El pasado 28 de febrero se llevó a cabo el acto de homenaje a Sandra Catalina Vásquez Guzmán, “La Siempreviva” tras 29 años de un crimen atroz en su contra, cometido en la estación de Policía Germania, donde Sandra Catalina, de 9 años de edad, fue violada, torturada y asesinada.
Estas conmemoraciones “Son ejercicios de memoria colectiva, que reparan en el terreno de lo simbólico, el profundo daño que producen estos hechos irracionales contra la vida; es una forma de insistir a la sociedad y al Estado sobre la garantía de no repetición y la corresponsabilidad de todos y todas en la protección de la vida de nuestros niños, niñas y jóvenes.” afirma la familia.
Revive la transmisión del acto conmemorativo
El día de los hechos, Sandra Catalina entró buscando a su padre, Pedro Vásquez quien trabajaba en la estación de Policía, mientras su madre, Sandra Guzmán, la esperaba a las afueras-. Luego de que transcurriera tiempo sin saber de ella, entró al mismo lugar y la encontró sin vida en uno de los baños, y con señales de tortura y violencia sexual.
En un inicio fue culpado su padre, pero después de tres años de investigación, en los que se les practico pruebas de ADN a los 140 agentes que estaban en el día y el lugar de los hechos, se determinó que otro miembro de la Policía era el responsable de estos delitos. Para la familia de Sandra aún hoy es inexplicable que a pesar de que en dicha estación se encontraban varios uniformados, fuera condenado únicamente Diego Fernando Valencia Blandón, quien confesó ante la Fiscalía la autoría del crimen y que la justicia no haya continuado con las investigaciones penales para establecer la responsabilidad de otros agentes y superiores que estaban presentes en la estación ese día.
Al agente de policía Diego Fernando Valencia Blandón, se le impuso una pena de 45 años por homicidio agravado y acceso carnal violento, pero a 10 años de estar cumpliendo su condena el Juzgado 50 Penal le otorgó beneficios de rebaja de penas, debido a un cambio legislativo posterior a la condena, permitiendo así su libertad.
Por otra parte, y después de años de trasegar con el dolor y la impunidad, la familia de Sandra Catalina decidió presentar una demandad administrativa por la responsabilidad del Estado en el crimen, motivo por el cual pese haber estado detenido el caso durante muchos años, el Consejo de Estado falló en 2016 a favor de la familia.
Es por ello que cada año se recuerda la vida de Sandra Catalina, a través de actos que tienen como objeto un ejercicio de memoria que reivindique el papel de las víctimas en busca de justicia para los casos perpetrados por la Fuerza Pública y para todas las niñas y niños abusados sexualmente.
Según Lina María Arbeláez, directora del ICBF, hasta septiembre de 2021 se habían abierto 9.927 casos de violencia sexual contra menores atendidos por esta entidad.
El caso de Sandra Catalina nos habla aún hoy de una justicia precaria para las mujeres y las niñas que de vez en cuando se ve sacudida cuando la agenda mediática logra instalar la preocuación en la sociedad, tal y como ocurrió también con los casos de Yuliana Samboní en 2017, el caso de la menor de 14 años perteneciente a la etnia embera, abusada por militares en el departamento de Risaralda en el año 2020 por el cual fueron condenados 6 integrantes del Ejército (Ver aquí los detalles del caso), o el reciente caso de Sarai Colmenares, niña venezolana de 12 años, violada, torturada y asesinada en la ciudad de Pereira (Vea aquí la reconstrucción del caso, por El Espectador). Entre tanto, el Estado sigue demostrando falta de eficacia y voluntad política para prevenir, enfrentar y sancionar las violencias contra las mujeres y las niñas.
Desde el Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo extendemos un saludo fraterno a Sandra Yaneth Guzmán, madre de Sandra Catalina, y expresamos nuestra solidaridad con todas las víctimas de abuso sexual, y seguiremos aportando desde nuestro trabajo a la exigencia de la plena vigencia de los derechos humanos de todas las mujeres y las niñas.