Con milimétrico engaño productos Ramo  despidió a sus trabajadores sindicalizados

Con milimétrico engaño productos Ramo despidió a sus trabajadores sindicalizados

Esta es la crónica de la sucia jugada que el pasado 31 de marzo la empresa Productos Ramo les hizo a sus trabajadores, la mayoría de ellos afiliados al sindicato Sinaltrabimbo, a quienes, mediante un milimétrico engaño despidió casi en su totalidad, 13 días después de firmar con ellos una convención colectiva de trabajo:

 

Un día antes, el 30 de marzo, la empresa había notificado a sus trabajadores que debían asistir a una reunión obligatoria en el club privado Serrezuela, cerca de la ciudad de Bogotá. Los miembros de la subdirectiva de Sinaltrabimbo en Productos Ramo (sindicato nuevo, con 10 meses de fundado) decidieron no asistir a tal citación y en vez de eso se reunieron en las afueras de la planta, ubicada en el kilómetro 20 en la vía Mosquera-Madrid (Cundinamarca).

Cuando llegaron notaron la presencia de la policía antimotines, como una manera de infundirles temor. Y aparte de eso, personas de la administración los amenazaron con que si no acudían los despedirían con justa causa. Por eso muchos finalmente aceptaron ir al club donde estaban citados.

Pero cuando llegaron al club se encontraron con un pool grande de abogados y asesores contratados para la ocasión, quienes les dijeron que la empresa estaba pasando por un mal momento y para evitar la quiebra los trabajadores debían renunciar a su empleo tras un arreglo monetario. Les advirtieron que si no aceptaban la cantidad ofrecida como indemnización la empresa quebraría y entonces solo recibirían una cantidad mínima. “Si por ejemplo un trabajador tenía derecho a $10 millones, les ofrecían $12 millones para que pasaran la carta de renuncia”, relata Miguel Ángel Delgado, vocero de la CUT Cundinamarca.

La amenaza y el amedrentamiento surtieron su efecto y la mayoría de los trabajadores afiliados a la subdirectiva de Sinaltrabimbo en Productos Ramo terminaron firmando el arreglo que se les ofreció. Quienes no aceptaron fueron abordados por los sicólogos de la empresa que les decían que el sindicato no servía para nada, que sus directivos ya habían renunciado, que lo importante era la familia. De cierta manera les hicieron un lavado cerebral. Así que a las 5 de la tarde más de 100 trabajadores sindicalizados, incluidos 10 de la junta directiva, habían sido casi que obligados a firmar su renuncia a la empresa. O sea un despido masivo disfrazado de arreglo convenido. Y 10 trabajadores que se negaron a firmar tal arreglo, fueron despedidos.

Máximo Zamora, presidente nacional de Sinaltrabimbo, sostiene que lo que Productos Ramo pretende hacer con esta “sucia” jugada, es tercerizar a sus trabajadores para reducir costos. Para ello necesita acabar, sacar del camino, a la recién creada subdirectiva sindical. Y desestimó versiones de que Ramo está en dificultades económicas y al borde de la quiebra. Es una empresa sólida, aseguró. De hecho, ante la versión de que estaba en quiebra, difundida en redes sociales, la empresa Trabajadores afiliados a Sinaltrabimbo, a la espera en las afueras de la empresa.
publicó un comunicado en
su cuenta de twitter, para informar sobre su solidez financiera y que estaba en una etapa de cambios organizacionales.

Productos Ramo es una empresa que lleva 65 años en el mercado colombiano y algunos de sus productos son los más vendidas y recordados por la gente que a lo largo de todos estos años ha sido fiel a marcas como “Chocoramo”, entre otras. Tiene plantas en Sabaneta (Antioquia), Palmira (Valle) y Mosquera (Cundinamarca), esta última la principal, donde labora la mayoría de sus 3.300 empleados.

Itinerario del despido

Durante toda su existencia esta empresa nunca había tenido sindicato, y procuraba por todos los medios que no lo hubiera. “Las inducciones para los nuevos empleados terminaban diciendo que la única palabra prohibida era sindicato y se lo recalcaban a los trabajadores en un tablero”, asegura Miguel Ángel Delgado, de la CUT Cundinamarca.

Hasta mayo del 2014, cuando varios trabajadores de la sección de empaque de la planta de Mosquera buscaron asesoría en la CUT y de la ENS para conformar un sindicato y corregir algunos abusos laborales que se venían presentando en la empresa. Decidieron afiliarse a Sinaltrabimbo, sindicato nacional de la industria panificadora y crearon una subdirectiva de éste en el municipio de Mosquera.

La creación del sindicato tomó por sorpresa a los directivos de Productos Ramo. “No entendían por qué un sindicato si supuestamente la empresa trataba bien a sus empleados. Tampoco vieron con buenos ojos que estuviéramos aliados con los trabajadores de Bimbo, que es la competencia”, recuerda Nora Milena Sánchez, una empleada de la sección de empaque que se afilió al sindicato desde su inicio.

La subdirectiva de Sinaltrabimbo en Mosquera realizó bien su tarea y dos meses después de su creación presentó pliego de peticiones. Las negociaciones duraron varios meses y no fue posible llegar a un acuerdo, por lo que el conflicto fue a tribunal de arbitramento, que se constituyó en octubre del 2014.

El pasado 16 de marzo sorpresivamente la empresa citó al sindicato para tratar de llegar a un acuerdo y obviar el tribunal de arbitramento. Las reuniones comenzaron y en dos días, tiempo récord, acordaron firmar la convención colectiva, que resultó aceptable para los trabajadores. Solo que era un acuerdo con “veneno”. Tras la celeridad con que fue hecho había un interés mezquino que los sindicalistas no previeron. Con la firma de la convención el fuero sindical circunstancial se acabó, que era lo que pretendía la empresa para proceder a su despido, lo que ocurrió 13 días después, pues mientras estuviera en vigencia el tribunal ninguno de los sindicalizados podía ser despedido. Esa fue la jugada sucia.

Tratando de resistir la arremetida, 126 trabajadores crearon ese mismo día un sindicato de base: Sintraramo, que fue notificado e inscrito legalmente, pero no prosperó porque tras la desbandada solo quedó con 15 miembros, insuficientes para seguir funcionando como sindicato de base.

En estos momentos, informó Máximo Zamora hay 11 trabajadores y trabajadoras que aún no han sido despedidos, no han sido notificados o tienen restricción médica o enfermedades laborales. Entre ellos Adriana Rojas, integrante de la junta directiva, quien se encuentra en tratamiento médico por una enfermedad laboral y está en incapacidad hasta mañana 14 de abril. Considera que esa es la razón por la cual la empresa no le ha enviado aún la notificación de despido, como sí lo hizo con 10 trabajadores que se negaron a firmar un arreglo indemnizado. Los demás integrantes de la junta directiva sí se vieron obligados a negociar su retiro. Adriana es la única que resiste y les da ánimo a sus compañeros.

“Es triste lo que pasa. Antes uno llegaba a trabajar con ganas a la empresa, pero ahora toca ver cómo a los compañeros los devuelven de la puerta, ya no sirven”, dice Adriana, quien ingresó a Productos Ramo desde muy joven, y es la única empresa en la que ha laborado.

Miguel Ángel Delgado manifestó a esta agencia que desde la CUT Cundinamarca han emprendido acciones legales para impedir la desaparición de la subdirectiva sindical en Productos Ramo.

Para mañana 14 de abril, a la una de la tarde, se tiene previsto un gran mitin de protesta contra esta empresa en la entrada de sus instalaciones en el municipio de Mosquera. Se espera el acompañamiento de los sindicalistas de Cundinamarca para demostrar la solidaridad con la situación difícil que atraviesa Sinaltrabimbo.

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