por el juzgado especializado de Barranquilla y absueltos en segunda instancia por el Tribunal Superior de Bogotá. Son ellos los agentes del DAS Isnardo Alfonso Castellanos, Jorge Muñoz Páez y Alcides Medina. Para la época, el director del DAS regional de Sucre era Rómulo Betancur. En la justicia contencioso administrativa el Consejo de Estado condenó al DAS en 1998, con base en la legislación nacional e internacional que prohíbe la desaparición forzada.
Debido al estado predominante de impunidad, el caso pasó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, y en el 2016 se llegó a un Acuerdo de Solución Amistosa entre las víctimas y el Estado, del cual se derivan entre otras medidas, el acto público de reconocimiento de responsabilidad y excusas públicas, encabezado por la Ministra de Justicia.
La familia de Gerzon Jairzinho sigue exigiendo que las autoridades respectivas encuentren y devuelvan el cuerpo de su hermano e hijo. Y que haya verdad y justicia plenas como verdadero acto de reparación integral, y para que hechos como estos no se repitan.